La velocidad de Navas se basta para derribar Riazor

El Sevilla ya pisa Champions y lo hace en gran parte gracias a la clase y velocidad de Jesús Navas. El extremo sevillano fue un incordio para el Depor toda la noche y si sus compañeros lo entendiesen un poco más, el partido se habría decantado muchísimo antes para los de Míchel. No es cuestión de buscar culpables en el Deportivo, porque no fue sólo que Evaldo se viese aturdido por los regates de Navas, fue superado todo aquel que intentó ayudar al lateral brasileño en el intento de frenar a la joya de Nervión.

El primer gol fue un resumen de la noche. Rápida contra, enorme conducción de Navas que deja un perfecto pase en profundidad a Cicinho para que el brasileño centre y Negredo, desafortunadísimo hasta entonces, marcase a placer en el segundo palo.

Demasiado castigo. El triunfo hispalense pone fin a más de una año de imbatibilidad en Riazor del Deportivo. La derrota duele por eso y porque quizás los coruñeses merecieron algo más porque nunca se escondieron. Riki y su máscara lo intentaron hasta la extenuación, Valerón tocó con criterio cuando tuvo espacios y Abel Aguilar dejó un zapatazo que merecía mayor premio que el duro castigo del palo.

Los coruñeses incluso dominaron durante muchas fases del partido y el segundo tanto de Rakitic, en una jugada desafortunada de cesión a Aranzubía, fue una golpe excesivo para una Depor que ya sabe lo que es perder en una Liga que también sabe ya que este nuevo Sevilla va muy en serio.

Riki jugó conuna máscara

Riki, que sufrió una fractura en los huesos propios de la nariz en Granada, fue finalmente titular ante el Sevilla. El madrileño jugó con una máscara protectora negra y personalizada con el número '11' grabado. El delantero coruñés se retiró en el minuto 61.