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Así veo a Casillas

"Valoramos de Casillas la tranquilidad que nos da..."

En el libro de Casillas 'La humildad del campeón', escrito por Enrique Ortego, en el capítulo 6 'Así le ven', personajes del fútbol hablan de él. Louro le pone por las nubes.

Actualizado a
EXIGENCIA. Louro le aprieta a Casillas en cada entrenamiento.
Dani Sastre

Después de año y medio trabajando a diario con él, creo que ya conozco muy bien al Iker portero y al Iker persona. Al primero ya le conocí antes de venir al Madrid pues es uno de los mejores porteros del mundo y por mi especialidad tengo que seguir de cerca a todos para estar bien informado.

Por supuesto, como es mi costumbre, no voy a expresar cuáles pueden ser sus cualidades negativas, que alguna tiene como todo el mundo porque no somos perfectos. Pero está claro que como él las sabe y yo también y las trabajamos todos los días, lo que no vamos a hacer es entregar oro al bandido como decimos en Portugal, es decir, no vamos a dar pistas al enemigo. Está prohibido hablar de cosas negativas.

Como entrenador de la materia para mí es un privilegio tenerle a mi lado, es un gran profesional y lo demuestra todos los días estando 15 minutos antes de la hora en su puesto de trabajo dispuesto a entrenarse. Demuestra que él tiene ganas de trabajar todos los días y está siempre preparado para entrenarse bien. Tiene 30 años y ya atesora una experiencia. Algo que le repito todos los días, a él y a los demás porteros, que como son más jóvenes se fijan mucho en lo que Iker hace, es que tiene que estar concentrado en todos los entrenamientos. Son tan importantes como los partidos. La concentración se debe trabajar todos los días. Él se está dando cuenta de eso y cada día le veo más concentrado, lo cual es una muy buen señal.

La primera vez que me fijé más en él fue en la final de Glasgow. Me impresionó la parada posterior al saque de esquina, que fue de palo a palo. Cuando sabíamos que veníamos al Madrid comencé a ver vídeos de él para ver cómo trabajaba. Y varios amigos que le conocían me hablaron de él y destacaron su profesionalidad.

Una de las cualidades de Casillas que más valoramos en el cuadro técnico es la tranquilidad que da al equipo, tiene ya una experiencia acumulada, pero la experiencia se gana partido a partido. Con 25/26 años tenía una, ahora con 30/31 tiene otra y con 38/40, si las lesiones le respetan, tendrá otra. Le veo jugando hasta los 40.

Lo más importante para un portero es que el entrenador le dé confianza y tranquilidad. Es importantísimo. Ese es su caso. Debe estar tranquilo porque tiene toda la confianza que se puede tener. Ser portero del Madrid es muy difícil. Te llega un balón cada 20 minutos y tienes que pararlo sí o sí. Por eso insisto en la concentración. Si te llegan dos balones y te meten dos goles, aunque no sea por tu culpa directa, no es bueno para el conjunto.

Yo sí creo que existen porteros de equipo grande y porteros de equipo pequeño. Si te tiran diez veces paras ocho y te meten dos, pierdes el partido pero el portero ha estado bien. Un ejemplo es el primer partido del Madrid de esta temporada en Zaragoza. Marcamos seis goles, pero Roberto paró 10 más y todos dijimos que había estado bien y no había tenido la culpa de los goles. Lo complicado es estar concentrado en un equipo grande, que no te tiren. En el pequeño te concentran los delanteros a pelotazos. En un equipo que quiere ganar la Liga, como nosotros, el portero nos tiene que dar entre diez y doce puntos a lo largo de la temporada. Y Casillas nos los da. Así que en esa posición no tenemos ningún problema.

Quiero recordar la final de la Copa del Rey en Valencia. Antes de nuestro gol, Iker hizo tres grandes paradas a Pedro, Messi e Iniesta. Esas actuaciones forzaron la prórroga y en la prórroga marcó Cristiano. Sus tres paradas nos ayudaron a ganar el título. Eso en una final aún vale más. Como en Glasgow o como en la final del Mundial en la parada que le hizo a Robben y que permitió que después llegara el gol de Iniesta. O como en los cuartos contra Paraguay, cuando él para el penalti a Cardozo y después viene el gol de España.

Mi relación personal con Iker es muy buena. Como ser humano no tengo palabras para definirle. La primera vez que contacté con él sucedió una cosa muy curiosa. Nos habíamos visto ya una vez en Madrid, nos saludamos sin más y nos despedimos. Yo estaba en el Mundial, en Sudáfrica, y le quería desear suerte para la final. Conseguí su teléfono y le puse un mensaje y firme: Silvino. Me contestó que quién era, que no me conocía. Le dije que era su nuevo entrenador para la portería y me volvió a contestar diciéndome que le había caído muy bien el día que nos habíamos conocido.

Ahora tenemos mucha confianza. Nos hablamos de tú. No lo considero una falta de respeto. Me considero más un hermano para los jugadores que un profesor. Trabajamos juntos para una obligación: ganar, ganar y ganar. Lo importante es el respeto que nos tenemos. Cuanto mayor libertad, mayor responsabilidad. No me gusta imponer la disciplina del látigo, mejor la del respeto. Yo quiero ser colega, pero cuando hay que trabajar, hay que trabajar.

Iker trabaja duro, pero como tiene experiencia ya ha aprendido cómo descansar en los entrenamientos. Cuando está un poco cansando, en lugar de devolverme el balón cuando le estoy tirando normal, de frente, lo hace hacia arriba, como en globo, para que tarde más en llegarme y así gana segundos para la recuperación. Para coger aire me corta en ocasiones la carrera cuando voy a golpear el balón Me dice "¡para, para!" y me tengo que parar. Eso no me lo había hecho nadie. Claro que ya me he inventado un antídoto, cuando no me devuelve el balón rápido, le pido otro al utillero y le tiro con el nuevo sin que le dé tiempo a decir nada.