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Clasificación Mundial 2014 | Georgia - España

El campeón defiende título vestido de gala

Ante Georgia, los que ganaron la final de la Euro más un nueve

Luis Nieto
Actualizado a
El campeón defiende título vestido de gala
juan flor

Por agarrar el partido desde lo inédito, Tbilisi pasará a la historia como el primer escenario en que España defendió su imaginario maillot arcoiris de campeón mundial. Será desde el centro del cuadrilátero, ante Georgia, con la que nunca coincidimos, fundamentalmente por la juventud de su federación (1991), y que tiene como ilustre hincha a Eduard Shevarnadze, uno de los padres de la 'perestroika' desde su cargo de ministro de Exteriores de la URSS. Y será con los mejores, porque una Eurocopa, muchas botellas de cava, mucho confeti y dos amistosos después, Del Bosque no encuentra razones (ni resultados adversos) para cambiar el paso camino de Brasil 2014.

Pinta que hoy repetirán diez de los once que redujeron a cenizas a Italia en la final de Kiev. El undécimo no será Cesc, sino un nueve, número de quita y pon en el feliz once nacional. Torres arrancaba con ventaja porque Villa está llegando y Soldado es recién llegado, pero la pelea está ahora cerca del empate técnico. El resto se canta como la tabla de multiplicar pese a que Cazorla y Pedro, soberbios ante Arabia, aprietan de verdad.

Favoritos. Las apuestas dicen que no hay partido. Diecisiete a uno se paga el triunfo de Georgia, selección número 86 del mundo y 36 de Europa. Pero Del Bosque cree que lo hay porque le gustó el adversario ante Bielorrusia y porque intuye, como todos, que estamos ante un cara a cara con Francia y que al doble duelo hay que llegar sin mancha. La Federación ya se aseguró, en la negociación del calendario, que se evitara el invierno, peligro adicional, en Georgia, Bielorrusia y Finlandia. Y el césped, que ya pisaron ayer los internacionales, es una alfombra. Por ahí no hay excusas. Tampoco se intuye el peligro en los antecedentes: España ofrece máxima fiabilidad y no se deja un punto en una fase de clasificación desde hace cinco años (1-1 en Islandia, camino de la Eurocopa 2008).

Pero en fútbol todo es peor de lo que parece. A Georgia, que nunca estuvo en un Mundial o una Eurocopa y que únicamente cuenta con 26.786 jugadores federados, le coge el partido subiendo después de un periodo de tinieblas (ningún triunfo con Héctor Cúper en la fase previa del Mundial 2010). El viernes superó a Bielorrusia, que tiene mejor cartel, ha vencido en cuatro de sus últimos cinco partidos (sin grandes rivales, la verdad) y desde 2009 sólo ha perdido una vez por más de un gol (le ganó a Croacia­ y Eslovenia, empató con Grecia).

Sus futbolistas no lucen en las grandes ligas (Kashia, del Vitesse, o Ananidze, del Spartak de Moscú, posible baja hoy por un resfriado, son los que más se aproximan a aquellos Arveladze, Kaladze, Kinkladze o el propio seleccionador, Ketsbaia) ni el Dinamo de Tbilisi tiene aquella potencia de juego que le llevó a ganar la Recopa del 81, pero los casi 55.000 espectadores que llenarán el estadio Boris Paichadze, el estímulo de medirse al mejor equipo del planeta y quizá de la historia y la proverbial combatividad de los georgianos, conocidos como los italianos del Cáucaso, igualarán las fuerzas. Y es que ya no queda un partido sin guasa en Europa.