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BARCELONA B 1 - HÉRCULES 0

El arte de Rafinha reflota al filial azulgrana de la depresión

Un magnífico gol del delantero reflotó al filial de la depresión tras tres derrotas seguidas y la grave lesión de Alejandro Grimaldo en el partido, que se destrozó la rodilla.

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El Barcelona Be recuperó la senda del triunfo tras los últimos resultados adversos.
El Barcelona Be recuperó la senda del triunfo tras los últimos resultados adversos.Diario AS

El arte de Rafinha, hoy traducido en un magnífico gol ante el Hércules (1-0), reflotó al filial azulgrana de la depresión en la que se había sumido tras tres derrotas consecutivas y la grave lesión de Alejandro Grimaldo en el partido, que se destrozó la rodilla en un choque en el segundo tiempo.

Necesitaba el Barça B despedirse de los inesperados tropiezos de los últimos partidos, que habían cortado su pasear feliz por el torneo, tras nueve jornadas invicto lo habían aupado a la zona alta. El Hércules fue el remedio perfecto a la tristeza. Deambulando en un campeonato donde coquetea peligrosamente con el descenso, y con su defensa parcheada por la lesión de Noé Pamarot y las bajas por sanción de Leandro Cabrera y Paco Peña, los alicantinos apenas ofrecieron cinco minutos de amenaza y setenta de resistencia.

Si el filial no se marchó con una ventaja más que tranquila al descanso fue por un excepcional Falcón bajo palos, que paró lo fácil y lo imposible, especialmente a un Sergi Roberto que volvía al once inicial tras un mes lesionado. El centrocampista se desesperaba cuando, hasta en tres ocasiones, el felino meta rival le abortó sus remates. Tras un arranque algo espeso, Rafinha y Luis Alberto dieron rienda suelta a su estético fútbol y un pase de tacón del hispano-brasileño fue conectado por Sergi Roberto. Su parábola perfecta hacia la escuadra encontró el peaje del vuelo raso de Falcón.

El mismo Roberto, poco antes de ser sustituido al descanso por precaución debido a una pequeña sobrecarga, no supo aprovechar, con hasta dos remates consecutivos a bocajarro -ambos taponados de nuevo por Falcón-, otra delicada asistencia de espaldas de Luis Alberto. El gaditano reclama a voces con su fútbol una oportunidad de quedarse en el club más allá de su cesión por un año y el Miniestadi agradeció con pañuelos y aplausos sus detalles. Falcón, mientras, seguía atormentando a los delanteros azulgranas, una vez Dongou, otra Joan Román, siempre en el lugar y el momento indicado.

El dominio del filial solo tuvo una brecha de cinco minutos en los que, gracias a los saques de esquina, el Hércules rozó el susto. Bedia merodeó un gol olímpico y un testarazo de Nacho González era desviado por Oier al poste. A cuatro puntos de la salvación, puntuar en el Miniestadi era un lujo para los valencianos. Pero Grimaldo, al que Eusebio Sacristán había colocado como extremo tras el intermedio para revitalizar un ataque que añoraba demasiado a Deulofeu, se destrozó la rodilla en un balón dividido con Mora y fue retirado en camilla con evidentes gestos de dolor. Y en el gélido silencio en el que se sumió la grada tras la impactante lesión del más joven del vestuario, Rafinha apareció para devolver la alegría. Recogió una carambola en el área, revoloteó con gracia y, tras una mediavuelta de tango, fusiló a Falcón. Su sonrisa alejó por fin toda tristeza del filial.