NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

VALLADOLID 1-GRANADA 0

Tres puntos de Manucho

El Granada no tuvo ocasiones claras. Óscar iluminó a los locales en la segunda parte. Toño hizo dos paradones. Rueda volvió a estar sensacional

Actualizado a
CELEBRACIÓN. Manucho consiguió el gol de la victoria en la segunda parte.
CELEBRACIÓN. Manucho consiguió el gol de la victoria en la segunda parte.

Manucho volvió a disfrazarse de héroe para darle otros tres puntos al Valladolid. Mucho tiene que agradecerle a Óscar que le dio un pase sensacional. El angoleño dejó correr el balón en la frontal del área y ante la salida de Toño cruzó el balón para firmar una victoria a la que los vallisoletanos se hicieron acreedores porque los de Djukic fueron los que más intentaron llevarse un encuentro muy táctico. ¿Quién le iba a decir al serbio que aquel jugador al que negó la posibilidad de ir a la concentración de Mondariz en verano iba a ser uno de sus goleadores meses después? De hecho, podría darse la circunstancia de que el Valladolid eche de menos al angoleño en el inicio del año que viene, cuando el delantero estará con su selección para disputar la Copa de África. Es lo que tiene el fútbol.

El Granada entró bien en el partido, metió al Valladolid en su juego en la primera parte, con mucha presión, por lo que los vallisoletanos jugaron demasiado en balones largos y los andaluces lanzaban contras en busca de El Arabi y Orellana que, sin embargo, no tuvieron ocasiones claras de marcar. Tampoco las tuvieron los blanquivioletas. Y es que la primera parte fue como un combate de boxeo en el que los púgiles lanzaron puñetazos, pero no conseguieron impactar. Por los locales lo intentaron Omar y Óscar, por los visitantes El Arabi y Mikel Rico. Ninguno de los cuatro hizo intervenir ni a Dani Hernández, ni a Toño porque el balón no fue entre los tres palos.

En la segunda parte el Valladolid decidió ponerse el frac, esa indumentaria para tocar el balón y obligar al Granada a dar varios pasos hacia atrás. Fuera por el empuje del Valladolid o porque Anquela intuía un contragolpe mortal de los suyos, el caso es que los vallisoletanos se hicieron con el balón, dominaron el encuentro y empezaron a rondar la portería granadina. No sin sustos, como el que dio Dani Benítez que se coló por la izquierda y centró con todo el peligro del mundo, pero el balón lo atrapó Dani en dos tiempos. Pero los de Djukic no renunciaban a su estilo: Manucho cabeceó flojo, antes de que Ebert chutara fuera por poco. Eran los prolegómenos del gol. Guerra ya esperaba en la banda para entrar por el angoleño, pero entonces éste recibió la asistencia de Óscar y marcó.

Toño y Floro Flores. Pudo volver a marcar Manucho, pero entonces apareció un pedazo de portero, Toño. Un cancerbero de esos que uno piensa que podría haber jugado en equipos de nivel europeo, con todo el respeto al Racing y el Granada. No sólo hizo esa gran parada, sino que, sobretodo, tuvo una maravillosa intervención a disparo desde fuera del área de Ebert. El balón le botó justo delante e iba ajustado al palo, pero el cancerbero granadino se estiró hasta despejar el balón y llevarse el aplauso del respetable en la grada. Y, además, coge los balones por alto en los corners. Lo dicho, un pedazo de portero que impidió que el resultado fuera más abultado.

Anquela buscó en el banquillo soluciones y allí encontró a Floro Flores que con su salida creó más peligro que el resto de sus compañeros en todo el partido. El italiano disparó tres veces en poco más de 20 minutos e hizo intervenir, él sí, a Dani Hernández, pero los arranques del napolitano parecían demasiada poca pólvora para remontar un partido de esos que se veían desde el principio que se podría decidir en el momento en el que uno de los dos equipos marcara. Y ese fue el Valladolid que quiso más y acertó a meter la pelotita premiando no sólo el esfuerzo sino la apuesta de Djukic. Un entrenador que saca oro de una plantilla muy limitada con el presupuesto más bajo de la categoría, pero que se mantiene lejos de la zona de peligro cumpliendo así el único y verdadero objetivo vallisoletano. Por contra, Anquela, aunque se enfade en la rueda de prensa porque le pregunten si se siente en peligro, realmente lo puede estar. Tiene mimbres para mucho más, pero el equipo andaluz no termina de arrancar, de aprovechar la calidad de una plantilla que por nombres y fichas debería estar mucho más arriba.