Gonzalo Higuaín regresa ante una Real Sociedad emergente

Circula la siguiente broma en Twitter: "Contra la Real, Mou pondrá en la portería a Jesús para mandar un recadito a Adán". El chiste es bueno porque se mueve en la fina frontera entre la ciencia ficción y el futuro que viene. "No conviene estar cómodo", dijo ayer el entrenador, y quién sabe si Adán habrá tenido durante estas fechas un acceso de felicidad o satisfacción. Los jóvenes, ya se sabe, asimilan mal el éxito.

Bromas al margen, la lógica indica que hoy jugará Casillas, al que le llueven los reconocimientos desde que el entrenador le castigó sin postre. Entre sus deseos para 2013, el Madrid se ha propuesto rebajar el ruido que se genera desde su interior, y ruido innecesario fue la suplencia en Málaga del mejor portero del año hasta para la revista Cinemanía. Insistir en la titularidad de Adán se entendería como un desafío al mundo, y especialmente a Florentino. La titularidad de Jesús, a esta hora, todavía no se baraja.

Resuelta esa intriga (en principio), el encuentro está llamado a ser feliz, por el día, por la hora y por el sol en todo lo alto. Hablaríamos de una magnífica ocasión para congraciarse con el público si no fuera porque el Madrid, esta temporada, no es dueño de su destino. Y se acumulan las bajas en defensa. Pepe y Coentrao estarán ausentes por lesión y Ramos por sanción. Varane será titular junto a Carvalho y el lateral zurdo se lo disputan entre Nacho y Essien.

Sin sorpresas en los músculos superiores (Di María, Özil y Cristiano), en la punta de ataque se confirmará el regreso de Higuaín (su último partido lo jugó contra el Borussia el 6 de noviembre). Su ausencia explica algunos de los males del equipo y la baja de Marcelo justifica el resto de achaques. Benzema, por su parte, regresa a la nevera y alguien debería advertir al técnico de que no es bueno congelar de nuevo los alimentos ya descongelados.

La Real, entretanto, se presenta de puntillas, pero bien de ánimo. El equipo de Montanier ha sumado ocho puntos de doce en sus últimas cuatro visitas y la actitud del entrenador francés ante el partido ("reto complicado, pero excitante") es la que se espera de quien visita el Bernabéu. Lo demás pertenece a los jugadores, sometidos esta tarde a los jueces más irritables que existen: los niños sin siesta.