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BARCELONA 4 - ESPANYOL 0

El Barça vuelve a ser el que fue

Barre al Espanyol en el derbi con media hora de vértigo y recupera la intensidad que le hizo triunfar. Xavi hizo el primero, Pedro hizo un doblete y Messi logró el suyo de penalti.

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El Barcelona celebra uno de sus goles ante la mirada de Casilla.
El Barcelona celebra uno de sus goles ante la mirada de Casilla.LLUIS GENEAFP

El Barça regresa como se fue. Goleando. Pero si me apuran, vuelve hasta mejorado. La intensidad mostrada es la de su mejor época. Aquella que él mismo había patentado. Por eso el equipo de Tito (bienvenido) despachó al Espanyol en media hora, recordándole a Aguirre que sí alguien machaca aquí, va vestido de azulgrana. Logró cuatro goles en el primer tiempo que pusieron el partido cuesta abajo casi de salida, y aprovechó para mandar un recado a cuantos le vigilan y esperan un resquicio de flaqueza: el hambre en la presión vuelve a ser la deseada. La precisión en el pase y la elegancia con el estoque también siguen intactas. Xavi, con una de sus llegadas de puntillas, abrió la lata. Pedro, que no marcaba en Liga desde la primera jornada, hizo un doblete. Y, Messi, fiel a su cita, sentenció de penalti e igualó otro récord personal. El de ocho jornadas seguidas marcando. El Espanyol estuvo; dicen. Pero inquietó casi por compromiso.

El derbi enfrentó a dos equipos con estilos opuestos. Es lo que tiene contar con Messi en un lado y apostar su ataque a Simao en el otro. El Barça fue dueño de nuevo de la posesión y metió a su adversario, ya de por sí defensivo, en las barbas de Casilla. Así que no le hizo falta ni amagar. La primera vez que llegó en manada, marcó. Y lo hizo como le gusta. Jugando de banda a banda y apareciendo al espacio sin hacer ruido. El 1-0 fue para enmarcar. Alves se agobia, recula y mira al centro, donde espera Messi. El argentino abre a la izquierda y allí Iniesta devuelve el balón al centro para que Xavi empuje con su clase de siempre. Diez minutos y los deberes hechos. Qué superioridad. Por hacer bien los deberes y por el rácano planteamiento de Aguirre.

El segundo pudo llegar con un disparo de Iniesta tres minutos después. Pero fue Pedro quien eligió ser el protagonista. Cesc se valió de un balón escorado en la izquierda para amagar el centro e introducirse en el área. Su centro lo remató Messi y, antes de colarse, tropezó en el delantero canario para deshacerse de su mala racha. El Espanyol no daba crédito a la poca oposición que estaba ofreciendo y temblaba por la que se venía encima. Con Sergio solo arriba tocaba esperar el error ajeno. Hasta que llegó. Casilla sacó en largo y entre Busquets y los centrales completaron el error defensivo de cada día. El delantero perico se quedó mano a mano con Valdés. Y donde se exigía colocación, el exbarcelonista eligió potencia. A las nubes.

Fue de los pocos errores que se permitió una sólida defensa liderada por Alba y sus tres pulmones. Ya no hubo mayores despistes. Otro de Piqué, ya con todo resuelto al final, que no supo agradecer Albín. Sin más. El resto fueron aciertos. El siguiente, inmediato. Magistral. En el minuto 27. Busquets se sacó de la manga un pase desde el medio campo en busca de Pedro honrando a otro de los grandes en los derbis, De la Peña. Su pase al hueco fue excelente. Tanto como el desmarque de su compañero y su posterior remate picado. El Barça estaba lanzado. Así que no desaprovechó la inercia. En un nuevo balón profundo al área, Cesc cayó al suelo tan pronto como notó a Casilla por los suelos. El penalti lo transformó Messi.

Con el duelo encarrilado, el Barça se dedicó a rotar (Xavi fuera) y agradar a su gente, ya de por sí entregada. Y siempre con la portería en el horizonte. No como en años anteriores, cuando el toque sin avanzar resultaba de vez en cuando hasta empalagoso. Dos de los mejores destellos pudieron valer el quinto gol, pero el colegiado anuló por fuera de juego dos combinaciones calcadas. Una entre Messi, Cesc y Pedro por la izquierda. Y otra Thiago, Alves y Pedro por la derecha. El Espanyol seguía corriendo por orgullo y para no hacer más dura la noche a su afición. Mientras, Leo rozó la manita con una falta a la cruceta. Aunque otro gol ya era lo de menos. El objetivo estaba cumplido para el Barça. Recordar que si el vecino sobrevive en mitad de tanto ruido, en la Liga domina su música celestial.