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Palop

"Trabajar de niño en el campo me enseñó a sacrificarme"

Andrés Palop (Alcudia, Valencia 1973) cumplirá 39 años el próximo día 22 y se ha hecho de nuevo con la portería del Sevilla tras ser invitado a buscarse equipo en verano.

Mónica Marchante
Actualizado a
Palop.
reportaje gráfico: morenatti

Acaba de jugar contra Real Madrid y Barcelona. ¿A quién ve mejor?

Al Real Madrid lo maniatamos más, le jugamos como nosotros quisimos. Fue más complicado jugarle al Barça. Te hacen correr detrás de ellos y eso desgasta mucho.

Como espectador, ¿con quién disfruta más?

Me gusta más la verticalidad del Real Madrid. Son sólidos en defensa y muy rápidos buscando el área contraria. El toque del Barcelona es impresionante, pero como espectador lo que quiero es ver más presencia en el área, más terminación de jugada.

Como portero, ¿cuál es su peor pesadilla?

Leo Messi. Es imprevisible, se saca siempre algo de la nada. No puedes ni parpadear porque te puede hacer mucho daño.

Arconada fue su gran referente

Sí. Lloré cuando encajó aquel gol de Platini en la final de París. Después de ponerme su camiseta en la final de Viena me quiso conocer. El año pasado quedamos en un bar cerca de mi hotel. Nos dimos un abrazo y me agradeció muchísimo el gesto que tuve. No voy a olvidar nunca esa charla.

Y de los porteros actuales ¿a quién admira?

A Iker. Por los valores que tiene, la manera de entrenar, las situaciones que te resuelve es un referente. Le admiro.

A punto de cumplir 39 años, ¿cuál es su secreto?

Amar la profesión. Esto dura unos años. A mí no me cuesta nada levantarme cada día e ir a entrenar. Te tienes que cuidar, esto no es ser futbolista solo el rato del partido. Yo tengo compañeros en el vestuario que son veinte años más jóvenes que yo. Si ellos ven que tú vas y vas, sabrán que ellos también tienen que apretar. No tienen excusa de escaqueo.

Termina contrato. ¿Se plantea seguir un año más?

Mi ilusión sería retirarme aquí. Mi prioridad es el Sevilla, pero si ellos toman otra decisión y yo puedo ir a otro sitio y tengo ilusión, me lo plantearé.

¿Es cierto que cada año baja un kilo por consejo del doctor Escribano?

Sí. Pesaba 86 kilos y me dijo que tenía que bajar uno al año hasta llegar a 82. Intenté bajar a 80 pero me veía demasiado frágil, no me sentía fuerte.

¿Sus dos hijos siguen sus pasos?

Sí. Empezaron en una escuela en Tomares y ahora están en el Sevilla benjamín e infantil.

¿Y a quién admiran además de a usted?

Los dos son de Iker. Les ha tratado muy bien, les regaló su camiseta, les presentó a toda la plantilla del Real Madrid pero conocen en primera persona cómo he afrontado las dificultades que he ido teniendo, sin ir más lejos este verano.

¿Cómo le plantearon su salida?

Me llamaron Monchi y el presidente (Del Nido). Creía que iba a una reunión rutinaria. No esperaba que me dijeran que me buscara una salida. Me sorprendió y dije que yo no iba a entorpecer el proyecto pero que no tenía miedo aunque vinieran uno o dos porteros. Que quería competir y no me asustaba. Volví a casa dolido y decepcionado. Había terminado jugando y a un gran nivel. Míchel tampoco me había dicho nada. Me quedaba un año de contrato y fue un shock para mí. No me gustó. Pero soy muy cabezón y me puse a trabajar y ellos han sido los primeros que me lo han agradecido ahora.

¿Le sorprendió que Javi Varas dijera que no tenían buena relación?

Sí. A Javi siempre le tuve mucho cariño, quería que fuera mi relevo natural. Cuando dejé de jugar fue difícil para mí. Lo pasé mal. La prensa local fue muy dura conmigo. Me aislé, me encerré en mí mismo pero sin hacer daño a nadie. Quizás fui demasiado retraído pero nada más. Cuando falló le animé como cualquier otro. No me puede reprochar nada, pero le pido disculpas si se molestó por mi falta de diálogo.

