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Entrevista con un historiador del fútbol

Ramón Ramos: "El Gobierno no quería jugar la Eurocopa del 60"

El régimen de Franco prohibió a España enfrentarse a la Unión Soviética en la Eurocopa de 1960. En 'Que vienen los Rusos', Ramón Ramos revela las claves de aquella decisión.

Actualizado a
Ramón Ramos.
Pepe Villoslada

'Que vienen los rusos' suena a que viene el coco, como una amenaza.

Es que la Unión Soviética era para el régimen de Franco poco menos que la tierra del diablo, el origen de todos los males. La fuente que justificaba el alzamiento en armas, la Guerra Civil, las muertes. ¿Cómo se les podía dejar venir a los comunistas?

El miedo y el riesgo, más que ir a Moscú, era que ellos vinieran a Madrid.

El temor era que los rusos vinieran y se pudieran producir incidentes. Había pavor a que aparecieran banderas republicanas o a ver ondear la bandera roja soviética. Era una pesadilla para el régimen de Franco.

El Gobierno quería evitar a toda costa un posible enfrentamiento contra la Unión Soviética y así lo comunicó a la Federación.

Dos años antes, en 1958, la Federación consultó al Ministerio de Asuntos Exteriores si debía inscribir a España en la primera Eurocopa de naciones. El Ministerio contestó que el criterio del Gobierno era no inscribir a la Selección española en competiciones en las que pudiera cruzarse con la Unión Soviética.

Entonces, ¿por qué España fue inscrita en el torneo?

Probablemente se pensó que España podría jugar sus partidos sin enfrentarse a la Unión Soviética en todo el campeonato o, llegado ese día, que fuera en territorio neutral. A la fase final se clasificaban cuatro selecciones y se iba a celebrar en campo neutral.

España ganó su eliminatoria de octavos contra Polonia. Rusia también. ¡Bingo! Vaya lío

Tocó Rusia. El sorteo fue en diciembre de 1959, con tiempo suficiente para haber normalizado la situación. La Federación se dirigió al Ministerio de Asuntos Exteriores, el Ministerio consultó a la Delegación Nacional de Deporte, siempre en documentos compulsados con el sello de confidencialidad, que también aporto en el libro. No habían dicho ni blanco ni negro hasta que llegó el Consejo de Ministros último antes del encuentro.

Sin embargo, la Federación lo había preparado todo para que la eliminatoria se jugase.

Como no existían relaciones diplomáticas entre ambos países, las federaciones acordaron tras el sorteo canalizar los trámites y la preparación de los viajes a través de las embajadas que España y la Unión Soviética tenían en París. Todo estaba acordado: el número de jugadores y técnicos que viajarían, delegados, directivos, fechas de entrada y salida, todo.

Pero faltaba la autorización del Estado, que el régimen diese luz verde a la eliminatoria.

Así llegamos al Consejo de Ministros que se celebra el viernes 20 de mayo, nueve días antes del partido de ida. Los ministros militares finalmente impusieron sus tesis y convencieron a Franco para que los partidos no se jugasen. El miércoles de la semana siguiente los jugadores estaban citados en la Federación para viajar a Moscú, pero la decisión ya estaba tomada.

Sin embargo, los jugadores se presentaron allí como si nadie les hubiese avisado. ¿Qué pasó?

El libro también es la crónica de esos cinco días, de la búsqueda desesperada de una solución para que se pudiera jugar la eliminatoria. La Federación lo intentó todo para que el Consejo de Ministros revocara la orden, o incluso el mismísimo Franco. Los jugadores se presentaron en la sede de la Federación porque no lo supieron hasta el miércoles por la mañana, el mismo día que viajaban.

Era la España de Di Stéfano, Suárez, Peiró. El Real Madrid dominaba en Europa ¡éramos favoritos! ¿Cómo vivió todo este conflicto la opinión pública? ¿Se pudo conocer algo?

Nada. Si no lo sabían los jugadores, imagínese el resto. La censura se encargó de silenciarlo todo. Había rumores de que algo pasaba pero no trascendió a la Prensa. España tenía en su equipo a dos Balones de Oro, el Real Madrid y el Barcelona eran grandes en Europa lo teníamos todo para ganar.

Empieza su libro con un telegrama oficial del Ministerio de Información y Turismo prohibiendo a los periódicos y emisoras de radio cualquier información relativa a la Selección.

Toda la documentación oficial aportada es la gran revelación del libro, gracias al trabajo y la generosidad del periodista Bernardo de Salazar. La censura franquista prohibió terminantemente que se pudiera publicar cualquier referencia al partido.

¿Tuvo eco fuera de España este suceso?

Fue noticia de portada en L´Equipe y La Gazzetta. Publicaban que la UEFA pedía a España una respuesta sobre si iba a viajar, y España seguía sin pronunciarse. Esos periódicos tampoco entraron a España. La Prensa estuvo incapacitada para hablar y la Federación trató de convencer a Franco hasta el mismo miércoles, que se reunieron en El Pardo. Debió ser duro para los jugadores no jugar y no enterarse de nada.