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LA ENTREVISTA | JAVI MORENO

'Reconozco que no me cuidaba: no era de salir pero sí de comer'

Javi Moreno pretende seguir vinculado al fútbol: tres años después de colgar las botas, ha iniciado la andadura como entrenador. El exdelantero habla de sus años de profesional.

Actualizado a
Javi Moreno

¿A qué se dedica?

Después de dos años y pico sin hacer nada desde que dejé el fútbol (su último equipo fue el Lucena de Segunda B, en 2010), ahora estoy de segundo entrenador en el Utiel, de Tercera División.

¿Por qué en el Utiel?

Me saqué los tres niveles del curso nacional de entrenador en Las Rozas y la directiva del Utiel me ofreció la posibilidad de hacer las prácticas, y les estoy muy agradecido.

En junio podría empezar a entrenar entonces…

Así es, porque ya habré acabado las prácticas y tendré mi carnet de entrenador.

¿Al paro como tantos otros o tiene perspectivas?

De momento, no. Es verdad que somos muchos, y hay compañeros muy buenos, pero he mamado el fútbol desde que era pequeño y tengo mucha ilusión en esta nueva etapa. Supongo que mi representante se moverá a partir de junio para buscarme equipo en el que empiece a poner en práctica mi experiencia y lo aprendido en el curso.

¿Es cierto que después de dejar el Lucena tuvo posibilidad de seguir jugando al fútbol?

Es verdad, pero tenía 37 años (en septiembre cumplirá 39) y ya uno sabe cuando tiene que colgar las botas, cuando los chavales te pasan por la izquierda y por la derecha como aviones.

¿Cuál es el ideario futbolístico del entrenador Javi Moreno?

Por todo lo que he vivido en mi persona y en otros compañeros, quiero inculcar un nivel de exigencia máximo, y en cuanto al sistema, todo depende los jugadores que tenga en la plantilla. Cada equipo tiene una forma de jugar acorde con sus futbolistas.

Es decir, que usted cree que los jugadores condicionan al entrenador

Así es. Yo tengo la idea de que el entrenador en realidad debe hacer una función de psicólogo , sobre todo.

¿Cómo es un día cualquiera en la actual vida de Javi Moreno?

Me levanto pronto, cojo la bici y me marchó con un grupo de conocidos a hacer una media de 80 kilómetros, y los fines de semana, alrededor de 100. Regresamos para el almuerzo e intento estar todo el tiempo que puedo con mi hija (está separado y está pleiteando por la custodia compartida) y mis padres, mis hermanos. Y por la tarde, juego al pádel, también me gusta estar en casa con los cinco perros que tengo… y a aprender cuando voty a los entrenamien tos del Utiel.

Entiendo que ha ganado dinero en el fútbol, ¿me equivoco?

No

¿Tuvo la idea por invertir o montar algún negocio?

No, porque soy de la idea de que en aquello que no entiendas, no te metas.

Vayamos a su carrera como futbolista. Tras un temporada de ensueño y hacer historia con el Alavés, que jugó la final de la UEFA ante el Liverpool, en 2001, fichó por el Milán. ¿Cómo se fraguó aquello?

Recuerdo que disputamos la final de la UEFA un miércoles y el viernes jugábamos en A Coruña ante el Depor, ante el que perdimos 2-1. Al día siguiente nos quedamos allí para entrenarnos y al acabar, en el autobús, mi representante me dijo: “Nos vamos para Milán”. Yo había escuchado rumores, aunque mi representante me daba pistas con cuentagotas para que no me descentrara. A la semana siguiente nos enfrentamos al Barça y al acabar vi a mi representante que estaba con Bronzetti (intermediario del Milán), me lo presentó y mi representante me dijo que llamara al presidente (Gonzalo Antón), yo le pregunté para qué, y él me dijo que al día siguiente nos íbamos para Milán. Me quedé de una pieza. Todo se estaba desarrollando de sopetón. El presidente me dio permiso, pasé reconocimiento médico, que me hicieron pruebas desde la cabeza hasta las uñas de los pies, firmé el contrato y, al acabar la temporada, me marché a la aventura de Milán.

El Milán pagó 1.500 millones de pesetas, el contrato fue por cuatro años, pero sólo estuvo uno. ¿Por qué no cuajó aquella aventura?

Principalmente, porque en aquella plantilla había delanteros de mucho nivel, como Shevchenko, Inzaghi, Simone.… Estaba muy difícil jugar. Entre José Mari y yo nos íbamos turnando los minutos que nos daba el entrenador. Aún así, jugué 28 partidos y marqué nueve goles. Pero quería salir cedido porque necesitaba tener minutos para tener opciones de ir al Mundial (de Corea y Japón), algo que al final no se produjo.

¿Se adaptó bien?

Bueno, todo lo bien que se adapta uno a un país diferente, a unas rutinas distintas, a otra filosofía de club… Yo nunca sentí que estuviera mal en Milán, aunque sí es verdad que por mi forma de ser no supe adaptarme a lo que es el Milan fuera del fútbol: fiestas de ir con traje y pajarita…

¿Con quién se juntaba?

