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Osasuna | Ricardo

"Cuando me llamaron creí que se trataba de una inocentada"

A sus 41 años, Ricardo volvió ayer a enfundarse los guantes de portero, algo inimaginable desde que en junio acabara su contrato. El meta madrileño recordó que estaba en paro.

Actualizado a
Ricardo en su presentación
Mikel Sáiz

¿Cómo ha sido el reencuentro?

Excepcional. Para mí es un día muy especial. He venido con un nudo en la garganta. Ha sido muy bonito ver a todos y el recibimiento que me han dado. No puedo estar más contento.

Su regreso se ha gestado bastante rápido.

Sí, ha sido muy rápido. Uno nace futbolista y creo que moriré siendo futbolista. Ahora tenía una vida muy relajada, con mi familia, mis niños, mis amigos, viajando de aquí para allá y haciendo muchas cosas. Estaba realmente a gusto, pero te llaman de Osasuna, se te abre una ventana y piensas: "Allá que voy". Es una alegría inmensa. Este tiempo he estado entrenando con equipos de menor categoría y eso te hace apreciar pequeñas cosas, como el venir aquí y pisar el césped natural. Lo que le pido ahora a la familia osasunista es que valoremos las cosas y luchemos por esto. Vamos a ver si con mi granito de arena vamos para adelante porque nos queda un año bonito por disfrutar.

¿Había perdido la esperanza de volver a jugar?

Estaba a gusto con la vida que llevaba. Te vas mentalizando de que ya no eres futbolista. Yo nunca me he retirado ni he dicho que dejaba de ser futbolista en activo, y aquí estoy, con la ilusión de un chaval que sube del juvenil.

¿Cuál será su papel?

Mi filosofía no va a cambiar. Es llegar a un equipo de fútbol, trabajar y estar al cien por cien para cuando te necesiten. Es lo que tiene que hacer un futbolista profesional.

¿Estaría disponible para el sábado?

Una vez que empiezas a entrenar El míster es el que toma las decisiones y soy uno más de la plantilla. Por eso he venido a entrenar ya, porque hay que ponerse a punto lo antes posible, hacer una readaptación Hay cosas que se pierden un poco, así que hay que ponerse las pilas para estar bien cuanto antes. Uno se puede ver bien, pero eso lo tienen que ver los técnicos.

¿Qué sensaciones ha tenido al ponerse de nuevo bajo los palos?

He recordado el último entrenamiento que había hecho aquí. No tengo ningún problema. Vicuña es un gran entrenador de porteros y me ha tratado como a uno más de los cuatro porteros que estábamos.

Cuando Mendilibar le llamó, ¿se lo creía?

Al principio, como son días festivos, de gastar bromas y había sido mi cumpleaños, pensé que era una inocentada. Vine para Tajonar porque tenía que traer una documentación y vi que la cosa iba en serio. Empezamos a hablar y a moverlo lo más rápido posible.