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El Carrusel

Messi: una historia que contar

Falcao y Messi. Messi y Falcao. La jornada se cerró con dos nombres propios muy destacados. El colombiano hizo cinco goles al Deportivo y el argentino superó a Müller.

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Messi
Getty

Laporte, Lizarazu y la cantera del Athletic

El joven Aymeric Laporte debutó ayer con el Athletic en Primera. El suyo sería un caso aislado más si no fuera porque nació en Aquitania, Francia, e incluso es titular con la Sub-19 de aquel país. Hace tiempo que las miras de Lezama se abrieron también al País Vasco francés, la región que se encuentra más allá de los límites de Guipúzcoa y Navarra con Francia. Lizarazu era el único precedente, pero la historia se repite ahora con Laporte. Los ojeadores del Athletic lo captaron allí jugando con 15 años en el Aviron de Bayona -club convenido- y sólo tres después ya cumple uno de los requisitos de la filosofía del club: formado en Lezama o en la cantera vasca. Pues que así sea.

En caso de problemas se opta por Albelda

Valverde se blinda detrás de Albelda en sus primeros días como técnico del Valencia. Buena decisión. En el Reyno de Navarra le hizo titular, algo que ya se había repetido entre semana en la Champions y que con Pellegrino cada vez era menos frecuente. Ya se sabe: en caso de problemas, Albelda. Es una consigna que funciona. El mediocentro del Valencia ha pasado por episodios de todo tipo en el club che, desde ser el capitán del equipo campeón a estar apartado en la época de Koeman. Por eso sabe de qué va esto y cómo salir de una situación peliaguda. Carácter, experiencia, entrega, sentimiento. Un cóctel fundamental para Valverde. Para él y para cualquiera.

Falcao surge entre los mitos colchoneros

La afición del Atleti había disfrutado del talento del Kun, del disparo con las dos piernas de Forlán, de la zancada de Torres, de la velocidad de Hasselbaink, de la potencia de Vieri, del juego de espaldas de Penev, de los cabezazos de Baltazar, de las chilenas de Hugo Sánchez, del olfato de Gárate, de la técnica de Ben Barek, de la imprevisión de Mendonça, de la magia de Vavá, de los goles de Escudero... Ilustres delanteros para una línea históricamente bien cubierta. Pero que muy bien. Sin embargo, sólo Vavá había marcado cinco goles en un partido, como ayer hizo Falcao. El colombiano demostró ante el Deportivo que es insaciable en su misión goleadora. Después de un gol busca el siguiente, celebra cada uno de ellos como si del primero se tratase y quiere más de cuanto tiene sin importarle la cantidad. La dimensión del colombiano se palpa mediante comparativas con los mejores delanteros atléticos de la historia. Y entonces las leyendas se tambalean. Los mitos pasan a humanos. Radamel surge entre ellos.

Özil: el mago Merlín con botas

Özil sacó su varita mágica para dibujar en el aire de Valladolid la silueta de un partido extraordinario. Volvió a ser Merlín Özil- más que Mesut- y esa delicadeza a la hora de jugar le convierte en un futbolista angelical, pomposo, pulcro. Cuenta el alemán que cuando entra a un terreno de juego se abstrae de todo y sólo la pelota perturba esa paz interior. Su afición por el yoga y los partidos sin fin durante su infancia en Gelsenkirchen moldearon dicho carácter. Con sus amigos jugaba en un campo con paredes en el que el balón nunca salía. Lo llamaban la jaula. Seguramente fue allí donde nació esa relación única con el balón, ese ritmo diferente al del resto, esa tierna melodía con la que adormiló a los jugadores del Valladolid en Zorrilla. Un mago con botas. Un genio.

Míchel ya tiene a su Seydou Keita

Monchi no fue ajeno -como el resto- al gran Europeo Sub-19 que hizo Kondogbia en verano con la selección francesa. El Sevilla llevaba tiempo pensando en un jugador de su perfil, joven, mediocentro o interior, zurdo, con buena llegada y carácter. ¿Les suena? Sí, una especie de Seydou Keita. Fichar al maliense ya fue en su día una excelente operación. Llegó por 4 millones y se acabó marchando al Barça por 14. Precisamente en el mismo club francés del que provino, el Lens, buceó la secretaría técnica para encontrar a este fenomenal jugador, titular a sus 19 años, y que en Cornellà volvió a demostrar su valía. Otro Keita en potencia. ¿Otra ganga?

La evolución dinamiza el fútbol de Camacho

La evolución es clave en el fútbol. Quien no se moderniza y acopla a las circunstancias que le rodean corre el peligro de quedar aislado. Uno de los casos más notorios en Primera es el de Ignacio Camacho. Su prometedora carrera como fino mediocentro le llevó del Zaragoza al Atlético juvenil, pese al interés de los equipos ingleses por él. Sin embargo, su perfil no cuajó con los técnicos que tuvo en el Calderón ni después en el Málaga y la solución ha pasado por evolucionar, mutar en un pivote más físico, más recuperador, con más presencia y empaque. Justo lo que quería Pellegrini, que lo rescató hace unos meses y ya no lo suelta. Este Camacho sí es imprescindible. Vaya que sí.

Un bello acicate en la carrera de Lell

Christian Lell es el nuevo dueño del lateral derecho del Levante. El alemán, de 28 años, se ha asentado en el once de JIM tras un dubitativo arranque de temporada. Después de despuntar en el Bayern y buscarse luego la vida en el Hertha, su carrera le lleva ahora a una defensa hecha y madura en la que poder sentirse cómodo. Lo ideal. Quizá Lell no haya cumplido con lo que se esperaba de él desde joven, pero gran parte del dinero ganado lo destinó a la fundación que lleva su nombre y que combate la fibrosis quística, una extraña enfermedad que padece su hermana. Motivo más que suficiente para ser pieza importante del Levante. Motivo hermoso, sin duda.

Messi: una historia que propagar...

Quienes no vimos jugar a Müller recibimos con admiración las doctrinas de quien sí. Nos cuentan que fue un delantero infatigable, un pequeño Torpedo con piernas de haltera, una rápida y dura canica que se colaba entre las defensas, aunque también era capaz de elevarse por alto como si botara. Así dejó para la historia la increíble suma de 85 goles en un año natural, 1972. Ayer le sucedió Messi, con 86. Calcular el listón del argentino es ficticio, pero se intuye que hubo muy pocos mejores que él. Su facilidad para arrebatar récords asombra. Ayer fue Müller. Pronto será otro. Por eso nos toca prepararnos para un día contar cómo era Leo. A hijos o nietos. A quien sea. Lo suyo merecerá ser propagado...