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SIMEONE | ATLÉTICO DE MADRID

"Desde que empecé el curso de entrenador, sabía que volvería"

"Cuando me fui me dolió mucho, pero entendí que debía hacerlo porque no estaba dando lo mejor de mí, ya estaba dando lo último. Mi presencia al míster le perturbaba”, explica.

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"Desde que empecé el curso de entrenador, sabía que volvería"
jesus rubioDIARIO AS

¿Le cuesta desconectar cuando no está en un partido? Me cuesta desconectar, es difícil al ser entrenador, siendo jugador es distinto. Siendo entrenador es difícil desconectar. Vas a ver una película y en cualquier momento te pasa una jugada mientras estás viendo una película o al menos me pasa a mí. Lo que me aísla un poco es ir a correr, ir al gimnasio, así busco una alternativa más allá de hacer deporte, que me permite a mí encontrar un vacío.

Hay entrenadores, como Marcelo Bielsa, que te pide directamente la copia del partido para visionarlo en el autobús de regreso. ¿Llega usted a eso?

No, a eso no, pero sí con el departamento de fútbol trabajamos en comunión y estamos continuamente analizando y buscando situaciones para los jugadores individualmente. Yo soy muy de la idea, de mejorar al jugador, porque eso nos hará mejorar al equipo.

Hay entrenadores-padres, que hablan con el jugador no solo de fútbol, si no también de cuestiones de la vida, ¿qué tipo de entrenador es? ¿Separa mucho?

No soy de hablar mucho con ellos, digo lo que pienso en situaciones de la vida, porque yo no comparto lo que se dice: “Uno en la vida es de una manera y en el fútbol de otra”. Creo que cada uno tiene una personalidad que la transmite a su manera en la vida y en fútbol.

¿Los tipos fríos no van usted?

La palabra frío es fea. Yo digo que los jugadores que no se entregan son los que me provocan un reclamo, me cuesta interactuar con ellos, porque esa parte no la permito, el sacrificio lo exijo y lo necesitamos.

¿Es histórico que haya renovado con el Atlético por cuatro temporadas?

Yo creo que es un premio hacia el club, cuando un entrenador renueva de esta manera creo que el club está yendo bien. Busco estabilidad, busco equilibrio, busco no confundirnos con el éxito. El éxito es mucho más difícil que cuando las cosas van mal, el exigir, y creo que la mejor manera de crecer es ir escalón por escalón; si no, nos desviamos.

¿Asume que hay jugadores importantes que van a tener que irse?

Sabemos que puede pasar porque es fútbol, pero también sé que es muy difícil que si se va un jugador que vale muy caro venga un jugador malo. Con que se hagan medianamente bien las cosas, vendrá un jugador importante también. Yo siempre digo que en el Atlético de Madrid se fue Torres, vino Agüero; se fue Agüero, vino Falcao y bueno, esperemos que en la sucesión, si llega a pasar, siga sucediendo lo mismo.

¿Quiere entrenar a la Selección argentina? ¿Quiere entrenar en Italia? Qué idea tiene de su futuro?

Creo que la mejor manera de preparar el futuro es mejorar el presente. El fútbol es muy cambiante, es el día a día. He jugado en el Inter, en la Lazio, me ha ido bien, dejé grandes recuerdos, posiblemente podría pasar por esos equipo. Pero yo estoy absolutamente entregado a esta situación si no, no hubiese firmado cuatro años y no hubiese creído que se puede hacer algo importante. Lo que me lleva a pensar en estos cuatro años es que veo al club con ganas de crecer, con ganas de mejorar, necesita que el equipo entre en Champions para poder económicamente ser fuerte.

Todo el mundo daba por hecho que entrenaría al Atlético, pero fue muy rápido.

Cuando yo me fui de jugador me dolió un montón no me quería ir, pero entendí que debía hacerlo porque no estaba dando lo mejor de mí, como jugador ya estaba dando lo último. Mi presencia al míster le perturbaba, íbamos a llegar a junio y para el club iba a ser un problema tener que renovarme. Me fui para Argentina hice el curso de entrenador. Desde el momento que empecé el curso sabía que iba a volver aquí. Me preparé y cuando llegó la situación de venir pasó algo mágico, miré la plantilla, me encantó y cuando llegué la gente no vino a saludar al entrenador, si no al exjugador que le había dado todo y de repente me empezaron a valorar como entrenador. Hay un detalle, sé lo que la gente quiere, lo que el club quiere y por eso es un paso mucho más rápido. Cuando uno se siente bien donde está los demás los perciben.

¿Jugará su hijo en el Atleti?

Ojalá. Está en River, jugando en lo que llaman tercera división, entrenando a veces con primera. Es un delantero con buenos movimientos, inteligente.

Cuándo se siente más responsable del éxito, ¿como entrenador o como futbolista?

