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Real Madrid - Celta | El árbitro

Ayza estuvo muy desangelado

Vayamos a las jugadas conflictivas. En el 19' hay un choque entre Hugo Mallo y Cristiano cerca del área que no es penalti. En el 35', error grave: Ronaldo no está en fuera de juego.

Actualizado a
35'. Bellvis rompe el fuera de juego. Gol mal anulado a Cristiano.

El colegiado Ayza Gámez estuvo muy desangelado, tuvo una interpretación de las faltas muy peculiar, ya que perjudicó más al Celta que al Madrid. Flojo disciplinariamente, tiene una buena condición física pero estuvo muy estático en muchas fases del juego. Y encima le fallaron en varios fueras de juego sus asistentes...

Vayamos a las jugadas conflictivas. En el 19' hay un choque entre Hugo Mallo y Cristiano cerca del área que no es penalti. En el 35', hay un error grave: Cristiano no está en fuera de juego porque le habilita un defensa del Celta por varios metros. Gol legal mal anulado.

Poco después, en el 38', Túñez le puso el brazo levemente a Cristiano y éste se dejó caer descaradamente pero el colegiado señaló falta. Al hacerlo, debería haber sido acompañada de una tarjeta roja porque era ocasión de gol manifiesta y era el último defensor de su equipo. Aclaramos: no era falta, pero una vez señalada, tenía que ser expulsión...

Antes de llegar al descanso, en el 41', hay una ocasión del Celta que sigue jugando con Benzema en el suelo. Hubo lío entre los jugadores y fueron amonestados Ramos, por una patada a De Lucas, y Arbeloa por levantar a un rival.

Dureza. En la segunda parte, hubo más acciones a considerar. En el 69', hubo una falta a Cristiano de Vila que es intencionada y se produce sin posibilidad de jugar el balón. El árbitro valenciano debió tomar medidas más duras: se quedó entre la amarilla y la roja...

Quien si la vio, solamente dos minutos más tarde, fue Ramos. Se fue a la ducha al ver la segunda tarjeta amarilla. El sevillano resbaló, pero después, mientras se caía, levantó el pie peligrosamente sobre el pecho y el cuello de Augusto. Es justa la expulsión.

El problema es que Ramos, cuando se fue del campo, lo hizo dándose palmadas en la cara y diciéndole de todo a Ayza Gámez y a su cuarto árbitro, que se lo dijo también después en el vestuario.