Tiempos de unidad y reflexión

Carlos Mendoza | 29/01/2013

Desde la Asociación por los Valores del Madridismo que presido, compuesta por muchos socios compromisarios y algunos de los presidentes de las peñas más importantes de nuestro club, creemos que es el momento de transmitir un mensaje positivo. Somos el Real Madrid. Debemos estar unidos y remar en la misma dirección.

Tal vez la gestión de nuestro presidente pueda arrojar dudas para algunos. Pero no es el momento de tratarlas. Él nos pide ahora la unión del madridismo. Apoyemos ahora a nuestro presidente. Apoyemos ahora a nuestros jugadores. Iker es el mejor portero del mundo y encarna los valores del madridismo. Adán debe ser arropado y Diego López vuelve a su casa. Disfrutemos de las gestas de Cristiano, como cuando con el Levante, golpeado y sangrando, insultado y vejado, ejemplo de pundonor, no paró de luchar hasta marcar un gol y cada día machaca nuevos récords.

Apartemos las fútiles polémicas y los empeños egocéntricos. Somos madridistas. Lo somos antes que ser o no ser Mourinhistas, categoría ésta pasajera, porque ni siquiera los que se consideran Mourinhistas a muerte le seguirán cuando deje el Madrid.

Pero además de unión, necesitamos que se tomen decisiones. Notamos con preocupación la antipatía que nos estamos ganando en todas partes, otrora admirados por nuestros valores. También la proliferación de asuntos conflictivos. Con el último se convocó una rueda de prensa.

Los responsables de la contratación de Mourinho ya sabían cómo era. Pensaban seguramente que era el mejor del mundo y que se adaptaría a nuestra entidad, como sí lo ha hecho Cristiano. Pero se arriesgaban a que pasara lo que está pasando, que todos vemos y sufrimos. La Caja de Pandora de la división entre el madridismo la abre el propio Mourinho cuando una noche nos convocó para participar en un grotesco referéndum sobre su figura. Pero la afición pasó de él, afortunadamente.

Nuestro entrenador somete a una presión excesiva a los jugadores, y la culpa de las derrotas o fallos casi nunca recae en él mismo, sus explicaciones se dirigen hacia otros. Mou es infalible, según Mou. En este escenario, es perfectamente lógico que los jugadores le hayan transmitido al presidente su inquietud al respecto a través de sus capitanes y por lo tanto representantes, no lo olvidemos. Los que estamos más metidos en el madridismo lo sabíamos desde hace tiempo. Eso sí, todos rechazamos que se haya producido un ultimátum. No es propio de nuestros capitanes.

Nuestro presidente cuenta con nuestro apoyo para defender al Real Madrid, para coger las riendas del club, como patrón de un gran barco que no debe en ningún momento quedar a la deriva aparentemente secuestrado por personas que representándolo, se conducen con comportamientos nada ejemplares y alejados de nuestros valores.

¿Nos concederían ahora el trofeo como mejor Club del Siglo XX? No dilapidemos ese enorme patrimonio amasado con esfuerzo, dignidad y deportividad. Somos el Madrid. Somos madridistas. Nos guste más o menos el entrenador, votemos o no votemos al presidente, todos tenemos que unirnos y gritar más fuerte si cabe:

¡HALA MADRID!