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GETAFE 2 - BETIS 4

El Betis se cuela en Champions tras matar a la contra al Getafe

La segunda parte deparó seis tantos. El Betis mató a la contra al Getafe. Molina, Beñat, Castro y Sevilla marcaron para colocar a los de Mel cuartos.

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Beñat anotó un golazo de falta.
Beñat anotó un golazo de falta.AFP

El Getafe-Betis iba a engrosar la nómina de funcionariales partidos de los lunes. Gris en líneas generales, aunque con algún destello, igual que ocurre en el ministerio de turno cuando alguna incidencia divertida trastoca el devenir de las horas. Ni Getafe ni Betis querían escuchar la palabra Europa. La victoria del Getafe ponía al cuadro azulón en la Europa Liga, pero si ganaba el Betis, el premio era aún mayor: los de Mel se meterían en Liga de Campeones. Ese fue el guión de los primeros 45 minutos, porque la segunda mitad fue como una orgía romana: seis goles.

En la primera parte, los asistentes al Coliseum cogieron número y se sentaron en sus asientos, aunque no eran conscientes de que la ventanilla estaba cerrada; no hubo goles, si acaso, golpes de luz. Alucinaciones de cuatro locos con un balón de fútbol. Uno de ellos fue Pedro León. En el minuto seis ingenió un gran disparo cuando todos esperaban un centro, en el 22 chutó con dureza y en el 32, esta vez dentro del área de Adrián, remató desviado. A fin de cuentas, pura pirotecnia, porque ningunos de sus disparos fue entre los tres palos, pero su actitud fue lo más destacado de los primeros 45 minutos.

Porque el resto fue presión por parte de ambos equipos, llegadas rápidas del Getafe y dos cartulinas amarillas (Rafa, min. 19 y Beñat, min. 37). Ni Salva Sevilla ni el propio Beñat dieron alegría al casi siempre vistoso juego de Pepe Mel. El Geta esta vez no se pudo atar a Barrada, que aunque voluntarioso, fue consumido por la nebulosa que asfixió la primera mitad, apenas disipada por algunos minutos más locos en los que se sucedieron varias contras.

Llegó la segunda parte y el Coliseum se convirtió en estadio de fútbol, porque así lo decidieron los 22 protagonistas, despojados ya de sus ropajes de burócratas. Pedro León seguía empecinado en dar lustre a sus botas y puso un balón a la carta para Álvaro, que sólo ante Adrián mandó el esférico incomprensiblemente desviado, por encima de la portería (min. 50).

Pepe Mel realizó entonces un cambio para buscar más presencia ofensiva. Se marchó Campbell y entró Jorge Molina (min. 56), que tan sólo dos minutos después rompió el hechizo de nigromante que aún mortificaba al Coliseum y puso el 0-1 en el marcador. Fue tras una modélica jugada, con un balón profundo de Salva Sevilla y asistencia de Rubén Castro al ariete bético.

Luis García decidió mover sus filas para buscar una reacción. Se marcharon Álvaro y Juan Domínguez y entraron Alcácer y Colunga. De nuevo fueron sustituciones explosivas, porque volvieron a romper el partido, como en el caso de la realizada antes por Pepe Mel. Tras una diagonal desde la defensa azulona, Paco Alcácer asistió a Diego Castro con un pasecito que casi parecía un control orientado para poner el 1-1.

El tanto del Getafe envalentonó a los locales, pero Mel supo capear con tanta adrenalina y decidió que a la contra mataría el partido. Así fue, porque en el 72, Juan Carlos provocó una falta –y cartulina- a Barrada. El balón estaba escorado en el pico izquierdo del área de Moyá, pero Beñat la pegó con decisión, y el disparo, plano y potentísimo, se coló por la escuadra izquierda del meta del Getafe (min. 73).

Apenas dos minutos después, otra contra fulminante ponía el 1-3. Pase de Juan Carlos y ejecución perfecta de Rubén Castro. Pero el Getafe no estaba dispuesto a amilanarse, y Pedro León decidió que aún había partido. Anotó el 2-3 asistido por Xavi Torres, con un balón picado bien controlado por el murciano. Lo merecía.

El partido estaba descoyuntado, y en ese ir y venir, el que perdió las maletas fue el cuadro local, porque tras un córner, de nuevo el Betis se plantó en la portería getafense. Era un tres para uno, una de esas situaciones cada vez menos vistas en el fútbol moderno. Salva Sevilla, con un compañero a cada lado, aseguró el 2-4 y la presencia del Betis en la cuarta plaza.