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Ruud Gullit

"Mi Balón de Oro del 87 también se lo había merecido Gordillo..."

El holandés Ruud Gullit (Amsterdam, 1962) es comentarista de televisión y fue campeón con el Milán de Sacchi y la Holanda del 88. Una referencia para los ochenteros.

Actualizado a
Ruud Gullit.

Comentarista de televisión y para muchos leyenda del fútbol de los 80. ¿Lo sigue en la actualidad?

Las grandes competiciones y los grandes partidos, sí.

¿Vio el Milán-Barça?

Por supuesto.

¿Y?

Un gran partido por parte del Milán. Defendió muy bien y atacó con criterio. Creo que nunca había visto al Barça quedarse sin hacer una sola ocasión. Fue muy sorprendente. Aquella derrota le hizo daño, como se vio luego ante el Madrid.

Su carrera terminó en el Chelsea. ¿Otro en crisis?

Su objetivo principal es clasificarse para la Champions. No lograrlo sería un fracaso.

En la Europa League el panorama se le ha aclarado...

Es otra opción. Un torneo interesante y que sirve para que equipos que no acostumbran a ganar títulos lo puedan hacer.

¿Qué le parece Benítez?

Creo que ha asumido un trabajo complicado al ir al Chelsea, especialmente después de que dijera que nunca entrenaría en Stamford Bridge. También por asumir el cargo en sustitución de Di Matteo, que ganó la Champions.

¿Por qué critica a Torres con tanta visceralidad?

He sido crítico con él como cualquier periodista español o como la gente que sigue el fútbol. Me gusta mucho Torres, pero me pregunto por qué no está jugando bien. Quiero verle jugar mejor. Y esto lleva siendo así un par de años, incluso en la Selección española ha sido relegado. Me pregunto por qué. Es decir, si no hubiera costado tanto dinero, ¿seguiría jugando o sería suplente?

Mata sí le gustará más...

Mata lo está haciendo muy bien, se ha adaptado rápido al fútbol inglés. Ha ayudado mucho al Chelsea y ha aportado.

En el Chelsea probó la experiencia de ser jugador-entrenador ¿Cómo le fue?

Ser entrenador-jugador es imposible. Después de dos meses me di cuenta de que solo sería entrenador. Lo pasé muy bien en el Chelsea. Había superado una grave lesión y aún me mantuve en activo.

¿Dónde comenzó a jugar?

Empecé en los parques, en las calles, hasta que llegué a un pequeño club de cerca de Amsterdam. Los niños ya no juegan como antes. Ahora están más pendientes de las nuevas tecnologías. En Rozendwarsstraates me crié y después, con 10 años, me mudé a las afueras de Amsterdam. Había una gran plaza en la que jugaba al fútbol todos los días.

¿Por qué cambió de apellido: de Ruud Dil a Ruud Gullit?

Mi apellido era el de mi madre porque por circunstancias no podía usar el de mi padre. Cuando mi padre murió sí pude usar el suyo oficialmente. Fue por eso que lo cambié.

¿Se acuerda de su debut como futbolista?

Sí, fue con el Haarlem. Estaba muy nervioso.

Normal. Tenía 16 años...

Es verdad. Creo que entonces fui el más joven en debutar en la Eredivisie. Una experiencia muy interesante.

Destacó tanto que enseguida le fichó el Feyenoord, en el que coincidió con Cruyff. ¿Qué consejos le dio Johan?

Jugué una temporada con él, creo que tenía 38 años y aún así todavía era muy rápido. Me decía que me preparara para lo que me venía como jugador. Me recordaba las cosas que le habían pasado a él. Vio un líder en mí y decía que en el futuro tendría que hacer mejores a los demás. En aquel momento no lo entendí, me prestaba tanta atención a mí mismo que no sabía cómo hacerlo. Dos años después, como capitán del PSV, capté lo que me quiso decir y pensé más en el resto.

Habla del PSV. Su fichaje desde el Feyenoord fue muy polémico y controvertido.

Bueno, yo era joven. Creo que hubo más polémica por otros que por mí. Allí crecí como jugador y eso permitió que me fichara el Milán...

De hecho fue el fichaje más caro de la historia cuando le contrató el club milanista: ocho millones de euros.

Sí, fueron siete u ocho. No me afectó. Sé que la gente hablaba de ello, pero no me importaba. Era una oportunidad.

La gente también recuerda que cuando ganó el Balón de Oro, en 1987, se lo dedicó a Nelson Mandela.

