NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

BARCELONA 5 - cÓRDOBA 0

El fondo de armario se luce

Thiago dirige la orquesta de los suplentes. David Villa marca dos golazos. Alexis Valdés falla los claros y marca los complicados. Espera el Málaga en cuartos de final.

Actualizado a
ALEGRÍA Y TRISTEZA. Villa cuajó un partido sensacional. En la imagen celebra uno de sus dos goles en la primera parte. En la segunda, en cambio, se fue con molestias.
ALEGRÍA Y TRISTEZA. Villa cuajó un partido sensacional. En la imagen celebra uno de sus dos goles en la primera parte. En la segunda, en cambio, se fue con molestias.

Entre las ideas preconcebidas sobre el Barcelona se instaló en el imaginario colectivo la de que este equipo tenía una plantilla corta. Nada más lejos de la realidad. Ayer, un equipo formado por suplentes, lo que se denominaría el fondo de armario, no sólo barrió al Córdoba goleando por 5-0, sino que lo hizo con momentos de fútbol realmente brillantes. Si un equipo es capaz de jugar así a pesar de no alinear a Valdés, Piqué, Iniesta, Busquets, Xavi, Pedro y Messi, es que tiene muy asumido su concepto de juego. Eso, o que la competencia es tan grande dentro del grupo, que los Thiago, Alexis y Villa aprovechan, para desgracia del rival de turno, cualquier ocasión para reivindicar un sitio en el once titular.

 Vayamos al caso práctico de David Villa. Jugador absolutamente consolidado, máximo goleador de la Selección española, estrella mundial, pero que acumula seis partidos de Liga sin ser titular. Una estrella en apuros, en resumidas cuentas. Pues bien, ayer un jugador de su talla podía haberse tomado su participación ante el Córdoba en una eliminatoria más que decidida como un trámite tedioso y afrontarlo con aire funcionarial. Pero Villa no es de esos.

El Guaje hizo todo lo contrario. Salió a jugar ante el Córdoba con la ilusión de un juvenil y concentrado como si el partido, en vez de empezar 2-0 para los barcelonistas gracias al triunfo en el partido de ida, se tuviera que remontar. Tanto se partió el alma, que acabó con una rampa muscular cuando el Barça ya ganaba por 4-0. Eso se llama profesionalidad.

Recital Thiago. Dejando aparte a Villa y su enésima demostración de honradez futbolística (que provocó el delirio de los pocos aficionados que acudieron al Camp Nou), el Barça demostró tener un Plan B para todas las posiciones del campo. Pero entre todas, ninguna es tan sublime como la que desempeña Thiago Alcántara.

El centrocampista del Barcelona ofreció un desparrame de regates, pases, movimientos y desmarques durante todo el tiempo que duró el encuentro. Su arte se impuso al resultadismo. Poco le importaba el marcador, siempre buscó un pase genial o un remate imposible. Thiago, cuando está de dulce, hace que un partido intrascendente se convierta en un rato apasionante.

En la misma línea, pero con resultado más controvertido podría alinearse Alexis. Atendiendo a la estadística, el tocopillano completó un partido más que correcto, pues marcó dos goles, pero es que falló el doble de los que convirtió. Y lo hizo de la manera más estrambótica. Cuando no fallaba a portería vacía, se tropezaba con los cordones de las botas tras regatear al portero.

El Barcelona, por tanto, puede salir más que contento del partido. Alcanza los cuartos de final de la Copa del Rey, donde le espera el Málaga, con una autoridad fuera de toda duda, con el fondo de armario reivindicándose y con una idea de juego instalada en todos los niveles del equipo. En contra, juegan las dolencias musculares que sufrieron tanto Sergi Roberto como David Villa, que se retiró del campo dejando al Barça con 10 jugadores. Pero ni por esas el Córdoba amenazó al fondo de armario culé.