Escaparate para Leo Messi

Ha ido triturando récords de forma continuada y hay quien piensa que el próximo reto que le queda es superar sus propios números. Golea de dos en dos (o de tres en tres) en la Liga, además de superar con facilidad a los metas en Europa (cinco goles en cinco partidos). Pero hoy puede ser el gran día ante uno de los históricos de Europa: el Benfica. A las 20:45, La Pulga tendrá la oportunidad de superar de una vez por todas el registro goleador que tiene desde 1972 Gerd Müller, el Torpedo del Bayern, que ese año olímpico en Múnich, su ciudad, hizo 85 goles en 60 partidos.

Parecía insuperable, pero Messi lo puede hacer realidad. Va tan sobrado el azulgrana que la curiosidad será saber dónde deja la marca anotadora tras el último partido del año. Para hoy deberá buscarse nuevos socios. Con Xavi e Iniesta en la grada, el atacante tendrá que arreglárselas con Thiago (no hay que olvidar tampoco a Villa y Deulofeu). Los dos españoles han colaborado directamente en hacer el escaso 1,70 de Messi en el futbolista más grande del mundo e incluso hay quien se atreve a decir que de la historia. Eso va a gustos y son cosas de las bufandas. La visión de Xavi, el toque delicioso de Iniesta y la imaginación de ambos son la receta perfecta para que las culminaciones del argentino acaben en piña culé.

Pero el Benfica no vino a pasear. Tras el partido de Glasgow, Sílvio Cérvan, vicepresidente del club portugués, aseguró en Portugal que el Barça "no mostró ser un club serio". Luego se desdijo, como no podía ser de otra manera. Pero Jorge Jesús, entrenador benfiquista, pese a las bajas que tiene (Aimar, Enzo Pérez, Martins y Salvio) confía en sus opciones. Cree que tiene al equipo ilusionado en cumplir el cometido y que el Spartak les haga un favor ganando en Celtic Park. Tarea complicada, pero nada imposible. El que La Pulga sea titular da pánico a los portugueses y que tenga deberes por hacer, les aterroriza. Messi no quiere fallar. La Champions es su escaparate para el Balón de Oro.

Andrés Iniesta sigue ejercitándose en el gimnasio

El último partido de Liga disputado por el Barcelona ante el Athletic Club (5-1), dejó una imagen que para pocos fue importante. Andrés Iniesta solicitó el cambio en el minuto 73. Se retiró ovacionado por el público y nada más llegar a la altura de Tito Vilanova, éste le preguntó si todo iba bien. La respuesta del albaceteño fue tranquilizadora, a la vez que se quedó con el resto de sus compañeros en el banquillo esperando a ver cómo acababa el choque. Desde ese día, Iniesta no se ha ejercitado con su equipo, sino que se ha quedado en el gimnasio, acompañado por Jordi Alba. El club no ha facilitado ningún comunicado médico, por lo que se espera que no tenga problema alguno para poder jugar el domingo (21:00, Canal+1) ante el Betis en Sevilla. Hoy verá el choque ante el Benfica en el palco del Camp Nou.