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BARCELONA-ATLÉTICO

Bocado a la Liga

El Barça, primero con energía y ambición y luego con estilo y fútbol, voltea el 0-1 de un gran Atlético en la primera media hora y ya le mete 9 puntos y 13 al Madrid.

Actualizado a
Adriano celebra el 1-1, clave en el partido.
Adriano celebra el 1-1, clave en el partido.JOSEP LAGOAFP

Si la Liga pretende fingir a partir de ahora que aún no tiene dueño, va a tener que disimularlo mucho mejor. El Barcelona, en su versión menor (primera parte) y mayor (tras el descanso), le dio un bocado casi definitivo. Noqueado más de media hora por un Atlético imponente, demostró energía y ambición primero, y luego estilo y fútbol, para darle la vuelta y firmar un 4-1 que le deja con nueve puntos de renta sobre el Atlético y 13 sobre el Real Madrid. Ni el Barça de Guardiola alcanzó semejante distancia ante el eterno rival. Después de 46 de 48 puntos, el Barcelona ya sólo puede perder esta Liga. Y eso que el partido dejó una primera parte paradójica, con un Atleti mejor y un Barça ganador del parcial. El aroma de la segunda parte, sin embargo, fue abrumadoramente azulgrana, que se pegó un simulacro de alirón.

Fue tan perfecto el primer tiempo del Atlético de Madrid que el Barcelona, equipo superdotado para combinar, apenas si pudo entrar un par de veces en su área con paredes y casi penando. El plan de Simeone desdibujó de verdad al Barça, al que hizo menor y vulnerable un buen rato. Líneas bien puestas, 4-4-2 con Diego Costa sobre los centrocampistas, ayudas sobre la banda izquierda del Barça para frentar el frente Alba- Iniesta-Alexis y automatismos perfectos para sentirse seguro. Mientras más pequeño se hacía Messi, desconectado del balón y rodeado de camisetas rojiblancas, más gigante era Falcao. El Tigre, inalcanzable para Puyol, pegó tres dentelladas de crack. En la primera, cabeceó con estilo al palo. Su remate con la coronilla, estético y aprovechando la velocidad del césped, mereció mejor premio. Fue en el minuto 8. Un cuarto de hora después volvió a desafiar a Puyol, le ganó en la carrera y disparó fuera. A la tercera dijo basta. Messi perdió un balón en la línea de creación azulgrana (no es la primera vez) y Falcao, asistido por Diego Costa, se pegó una carrera memorable hacia la gloria. Agotó a Busquets y batió a Valdés con la sutileza de un elegido.

El 0-1, merecidísimo, sacó el ADN que ha descubierto Vilanova en el Barça. Si no hay fútbol, garra. Completamente obtuso, sin recursos para encontrar espacios, prefirió ir a la tremenda. Adriano, ambidiestro indescifrable, se inventó un misil que reventó la red de Courtois (1-1) y Sergio Busquets (descomunal partido) congeló el balón y el tiempo casi en el descuento a la salida de un córner. Dos goles anti-made in Barça volteraron un partido que se fue al descanso con un resultado insospechado según su desarrollo pero con el descubrimiento definitivo de una versión de un Barça de raza.

El contratiempo fue excesivo para el Atlético, que salió con menos brío después del descanso. Todo el que le puso el Barça, con un espíritu algo reivindicativo, como si quisiera demostrar que además de la pasión de la primera parte seguía conservando fútbol… Y a Messi, que se fabricó un gol espléndido. Domó un balón de Alexis, giró y se orientó. Luego, ejecutó con precisión. 3-1. El partido se le hizo eterno al Atlético, que a pesar de introducir a Adrián ya no encontró referentes, no encontró ya la manera de hacerle daño al Barça, que se divirtió e hizo un rondo gigante ampliado desde la entrada de Thiago. Se vio incapaz de darle un giro al partido con un plan B, aunque su frustración esta vez pareció justificado. Messi hizo la brecha excesiva con el 4-1 pero simbolizó mejor que nadie la conclusión del partido: es el rey del fútbol y el Barça, de momento, el rey de la Liga.