Sí, yo era activista en Holanda en movimientos a favor de Mandela y también para acabar con el Apartheid en Sudáfrica. Era consciente de su situación. En la música reggae, que me encantaba, había algo de esto. Así que simplemente se lo dediqué. Más tarde entendí realmente lo que significó la figura de Mandela. Todavía voy a Sudáfrica y la gente piensa que yo contribuí a que las cosas cambiaran. Me hace feliz.

Y en España llamó la atención que dijera que Gordillo merecía aquel premio.

¡Gordillo! ¡Es cierto! Lo mereció. Lateral zurdo del Madrid. Trabajaba duro por el equipo. Me gustaba mucho, era uno de mis jugadores favoritos.

Aquellas eliminatorias de Copa de Europa ante el Madrid. Aquel 5-0 en San Siro...

Estábamos ansiosos por ganar ese partido. Beenhakker era el entrenador del Madrid. Teníamos la sensación de que habíamos merecido ganar el de ida porque me anularon un gol por fuera de juego. Pensábamos que haríamos un mejor trabajo en la vuelta. Les presionamos mucho. Controlamos el partido, jugamos uno de nuestros mejores encuentros y curiosamente me lesioné y fue cuando comenzó mi plaga de lesiones. Aún así seguí jugando, incluso marqué, pero después de eso me tuve que operar.

El Milán de Sacchi. ¿El italiano fue un revolucionario?

Sacchi era un gran entrenador, muy pasional. El equipo era revolucionario, no sólo él. Él era un purista. Repetíamos una y otra vez las diferentes situaciones hasta que salían perfectas. Muchas veces sus entrenamientos eran pesados, pero era necesario. De ahí han surgido entrenadores como Rijkaard, Ancelotti, Van Basten, Tassotti, Donadoni, yo mismo... Era una buena escuela. También luego con Capello, otro grandísimo entrenador.

A nivel de selección ganó la Eurocopa del 88 y marcó un gol en la final, ante la URSS.

Ganar algo para un país pequeño como Holanda fue un gran logro. Muchos jugadores holandeses estaban jugando ya en varios países del mundo. También había entrenadores. Nuestra generación pudo ganar lo que la anterior de Cruyff no. Son cosas que pasan. Ellos jugaron la final del Mundial, pero no pudieron conquistarla. Respecto a mi gol, fue un gran alivio porque no estaba jugando nada bien esa final. Me sirvió para descargarme.

¿Y la actual Holanda? La dureza en la final del Mundial ante España aún sorprende.

No fue la mejor final. Arriesgar una tarjeta roja quizá era la única manera de ganar a España. Es curioso, pero también nosotros pensamos que los españoles fueron duros. Ninguno de los dos jugó bien. De hecho Holanda tuvo las mejores oportunidades. Sin embargo, en el momento en que pudo sentenciar no lo hizo y eso fue fatal.

¿Es de los que disfruta viendo jugar a la actual España?

Sí, me gusta mucho. Son jugadores excepcionales. ¿Qué hay que no puedan hacer? Disfrutemos viéndolos porque son muy talentosos. Además, me alegra ver a esta generación porque juega y gana. Es bueno para el fútbol en general: jugar bien y además ganar.

¿Iniesta y Xavi han cambiado el fútbol? Bajitos pero geniales.

Antes había algunos jugadores como ellos, por ejemplo Hassler, de Alemania, que era bajito pero muy bueno. Esta es una generación excepcional, única. Se han juntado jugadores buenísimo del mismo perfil.

¿Quizá por su percepción del fútbol tendría más cobijo usted en un banquillo de la actualidad que cuando lo intentó hace años?

Mi aventura empezó bien, aunque a veces como entrenador ganas o pierdes. Ahora soy comentarista de televisión, pero si sale algo bueno por supuesto que lo aceptaría.

Mientras tanto también presenta galas como la del Balón de Oro. Allí coincidió con Cristiano y Messi. ¿Cuál de los dos le gusta más?

Los dos son excepcionales y tenemos el privilegio de verles. No hay por qué compararlos, son fueras de serie. Decir que uno es mejor que el otro es sólo cuestión de gustos.

¿El ambiente se corta entre ellos cuando están juntos?

Tienen una relación rara. Se saludan, se dan la mano, pero se sienten extraños. Ves en los periódicos la rivalidad entre Madrid y Barça y quizá lo comprendas. Fuera de eso deberían estar al margen. No vivo en España y tal vez por eso no lo entendí. Me pareció extraño.