14.000 culés vibran en el Mini

Faltaban pocos minutos para las 11:00, cuando comenzaron a desfilar por uno de los fondos del Miniestadi las estrellas del Barcelona. Lo que habían sido nervios desde entonces comenzó a traducirse en histeria, focalizada en las figuras de Fàbregas, Xavi, Piqué y Messi, claro. La temperatura (cerca de 15º) acompañó lo necesario en la espera que en algunos casos llegó a la hora y media (las puertas se abrieron a las 9:30).

Lo primero que detectaron los aficionados fue la ausencia de Tito Vilanova en el entrenamiento. Después de acudir a las primeras sesiones del año, el técnico prefirió quedarse en su despacho, en la Ciutat Esportiva. En su ausencia fue Jordi Roura, su mano derecha, el que dirigió la sesión. Breve tiempo dedicado a la carrera y pronto, el balón a escena. Para que nadie se sintiese desfavorecido, el equipo, repartido en varios grupos, fue rotando sobre el césped del Miniestadi; era la manera de que todo el mundo pudiese decir que había estado cerca de sus ídolos.

Pese a que el día era festivo para los que estaban en las gradas, los futbolistas no perdieron la atención, más sabiendo que hoy tendrán día libre y que mañana asoma un interesante derbi ante el Espanyol. De ahí que la pelota no paraba de aquí para allá y los habituales piques entre los jugadores para ver quién se había equivocado en los rondos eran habituales.

Casi todos. Tras recibir el alta médica el pasado jueves Song, Fàbregas y Adriano, Roura pudo contar con toda su plantilla a excepción de Muniesa, que sigue recuperándose de la lesión de rodilla que se hizo el pasado verano. Eso sí, el lateral brasileño tuvo que retirarse antes debido a un golpe en el tobillo, mientras que Valdés, aquejado de una fascitis plantar en su pie izquierdo (no tendrá problemas para medirse al Espanyol), también recibió permiso para retirarse antes de tiempo.

Una vez finalizada la sesión, los jugadores regalaron balones con los colores azulgrana, tiraron parte de sus prendas usadas en la matinal y firmaron todos los autógrafos que les pidieron los niños, sin olvidar a los que esperaban en sus sillas de ruedas a pie de los banquillos. De ahí, a la ducha y a repartir ilusiones por varios hospitales de Catalunya repartidos en varios grupos. Fue un día diferente, de acercamiento de los ídolos a los aficionados. Se acercan los Reyes y los culé hicieron un buen regalo en azulgrana.

Puyol

"Estamos muy contentos de estar aquí, poder ver a los niños y darles una alegría. Son momentos complicados para ellos, pero tratamos de darles una alegría y ayudarles un poco. Somos conscientes de que para ellos es bueno poder ver a los jugadores del Barcelona".

Mascherano

"Este tipo de actividades sólo las hacemos una vez al año y es normal que los aficionados disfruten tanto. Nos sentimos felices por ellos, ya que siempre nos apoyan y es precioso estar cerca de todos ellos. Ver las caras de satisfacción nos llena de orgullo y nos da fuerza a todo el vestuario".