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REAL MADRID 3 - ALCOYANO 0

Di María agita y resuelve

El Madrid sólo mandó tras la salida del argentino (gol, poste y asistencia) y la de Benzema. Jugaron seis canteranos, cuatro del filial, y cumplieron. El Alcoyano acabó con diez.

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Di María celebra su gol al Alcoyano en el Bernabéu.
Di María celebra su gol al Alcoyano en el Bernabéu.Daniel Ochoa De OlzaAP

Solventada la papeleta en Alcoy, el interés se centraba en los papeles secundarios de este Madrid copero. No nos engañemos. El marcador era lo de menos. De hecho, el 1-4 de la ida jamás peligró y sólo fue adornado cuando Mourinho echó mano de Benzema y Di María. Entre ellos rompieron el aburrido empate en el minuto 71. El francés pasó y Di María mató. Después, con el viento a favor, Callejón (hizo lo otros dos goles) se benefició de los movimientos de sus socios al final y contra diez. Aquí, lo que de verdad apetecía ver era la respuesta de los suplentes y el grado reivindicativo de la cantera. El resultado del primer examen fue tan frío como el tiempo. Albiol cayó lesionado en la primera jugada y Carvalho ya se apartó hace tiempo de la batalla. Varane, cumplió. El análisis sobre los chavales, seis de la casa y cuatro de ellos del filial, es algo más positivo.

Pero, eso sí, la valoración de los chavales debe hacerse más atendiendo a las sensaciones que con el resultado en la mano. Lo de esta noche es meramente orientativo. Nacho parece el más maduro para otorgarle la alternativa a corto plazo. Sobrio, seguro y contundente. José Rodríguez se asoma como el más capacitado. Bien al corte y elegante a dos toques. A Cheryshev le sobra chispa y le falta algo de temple. Extremo de futuro. De Morata se espera más remate y seguridad al proteger de espaldas. Le perjudicó no tener cerca antes a Di María y a Cristiano en un extremo. Que no es poco.

La ocasión también era propicia para ver si Özil entendió el mensaje de Sevilla. No apareció demasiado. Sólo en el magistral pase del segundo tanto. Y en su defensa puede repartir culpas. Él repite pecado. Demasiado perezoso. La mayor de las responsabilidades pertenece al Alcoyano. No vino de excursión. Fue duro, descarado y competitivo. Su centro del campo, con Lara a la cabeza, posee más nivel del que su categoría presupone. Y eso que su líder estaba tocado. Pero tampoco hay que olvidar la dificultad que sigue encontrando Modric para ser el cerebro. Siempre deja los mejores detalles, esta vez de nuevo, y se mueve con una agilidad esperanzadora. Gusta. Fue de lo mejor. Sin embargo, se echa de menos su gobierno de forma regular y más constante. Definitivamente no parece mediocentro. Para que así fuera, el balón debería ir más en su encuentro. Y no, como hasta ahora, él con tanta insistencia en busca del balón. Pierde la posición más de lo recomendado.

Hecha la lectura, repasemos las ocasiones y los goles. El Madrid tuvo varias. Y el Alcoyano una. La primera. El mayor peligro lo llevó Cheryshev por una cuestión de velocidad. Fue de los pocos que esprintó y encaró a la defensa cuando el partido era igualado. Modric se sacudió una volea formidable al empezar. Y Callejón, con galones de veterano, tuvo dos más en el primer tiempo. Una con el portero fuera del área en la que abusó con una vaselina. Y otra de falta directa. Adrián Murcia se lució en un debut soñado. Entre medias, Morata reclamó un penalti y el Alcoyano una mano de Carvalho.

El partido era insoportablemente insípido, así que Mourinho decidió poner picante en la segunda mitad mientras unos le coreaban y otros censuraban tanto halago. La hiperactividad de Di María dio vida al equipo. Hizo el gol, pudo lograr el doblete con un disparo al palo y regaló el tercer tanto a Callejón, el suplente perfecto. La entrada de Benzema aportó el talento que la grada demandaba. mucho más tras la expulsión de Selvas. Entre ellos rescataron a los suplentes y maquillaron un partido que no quedará para el recuerdo. Salvo para confirmar que en el Madrid los cargos de suplente y titular siguen bien diferenciados. Celta o Almería, próxima parada.