MUNDIAL 2014
Brasil inaugura el primer estadio para el Mundial 2014
Es uno de los estadios que se deben finalizar para cumplir con el plazo -diciembre de 2012- para la Copa Confederaciones. Fue inaugurado por la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff.
El Castelao Arena, situado en la brasileña ciudad nororiental de Fortaleza, se ha convertido en el primer estadio que se ha inaugurado en vistas al próximo Mundial de Brasil 2014.
Junto con el Mineirao de Belo Horizonte, que se inaugurará el próximo viernes 21 de diciembre, es uno de los estadios que se necesitan finalizar para cumplir con el plazo establecido -diciembre de 2012- para la Copa Confederaciones del próximo año. Las obras del estadio, que tendrá capacidad para 67.000 espectadores, han supuesto un gasto de 518,6 millones de reales brasileños -264.790.890 euros-.
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, inauguró la construcción con un saque desde el centro del campo, antes de destacar que la finalización de las obras, junto con la victoria del domingo del Corinthians en la final del Mundial de Clubes en Japón muestran "la fortaleza" de Brasil dentro y fuera de la cancha. "Brasil es capaz de ambas cosas, de ganar en los campos de fútbol y de asumir la construcción de un estadio", dijo.
El Castelao Arena acogerá seis partidos del Mundial: uno de Brasil en la primera ronda, un partido de octavos y otro de cuartos de final. Además, Fortaleza acogerá, en la Copa Confederaciones, el Brasil-México del Grupo A, el partido entre España y el campeón africano del Grupo B y una de las semifinales.
La FIFA amplió el plazo hasta marzo de las obras para las sedes de la Copa Confederaciones, Brasilia, Recife, Río de Janeiro y Salvador, mientras que las de los estadios restantes del Mundial se completarán a lo largo de 2013.
Los preparativos para el Mundial han sido criticado en varias ocasiones por la FIFA debido a los retrasos con los que se han efectuado, en particular con los aeropuertos y el transporte urbano. El secretario general, Jerome Valcke, aseguró en su momento que el país necesitaba "una patada en el trasero".