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Liga de Campeones | real Madrid - Manchester City

La Décima empieza a lo grande: susto o muerte

El lujoso City visita a un Madrid herido en un Bernabéu expectante

Actualizado a
La Décima empieza a lo grande: susto o muerte
chema díaz

Desde que Mourinho llegó al Real Madrid ha dirigido partidos más trascendentes, pero no más arriesgados. Hoy, a diferencia de los Clásicos o de la final de Copa, no existe un premio a la altura del peligro. Hoy, la única recompensa es seguir respirando con normalidad, cambiar el ánimo, aparcar la crisis. Para eso sirve ganar al City; básicamente, para eliminar la otra opción, la más dramática. Perder el partido significaría empezar a perder las encuestas.

Así se presenta, después del colapso liguero, el primer paso en el camino de la Décima. En muchos sentidos, no sólo anímicos, el encuentro tiene la relevancia de un cruce. Aunque hay seis partidos por delante, el grupo de la muerte (cuatro vigentes campeones de Liga) admitirá pocos despistes; los siguientes choques serán en Amsterdam y Dortmund. De ahí la importancia, casi vital, de comenzar bien esta aventura.

En condiciones tan especiales, cuesta medir la amenaza del Manchester City, que es un aprendiz del Chelsea. Al igual que el Madrid, es un equipo capaz de desvincular sus victorias del buen juego. No se puede decir que vuele como una mariposa, pero tiene golpes de peso pesado. Como le ocurre a su adversario de blanco, el talento se impone a la coreografía y la concentración de talento es enorme. Una prueba: el Manchester City no pierde desde el mes de abril (11 victorias y dos empates).

Tampoco aporta ninguna tranquilidad la presencia de Silva (Spanish Merlin, según la prensa inglesa), Agüero, Maicon o Javi García, futbolistas cuyas historias se mezclan con el Madrid. Lo hemos visto mil veces: a los jugadores les encanta señalar a los palcos, a los ojeadores o a los comisionistas. No hay mejor motivación que la afrenta personal, bien lo sabe Mourinho y por eso inventa enemigos.

Para dar con el once del Madrid, hay que acertar primero con la inspiración del técnico. Encajaría dentro de su mentalidad guerrera apostar por el mismo equipo del Pizjuán, herido en su orgullo y deseoso de responder a las críticas.

Sin embargo, tampoco resultaría extraño que diera entrada a Essien y Modric para añadir músculo y frescura, tal vez en un modelo con trivote (Xabi, Khedira, Essien). Lo único que parece seguro es que jugará Coentrao en lugar de Marcelo (cuestión de gustos).

Clave.

El esquema del City es menos flexible (4-2-3-1) y la duda es conocer la posición de su pieza clave, Yayá Touré, pivote o mediapunta. Según su ubicación se dibuja un City más ofensivo o más conservador. En la versión más atacante es donde coinciden Tévez y Balotelli (éste volverá a verse con Casillas y Ramos después de la final de la Eurocopa). Lo lógico es que Agüero (once duelos sin ganar al Madrid) sólo tenga minutos en la segunda mitad; así lo sugiere su reciente recuperación.

La afición también tendrá mucho que decir. Se aguarda con interés la opinión del Bernabéu sobre aquella tristeza de Cristiano. Para alivio del crack, el público de Champions no es tan crítico como el de la Liga, ya que los abonados no son tantos y aumenta el número de espectadores ocasionales.

Cuando en 1998 el Madrid ganó la séptima Copa de Europa, el City jugaba en la tercera categoría del fútbol inglés. Esta noche exhibe riqueza ante el club que le gustaría ser. Y ya saben lo peligrosos que resultan los admiradores.