Con José Mari, Contra, alguna vez coincidí con Fernando Redondo, que no jugaba porque estaba lesionado.

¿De aquella plantilla, qué futbolista le sorprendió más?

Maldini. Era muy bueno en todos los sentidos, tácticamente, físicamente… Le daba bien con las dos piernas, iba bien de cabeza. Era el futbolista perfecto. Y luego, como persona, Gattuso.

¿Por qué?

Amable, simpático, siempre se preocupaba por los demás… Una excelente persona.

Javi Moreno se formó en La Masía. ¿Quiénes eran de su quinta?

Los del Pelao: De la Peña, Celades, Roger, Óscar, Arpón, Juan Carlos, Arnau… Yo creo que ha sido la mejor hornada de futbolistas que ha dado el Barcelona y el fútbol español, creo que sólo comparable quizás a la Quinta del Buitre.

Usted ha militado en 10 equipos distintos, además de las categorías inferiores del Barcelona. ¿De cuál se arrepiente haberse dejado o a cuál se arrepiente haber ido?

Con el tiempo pienso que nunca debía haberme ido del Milan…

¿Por qué?

Porque creo que en el segundo año me hubieran salido mejor las cosas.

¿Y de cuál guarda mejores recuerdos?

Del Alavés y del Córdoba, donde también pasé unos años espectaculares. Curiosamente, son los equipos donde he repetido en períodos distintos, así que no es casualidad.

¿Quién le apodó ‘Búfalo’?

Juan Carlos Rodríguez, el secretario técnico del Alavés.

¿Por qué?

Supongo que por mi forma de correr con la cabeza agachada.

Oiga, se le ha acusado, en ocasiones, de cuidarse poco. ¿Cuánto de verdad hay en esto?

Ha habido momentos en que eso ha sido verdad. Pero no era una cuestión de que saliera de fiesta y trasnochara, sino que siempre me ha gustado comer, y mucho, y ha habido veces en que no me he controlado y he estado por encima de mi peso. Lo que pasa es que cuando adquieres una fama, no te la quitas de encima ni con agua caliente, es triste, pero es así, da igual lo que hagas después. Yo, desde luego, siempre he tenido la conciencia tranquila.

Le pregunto por la Liga: ¿cómo la está viendo?

Sentenciada desde hace tiempo, pese a que el Madrid ha resucitado, tras los Clásicos, y el Atlético está haciendo una gran temporada.

¿Y la Champions?

Está claro que el Madrid y el Barcelona son favoritos en las apuestas con razñon, pero no tanto, porque los otros equipos también tienen un gran potencial. ¡Y ojo al Málaga!

Desde la Masía, 10 equipos y tres países

Javi Moreno (Silla, Valencia, 10-9-1974) entró muy jovencito en La Masía y pronto sus goles empezaron a catapultarle por las distintas categorías del Barcelona. En la temporada 1994-95 despuntó en el Barcelona C, en Segunda B, y al año siguiente ascendió al primer filial blaugrana, que militaba en Segunda, aunque sólo disputó 10 partidos y marcó cinco goles. Integrante de la famosa Quinta de ‘Lo Pelat’ o del Mini, decidió emigrar para tener minutos y se marchó al Córdoba y en la siguiente temporada, 1997-98, al Yeclano (ambos clubes estaban en Segunda B). De Yecla hizo las maletas para ir a Vitoria. En el Alavés, en esa primera etapa, disputó 13 partidos y marcó dos goles, y en la campaña 1998-99 se fue cedido al Numancia, donde ya fue importante: 39 partidos, 17 goles. Estos números hicieron que el Alavés le repescara y vivió con el club babazorro su etapa más brillante, ya en Primera División: 83 partidos en dos temporadas y 36 goles, y lo más importante, jugó la final de la UEFA ante el Liverpool, al que marcó dos goles (el partido acabó 5-4, con gol de oro para los reds). Su nombre ya se cotizaba y el Milán lo fichó, en 2001, por 1.500 millones de pesetas. En el club de Berlusconi estuvo sólo un año, aunque firmó cuatro, y en el verano de 2002 llegó al Atlético de Madrid. Vistió la camiseta rojiblanca dos campañas, aunque fue en la primera donde tuvo mejores registros: 24 partidos, nueve goles. En 2003 llegó a la Premier, al Bolton, donde tuvo pocas oportunidades, y un año después regresó a España, al Zaragoza, donde volvió a tener números aceptables: 18 partidos, 10 goles. Fue su última temporada en Primera. En 2005, nueve años más tarde, volvió al Córdoba: estuvo tres temporadas, las dos primeras en Segunda B, y en 2007 fue artífice del ascenso del equipo andaluz a Segunda. En 2008 empezó su declive definitivo: Ibiza-Eivissa, en Segunda B, en la campaña 2008-09, y el Lucena, también en la categoría de bronce, un año más tarde. Éste fue el último club que vio jugar al Búfalo, a Javi Moreno: 16 años de carrera desde que apareció en el Barcelona C, más de 400 partidos y casi 200 goles.