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El Carrusel

David Navarro: pasa del tipo duro al tipo violento

La autopista hacia el título queda desierta para el Barça después de su victoria ante el Atlético, segundo clasificado, y el empate del Madrid en casa ante el Espanyol.

Actualizado a
CODAZO DE FERNANDO NAVARRO A SAPUNARU.
Alfonso ReyesDIARIO AS

Protagonistas a los que nadie convocó

Participar de algo tan inmenso como el fútbol sin ser parte activa es frustrante. Significa estar tan cerca y a la vez tan lejos. Algo de eso debió pasar por la cabeza de Francisco Lamsfús Bartolomé, el linier cántabro que convirtió en penalti por mano un centro que pegó en la espalda de Oier. Y no es la primera vez que decide impartir justicia por encima de la del árbitro principal, en su caso Teixeira II. Ya lo hizo el curso pasado en un Levante- Barça al sugerir como penalti un empujón de Botelho sobre Cuenca. La escuela de Rafa Guerrero sigue produciendo discípulos. Primero fue Fermín el del banderín, ahora Lamsfús Bartolomé. Invitados a una fiesta a la que nadie les convocó.

La escuela del '4' y su mejor alumno

La tan valiosa posición de mediocentro único del Barça encuentra el molde perfecto en la figura de Busquets. El catalán crea, distribuye, ayuda, roba, recupera. Lo hace todo. Su partido ante el Atlético le encumbra aún más como uno de los secretos de este Barça, el mejor de la historia. Al igual que sucede con otras demarcaciones del habitual esquema culé, Busquets ha conseguido mejorar y perfeccionar a todos aquellos que le precedieron en ese puesto. Y no fueron precisamente pocos. La escuela del '4', integrada por futbolistas de enjundia como Milla, Amor, Guardiola, Márquez e incluso Xavi e Iniesta antes de ser recolocados como interiores, jamás había dado un alumno así de aventajado. Guardiola se rindió ante él, Del Bosque se rindió ante él y Tito Vilanova se ha rendido ante él. Lógico. Combinar capacidad creativa y destructiva en un solo mediocentro es un lujo del que muy pocos equipos disponen. Busquets es dos futbolistas en uno, justo lo que Cruyff pretendía cuando ideó la posición del '4' en un dibujo que aún perdura...

Demichelis abre y cierra candados

Los goles no son únicamente cosa de los goleadores. Aquellos que, sin serlo, suman en esta materia son muy preciados. Más aún si son defensas. Es el caso del malaguista Demichelis. En el Pizjuán volvió a perforar la portería contraria, algo que lleva repitiendo al menos una vez desde que llegara a Europa. El argentino se formó y maduró en River. Entonces ya demostró ser un central o un mediocentro defensivo de gran nivel, aunque, sin embargo, sólo pudo hacer un gol en dos temporadas. Su poderío en cabezazos y jugadas a balón parado salió a relucir en Bayern, primero, y Málaga, ahora. Centrales que abren candados además de cerrarlos. Centrales como Martín.

Casilla es otra de las vístimas de Iker

Kiko Casilla necesitaba un partido como el del Bernabéu para demostrarse a sí mismo y a los aficionados su enorme valía. A él, como a otros muchos porteros de la cantera blanca, le perjudicó que durante un tiempo se le considerada el heredero deCasillas. Iker sólo hay uno y probablemente sólo lo habrá. El ruido de este suceso se llevó por delante a varios prometedores cancerberos, la mayoría de ellos reciclados ahora en distintos equipos de Primera. Kiko se marchó al Espanyol y después de un par de cesiones a Cádiz y Cartagena se ha encontrado con la importante competencia de Cristian Álvarez por un puesto en el once perico. Ayer aprovechó la lesión del argentino para reivindicarse y, quién sabe, dejar sin Liga al Madrid. Cosas del destino...

Las "banlieues" sigue produciendo talento

Francia sigue cultivando fútbol y futbolistas a través de las ‘banlieues’, las barriadas periféricas que rodean a las grandes ciudades. De allí brotan cada vez más jugadores, algunos de los cuales -Benzema, Ribéry, Nasri, Ben Arfa... -se han instalado también en la selección. Pues bien, el Granada tiene en Brahimi a su particular jugador de barrio. El mediapunta de origen argelino se crió en un suburbio del este de París y en su estilo se nota el descaro de quien aprendió en las calles. Lástima para Anquela y para la afición granadina que no haya en la plantilla un solo delantero capaz de aprovecharse de ello. Al Granada le falta gol y a Brahimi le falta un socio. Mal asunto.

Caparrós, Brandon y la cuna de Brunete

La búsqueda de soluciones a la crisis del Mallorca llevó a Caparrós a hacer debutar con sólo 17 años al canterano Brandon. Un juvenil en plena tormenta no es lo más natural, aunque quizá sirva para insuflar energía a un vestuario deprimido. En Palma le esperan con los brazos abiertos desde que le vieran en el famoso Torneo de Fútbol 7 de Brunete. Ni que decir tiene que cada vez son más los niños que por allí pasan y después -ya curtidos- aparecen en Primera para quedarse. Iniesta, Torres, Cesc, Piqué, Granero, Silva, Mata, Llorente, Ander Herrera o De Gea son los ejemplos más notorios. El Mallorca quiere protagonizar el suyo con Brandon. Brunete, cuna de futbolistas. No hay duda.

¿El hijo de Míchel es aún el hijo de Míchel?

Tres meses después Adrián recuperó su puesto y el Rayo ganó en Mestalla. Adrián, el hijo de Míchel. Para bien o para mal, el exmadridista siempre llevará consigo esa etiqueta que tanto le pesó en Getafe y Santander. En realidad no es justo para un chico joven que trata de instalarse en Primera, aunque habrá quien piense que precisamente eso le abrió puertas que a otros no. Sin embargo, alejado ya de la banda izquierda, reubicado en una posición de mediocentro más acorde a sus características, Adrián demuestra que puede ser titular y ofrecer un buen rendimiento en Primera, como ayer en Mestalla. Sea el hijo de quien sea. Esté cerca o lejos de lo que fue su padre.

El personaje: Navarro

Uno de los cánones del fútbol dice que los defensas centrales han de ser tipos duros, ariscos, malhumorados. A los entrenadores les dan más seguridad. A los aficionados de su equipo, también. Lo que no se dice en ningún sitio es que esa fuerza se pueda transformar en violencia. Mucho menos con la frecuencia con la que lo hace David Navarro. El central del Levante no aprende. Sus codazos son más noticia que sus anticipaciones, sus agresiones más que sus robos de balón. Ayer repitió con el zaragocista Sapunaru lo que hace unas semanas con Cristiano y lo que tantas otras veces en su carrera. No puede ser. No. Los codos en el fútbol sobran. Los suyos sobre todo.