"Las claves del Alcorcón son respeto, honestidad y humildad"
Fernando Morán (Madrid, 1976) cumplirá en abril 20 años de profesional del fútbol. Formado en la cantera del Madrid, se asoma ahora al ascenso con el Alcorcón.

Se formó en el Real Madrid. ¿Qué recuerda?
Coincidí con Raúl, desde los 13 a los 18 años, un tipo equilibrado, que metía muchísimos goles y no se las daba de nada. Otros metían muchos menos y el ego se les subía más. Subí alguna vez al juvenil Sub-19 de Rafa Benítez y en el autobús nos ponía vídeos las cinco horas de viaje. Eran en VHS. Sacaba trozos de partidos, paraba, rebobinaba, te explicaba En aquella época eso no lo hacía nadie y menos con juveniles.
Ahora cierra el círculo en un equipo con bajo presupuesto.
Muy a gusto. En el Alcorcón trabajan cinco personas que se multiplican. Cuando vas a jugar fuera te tienes que encargar de meter las botas tú mismo en una bolsa para que te las lleven. Si se te olvida, llegas a jugar y no tienes con qué. A mí me pasó un día y cuando llegamos a Elche me di cuenta. Llamé al director general que viajaba en el día y él mismo fue al vestuario a por ellas y me las trajo. A él no se le cayeron los anillos y a mí ¡ya no se me ha vuelto a olvidar! En otros equipos el futbolista no se ocupa de nada de eso, te lo llevan todo. Es una responsabilidad que aquí asumimos cada uno, y no pasa nada. Somos un equipo humilde y me gusta.
¿Y en qué más nota la humildad del Alcorcón?
Cuando jugamos a la pocha. Se ponen cantidades pequeñas. Tienen esa norma desde hace muchos años. Lo importante es amenizar el viaje, no jugarse mucho dinero. Y en otros equipos llegas al hotel y te vas a tu habitación. Aquí nos vamos todos juntos a dar un paseo. Esos pequeños detalles son la clave del éxito. Vienen de gente que ha vivido aquí épocas duras y ha mantenido las mismas pautas de respeto, de honestidad, de entrenamiento en Tercera, 2ª B o 2ªA. Son los Rubén Sanz, Mora, Nagore, Fernando Sales, Quini, hasta que se fue al Racing, y Angel.
¿Dónde estaba cuando el 'Alcorconazo'?
Delante de la tele. Recuerdo ver a Guti enfadado y cómo ganaron con una garra y una pelea tremendas. Y de ahí hasta quedarse a un gol del ascenso el año pasado. Manteniendo esa manera de hacer, ese buen rollo, se entiende dónde ha llegado el equipo.
¿Y qué siente ante la posibilidad de vivir de nuevo un ascenso con 37 años?
Me gustaría más por estos jugadores que le he nombrado antes que por mí mismo. Lo merecen, se han ganado jugar en Primera. Personalmente también sería muy bonito desde mi función de apoyo, de jugar en varias posiciones y ayudar anímicamente. Detrás de un buen equipo siempre hay buenos suplentes. Es vital. Un buen suplente es un tío que entrena a tope, que no protesta y que espera su oportunidad asumiendo su rol. Hace que el titular mantenga el listón alto.
Palop me dijo que, a estas edades, para que te respeten los jóvenes hay que dar ejemplo, ir a tope.
Es cierto. Pero más allá de tu rendimiento lo que noto es falta de humildad. La generación del 90 ha tenido de todo rápido. Su móvil, su coche En cambio, a la generación de Palop y mía conseguir cualquier cosa nos ha costado más, porque nuestros padres han tenido que trabajar mucho. Los jóvenes de hoy cuando llegan a un equipo donde hay que respetar, ser honesto con tu trabajo, colaborar les cuesta mucho más. A mí cuando los Zalazar, Merino y otros me decían algo, lo asumía y respetaba. Ahora tú le dices a un chaval: "¡Oye, coge la portería que no te he visto cogerla!" Y te dice: "¡cógela tú!" Porque el sistema educativo antes era diferente. A mí me daban con la regla en la mano. Ahora se denuncia a los profesores. Lo de antes no estaba bien pero lo de ahora Hay compañeros que pueden ser mis hijos pero no estoy para educarlos. Eso es lo que yo veo en el fútbol y en la calle. Vas en el metro y nadie se levanta para ceder el asiento.
Ah pero ¿un futbolista de élite va en el metro? ¿no viven ustedes en una burbuja?
Yo tuve mi burbuja, sí. Pero no era del todo feliz. Viví una época de mucho consumismo. En Santander hubo un momento que ganaba bastante dinero, pero notaba que algo no iba bien. Por eso hice un viaje a Guatemala para ver cómo trabajan las ONGs.