Es difícil responder. Como entrenador sería de un egocentrismo que no tengo. Como jugador te sientes mucho más partícipe. Eres el que juegas. Las ideas y el trabajo de un entrenador no es nada, si un jugador no desarrolla lo que tienes como entrenador.

¿Qué caducidad tiene el discurso de un entrenador en un grupo?

Depende de los dirigentes del club. Si no se mejora la plantilla, la relación se aplasta porque siempre es la misma. Si no se refresca, es veneno para el club.

¿Diego Costa es de sus máximos orgullos desde que llegó?

En la pretemporada Diego no tenía hueco en el equipo, pero decidimos entrenarle como a uno más y nos lo puso muy difícil porque sacó lo mejor de él. Empezada la temporada, el hueco era para Adrián por nuestra manera de juego. Mi compromiso no es con nadie, es ganar. Y entró contra el Rayo y fue determinante. Él y Falcao tienen una virtud más allá de los goles y con ellos podemos llevar a cabo un sistema 4-4-2, que es tan difícil conseguir. Estoy contento con él por la llamada de Brasil. El trabajo tiene su recompensa.

Dicen que es controlador, que está en todas las parcelas.

Pero doy mucho espacio, es la manera de dejar mejorar a la gente. La autoridad debilita a uno mismo y a los de al lado.

Imagen más importante en el Atlético de Madrid.

Partido contra el Albacete en el 96, centro de Pantic y cabezazo al segundo palo y gol. Campeonato, que casi empezaba a ser nuestro de verdad. Sigo pensando como futbolista…

¿Estaba preparado para los malos momentos (manda a rematar Asenjo y marca el 0-2 el Rubin)?

Hay que estar preparado porque es normal que lleguen. Fue un momento instintivo y el riesgo siempre está. Las posibilidades eran muy pocas y se dio. Hay que asumir las responsabilidades. Lo mejor que nos pudo pasar es ser competitivos en todo lo que jugamos.

¿Tolera el debate interno?

El debate siempre es bueno, pero siempre sabiendo que la última decisión es mía. La persona que participa es porque está activa, me gusta este tipo de personas y habla donde tiene que hablar, que es el campo. Es muy difícil que todos los jugadores estén contentos, todos quieren jugar, y es normal que estén molestos cuando no es así. Para crecer como jugador es mejor jugar 14 partidos bien jugados que 38 irregulares. Si se quiere jugar siempre vete a un equipo menor que vas a jugar siempre, con fiebre, llueva o nieve. Esto hay muchos jugadores que no lo entienden y eso está muy bien. El camino es la puerta e ir a hablar con los dirigentes. Hay que pensar en grupo.

¿El éxito de un entrenador es conseguir que un equipo juegue a su imagen y semejanza? ¿Lo ha conseguido aquí?

Si, los equipos que más se han reflejado son el Atleti y el Estudiantes. El Cebolla despierta ilusión y adrenalina cuando se mueve por la banda, es muy positivo para el grupo. Y cuando sale del banquillo, resuelve como debe.

¿El partido que más feliz ha sido aquí?

Las dos finales. Fueron dos partidos que lo que te imaginaste y sucedió. Fue mágico.

Contestó a varios aficionados del Athletic de Bilbao cuando les marcó en San Mamés un 3-0.

Todo el mundo es capaz de insultarte, pero en la calle nadie se atreve… Es algo normal. Cuando jugaba contra el Madrid en el campo las 50.000 personas cantaban juntos muy bien contra mí.

Nunca has negado tu admiración por Mourinho, pero sois muy diferentes, ¿qué te gusta de él?

A los entrenadores los admiro por su trayectoria y la suya habla por si sola. Ganó el Oporto, en el Chelsea, en el Inter, en el Madrid y eso no es casualidad, eso habla de un talento innato. Más allá de que tuvo grandes equipos, pero no es fácil ganar siempre.

-Con Falcao coincidiste en River, jugaba de segundo punta estaba Abreu por delante. -

Tenía unos 21-22 años. Estaba llamado a ser algo grande, con carácter, con compromiso, con esfuerzo, trabajador, con gol, con disparo, grandes diagonales. La progresión de Falcao fue increíble. Las cosas del destino nos hizo volver a encontrarnos aquí. Vi un jugador mucho mejor todavía mucho más decidido, más goleador. Su hábitat es el área, con lo que teníamos que potenciar a los jugadores de su alrededor para que el fuera el último realizador.

¿Entendió lo que pasó con Diego?

Son cosas que pasan, pero lo tengo en mente, sí, es un jugador que me seduce, uno de los mejores que he tenido y le deseo lo mejor.

¿Qué siente cuando el estadio corea tu nombre?

Responsabilidad, cuanto más me gritan, más responsabilidad me genera. Estoy contento porque en todas las áreas estamos encolumnados y así los jugadores responden. Si llenamos de grandes jugadores el plantel, somos más competitivos para afuera y eso genera más socios, estando con el equipo como siempre lo hace.