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MÁLAGA 0 - ESPANYOL 2

El Espanyol fulmina a un EuroMálaga resacoso

El Málaga acusó el cansancio y fue volteado por un práctico Espanyol. Colotto hizo el 0-1 tras un error de Caballero y Sergio García sentenció.

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El Espanyol fulmina a un EuroMálaga resacoso
El Espanyol fulmina a un EuroMálaga resacosoJorge ZapataEFE

El Málaga, resacoso y saturado de partidos, fue el adversario idóneo para que el Espanyol de Javier Aguirre se llevase, con increíble comodidad, tres puntos de oro con una propuesta futbolística más inteligente y efectiva, que brillante y espectacular. Los malagueños pagaron el esfuerzo de su heroico duelo de Champions contra el Oporto y jamás dieron la sensación de superar a su práctico adversario. Los catalanes ponen punto final a tres jornadas consecutivas sin ganar y miran su horizonte con mayor serenidad.

Los hombres de Pellegrini salieron congelados, tiesos y sin mentalidad para este partido, debido a la inercia de su gloriosa hazaña continental. El Ingeniero, sabio administrador de sus recursos humanos, decidido guardar a Baptista y Demichelis y dejar a Joaquín y Saviola en el banco, para que recobrasen fuerzas. El Espanyol lo tuvo clarísimo desde el segundo uno sabedor de que esta era una gran oportunidad para clausurar los tembleques de sus últimos malos resultados. Sabía lo que quería. Willy Caballero mandó a córner un lejano cañonazo de Verdú (minuto 3) y realizó un escalofriante paradón en un mano a mano de Mattioni que se quedó sólo tras se muy bien asistido por Sergio García (minuto 4). Estas dos acciones señalaron el camino del evento matinal.

El Espanyol se movia relajado y pausado. Manejaba sus nociones sobre el agotamiento de un adversario que ya lleva acumulados 44 partidos entre Liga, Copa y Champions. ¡Una burrada! El Málaga tenía el balón, cierto, pero no sabía que hacer con él. Mientras, el Espanyol, bien situado, cerraba espacios de manera correcta, pero mostraba muy poca ambición. El primer tiempo se clausuró con muy poco más que contar. Un cabezazo de Santa Cruz rechazado por Casilla y una tarjeta amarilla a Wakaso por dura entrada a Gámaz en una acción donde llegó tarde. El agotamiento del Málaga y el antifútbol del Espanyol dejaron como resultado un infumable espectáculo.

El segundo tiempo comenzó de la mejor manera para el Espanyol. Minuto 48. Willy Caballero no atrapó un sencillo balón procedente del lanzamiento de un córner, en lugar de eso, se la dejó muerta a Colotto, que la incrustó en el fondo de la red. Mazazo para el Málaga y premio excesivo para la propuesta más rácana, pero tremendamente efectiva. Y lágrimas para el colosal Willy que sólo cometió ese error en todo el partido y casi, en toda la temporada.

Al Málaga no le quedaba más alternativa que asediar a su rival, pero faltaba frescura, inspiración y luces. Necesitaba cosas nuevas. Consciente de ello, el Ingeniero retiró del campo a Seba y al desacertado Lucas Piazon y puso en el campo a Duda y Joaquín. A falta de ideas, el Málaga necesitaba magia y el Espanyol… que volase el reloj y encontrar alguna contra aislada. Bingo. En el 65 Wakaso se fue como una centella de Lugano, centró con facilidad y Sergio García, como en sus mejores tiempos, los que le llevaron a la Selección, se anticipó a Weligton e incrustó el balón lejos de las garras de Willy Caballero. El Espanyol lo tenía todo cotrolado. Colotto imponía su ley, Verdú marcaba territorio y Sergio García, sólo con su presencia, sembraba el terror a una defensa menos fiable que de costumbre.

La hemorragia manaba sangre. Pellegrini recurría a Saviola, en un clásico cambio donde el equipo gana en corazón, pero rifa la cabeza. Aguirre lo tenía todo controlado.

Con todo perdido, la afición blanquiazul dio una hermosa lección y se puso a cantar de manera unánime y emotiva el himno del equipo. Hoy, el Málaga ha perdido el cuarto puesto. Pero sigue muy entero. Y el Espanyol recobra su milagro. El milagro de Javier Aguirre.