Me lo imagino: ventipocos años, saliendo del Madrid a una ciudad con ambiente como Santander y en Primera
Firmé con 21 años con el Racing. Es importante tener tu propio ego, sentir que eres bueno, porque vas a competir con mucha gente. Pero a la vez te tienes que dar cuenta de que tus hermanas trabajan 17 horas al día y que lo que yo ganaba en un año era lo que iban a ganar ellas en 15. Si no te das cuenta de eso es que no eres muy inteligente. Yo ya tenía mi grupo de música, apadrinaba a unos niños en Guatemala y en El Salvador. Estaba en Primera, pero no lo disfrutaba. Metía un gol y pensaba que tenía que meter otro. Me llevaba problemas a casa. Y decidí viajar para conocer otro mundo. Fui yo solo con Intervida. Quise saber qué se hacía con el dinero, cómo se trabajaba in situ.
¿Y qué se encontró?
Que para hacerles llegar unas pinturas a los niños había que sobornar a los policías. O que había críos que hacían dos horas y media de camino diario para llegar a la escuela. Les llevé muñecas y no las soltaban, no habían visto nunca una. Un simple flemón, al no tener medicinas, les deformaba la cara. Les dabas un antiinflamatorio y te miraban como si fueses Dios. Las mujeres se metían trapos en la vagina como método anticonceptivo. Recuerdo que, como en Santander llovía tanto, yo estaba harto de tanta agua. Hasta que fuimos a un poblado que parecía el fin del mundo. Veía gente bajar de las montañas como hormiguitas, mujeres con tres niños colgados encima y ahí había una pilastra de 3 por 2, con un tubito. Cuando llovía, eso era lo que podían beber. Si no llovía no tenían qué beber. Cuando volví a Santander después de aquello dejé de sacar al perro con paraguas. Nunca me había dado tanta satisfacción mojarme.
Guatemala le marcó para siempre
Aprendí a disfrutar de las cosas. Si te puedes pegar una mariscada hazlo, o comprar un coche estupendo. Pero el problema es ir acumulando cosas y no ser feliz. Tener tanto y no disfrutar. Es importante ver ciertas cosas.
¿Cómo es posible que en una tierra como Cantabria, con gran tradición futbolística, hayan caído en esas manos?
Estuve 8 años allí y vi el despilfarro en fichajes y sin atinar. Ya se veía que la caja no podía durar siempre. Luego en el Numancia vi cómo se debe gestionar un club. Subían y el presidente no se volvía loco. Por eso Numancia o Alcorcón son clubes saneados y serán solventes durante años. En el Racing engañaron a la afición. Primero con Piterman y luego con Ali Syed. El aficionado cántabro es estupendo, señor. No critica mucho y anima bastante. Los acogieron bien. Luego va Piterman, con quien nos salvamos de milagro, y aparece en Interviú desnudo encima de una portería Yo recordaré siempre el ascenso, haber aprendido de los Correa, Merino, Ceballos, Amavisca haber ganado al Barcelona, coincidir con Lucas Alcaraz
¿Con qué técnico se queda?
Quique Hernández ha sido el mejor. Con Setién muy bien, y con Alcaraz. Tuve a Preciado, que era un gran psicólogo. O Víctor Espárrago, que era un señor.
¿Y Bordalás?
Un tipo muy constante, justo y objetivo. En el Elche lo hizo fenomenal y aquí no era fácil llegar después de Anquela. Y él ha potenciado el buen trabajo anterior.
¿Cómo ha relacionado fútbol y música en su carrera?
Con varios compañeros hemos compartido ambas facetas. A Farinós le enseñé a tocar la batería. A Raúl Fuster, en el Nàstic, le enseñé a tocar el bajo. A Manu el portero también le estoy enseñando a tocar la batería
¿Le han vacilado mucho por ser músico y futbolista?
Algunos entrenadores creen que tienes que estar las 24 horas pensando en fútbol y eso es malísimo; tienes que desconectar. Para mí ensayar es una terapia, que me hace entrenar mejor.
El año que viene podría haber cinco 'Primeras' en Madrid. ¿cree que hay aficionados para tantos?
No. Porque muchos son los mismos. Pero el Alcorcón no necesita más para poder sobrevivir, siempre que tenga cabeza en la gestión. Si llega el ascenso, pues a disfrutar.
Cumple 20 años de profesional...
Veía a Butragueño con 32 y pensaba en llegar y voy a hacer 37... No he salido mucho y he trabajado mi cuerpo.