En la posición de portero es muy complicado tener buena relación con el otro

Es competencia directa. O juega uno o juega el otro. Pero con Javi he ido a cenar, con nuestras mujeres, ha estado en mi casa de mí nadie podrá decir nunca que le he perjudicado. No hagas a los demás lo que no quieras que te hagan a ti.

Los porteros suelen ser peculiares, ¿será por la soledad bajo los palos?

Nos sentimos más solos, siempre desconfiamos de los compañeros sentimos como que nadie nos entiende. Te meten un gol y... ¡todos te están mirando a ti! Te pones una coraza. Somos los primeros en saber cuando has fallado. Con los goles del Barça me quedé fastidiado, sin ir más lejos.

¿Qué pasó entre usted y Cañizares realmente?

Yo le admiraba. Somos totalmente diferentes. Creo que él no supo aguantar bien la presión de tener a un compañero que le apretase como yo detrás. Aguantar la competencia. No hay enemistad entre él y yo, no hubo nada raro. Fue competencia pura y dura. A lo mejor él se sintió amenazado.

Vamos, que si viene a Canal Plus, ¿se sienta con él en la misma mesa?

Por supuesto. No tengo ningún problema. Ahí me gana seguro, porque tiene buen palique. Me gusta cómo lo hace porque analiza mucho más las situaciones de los porteros.

¿Es justo con usted?

Eh ahí ya tengo que discutir. Hubo un tiempo que hiciera lo que hiciera no hablaba de mí, (risas) pero no se lo tengo en cuenta.

¿Por qué aguantó tanto tiempo a su sombra?

Porque tenía la esperanza de jugar en el Valencia, era mi gran ilusión. Cañizares estaba en su mejor momento y sonaba para el Manchester, el Arsenal... llegaba y decía me voy a tal , me voy a cual y yo pensaba, ¡pues ahí estoy yo ya! Y al final se quedaba y pasaba otro año. Salió lo del Sevilla y no me lo pensé.

Vivió los mejores años del Valencia y los mejores años del Sevilla.

Sí. Estar en dos finales de Champions, las finales del Sevilla, encima jugándolas 13 títulos y un ascenso con el Villarreal es para sentirse muy orgulloso, sobre todo, sin jugar en Real Madrid o Barcelona.

¿La sensación que produce marcar un gol como el del Shartak es mejor que la de la parada más inverosímil?

Sí (risas), aunque cuando paras un penalti que te da un título en Glasgow es mejor el penalti, sin duda. Pero entre marcar un gol como ese o una parada buena me quedo con el gol, ¡no sabes lo que es eso!

Es muy activo en twitter. ¿le ve más cosas buenas que malas?

Me inició un amigo hace tres años. Es una herramienta que me gusta y me ha enganchado. Que te sigan 85.000 followers es un orgullo. El sevillismo se engancha a los hastags que lanzamos. Cuando insultan bloqueo. Sigo a los periodistas que más me aportan.

¿Qué ha traído Míchel a este equipo?

Míchel tiene una gran personalidad. Sabe lo que necesita cada uno. Entiende las sensaciones que vive cada jugador y eso es un plus. A este equipo le faltaba ese carácter y él lo tiene. Nos da mensajes muy directos que te llegan. El equipo le cree y hace que vayamos todos en la misma línea. Ha puesto un patrón de juego claro. Ahora sabemos a lo que jugamos.

¿Es cierto que de niño recogía melones?

Yo vengo del campo, mi padre era agricultor. La naranja en invierno y el melón, la sandía y el melocotón en verano. Cuando mis amigos se iban a la playa yo, desde las cinco de la mañana, iba con mi padre al campo con la furgoneta y las luces encendidas. Desde los 12 años hasta que entré en el Valencia, a los 17. Eso me valió muchísimo.

¿En qué le ayudó aquello?

Me enseñó a sacrificarme. Trabajar al sol, hacer las series de abdominales que sean no me cuesta. Terminaré reventado físicamente, pero mentalmente no es nada comparado con el trabajo que hacía de joven en el campo. Por eso tengo la mentalidad que tengo. Rezaba para que mi padre no se levantara de la siesta y me llevara a ayudarle. En verano, con el calor, le pedía un baño y me llevaba a una acequia, era lo que había. Aquellos recuerdos me han hecho ser lo que soy.

¿Qué hubiera sido si no hubiera llegado?

Estaría en el campo, como mis hermanos, de agricultor. Sería uno más. Por eso tengo que dar todos los días gracias a Dios.