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Real Madrid

Sergio Ramos jugó los 8 minutos finales de delantero centro

Sergio terminó dando 77 pases (de ellos 69 buenos) en el partido. Una cifra no tan lejana a los 101 (86 buenos) de Xabi, y superior a los 68 pases (55 buenos) de Khedira y Modric.

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SIEMPRE ATENTO. En esta acción, Ramos esperaba el rechace de Adrián en un balón que él mismo había rematado.
Pepe Andrés

Si algún jugador del Madrid se salvó de la quema en el Benito Villamarín, ese fue, sin duda, Ramos. Fue un león durante los noventa minutos, echándose el equipo a la espalda en ese juego desordenado y vertical (condujo el balón con frecuencia pasando líneas) que practicó el Madrid desde que encajó el gol de Beñat en el 16'. Y ya en la segunda parte, cuando el juego a la olla de los de Mou se acentuó, el técnico dispuso que ocupara la posición del nueve (al estilo Alexanco que proponía Cruyff). Fue en el minuto 82. Coentrao estaba siendo atendido en la banda de una brecha y Mourinho le dijo: "Ramos arriba y defensa de tres (el propio Coentrao, Pepe y Arbeloa)". Luego, Coentrao transmitió la orden a Arbeloa (pueden ver arriba la secuencia captada por Cuatro). Y por último, Mourinho agradeció a Ramos (tercera imagen) el derroche físico y la implicación cuando todo estaba más difícil. Le dio la mano. No ocurrió con ningún otro jugador del Madrid (y sí con muchos del Betis). Un gesto importante después de los agrios enfrentamientos entre ambos, con sus declaraciones, en las últimas fechas.

El caso es que Ramos terminó dando 77 pases (de ellos 69 buenos) durante el partido. Una cifra no tan lejana a los 101 (86 buenos) de Xabi, y superior a los 68 pases (55 buenos) que sumaron Khedira y Modric, que jugaron una parte cada uno. En total, cortó 11 balones (por los 13 de Pepe).

En los ocho minutos que estuvo jugando de ariete, Ramos intervino en siete jugadas. La del 38' fue espectacular, una galopada con el balón controlado tras la que dejó sentado a Dorado en la frontal, cedió a Kaká y terminó rematando él mismo de cabeza. Bajó, además, tres balones largos, el último justo antes del final que terminó en las botas de Kaká y tras el cual se produjo la mano y el penalti no pitado de Nosa. Ramos, un portento...