El Depor huele a Segunda y se pide la dimisión de Lendoiro

El Depor se desangra y comienza a oler con intensidad a equipo de Segunda víctima de errores propios, ajenos y la mala suerte del pobre. Marchena, que en 324 partidos en Primera jamás había marcado en propia puerta, se estrenó ayer al borde del descanso. Cuando casi no había comenzado la segunda parte, una mala salida de balón acabó con la penetración del veloz Siquiera y un gol a placer de Ighalo. Como las desgracias no llegan solas, cinco minutos después Riki aprovechó un pase atrás de Recio para marcar, pero Ayza interpretó que el balón venía de Oliveira y anuló un tanto legal que daba esperanzas al moribundo.

A partir de ahí comenzó el quiero y no puedo, la protesta de la grada hacia la presidencia y la figura de Toño como último e insuperable baluarte ante el que se estrelló un impotente Depor. Domingos sacó a Oliveira y Valerón, pero este Granada, además de bien armado, tiene el viento de cara. La vela de Alcaraz se hincha hacia la permanencia mientras la de un Depor, que como remate de fiesta sufrió un penalti inexistente, apunta al abismo.

Tras el pitido final, la afición del Depor explotó. Hubo pañolada contra Lendoiro y se pidió su dimisión. Uno de los gritos más escuchados fue "más coruñeses y menos portugueses" y la Policía tuvo que intervenir en los alrededores de Riazor por las airadas protestas de los aficionados.