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OSASUNA 1 - BARCELONA 2 | LIGA BBVA

Leo Messi rescata al Barça en medio de la polémica

El argentino hizo doblete. Su primer gol, que significó el empate, llegó tras un fuera de juego de Alexis. Muñiz expulsó a Tito y Puñal. Llorente había adelantado a Osasuna.

David F. Sanchidrián
Actualizado a
Leo Messi rescata al Barça en medio de la polémica

El Barcelona salvó los muebles a última hora en Pamplona ante un serio e impenetrable Osasuna. Estos duelos en el Reyno siempre vienen cargados de emoción y esta temporada no fue menos. Osasuna mandó en el marcador hasta los últimos quince minutos de encuentro gracias a la seriedad defensiva, la velocidad en los contragolpes y a la gran actuación del cancerbero Andrés Fernández. Así arrinconaron contra las cuerdas a un Barcelona más espeso e impreciso de lo normal, pero demoledor cuando atisbó la primera grieta en su rival, fisura de la que se aprovechó Leo Messi con dos tantos en el tramo final. Pasan dos jornadas pero ya es suficiente para sacar la libreta de los errores arbitrales. Apuntado queda la actuación de Muñiz Fernández en el Reyno de Navarra al dar por bueno el empate del Barcelona cuando Alexis arrancó en fuera de juego. Encima, para colmo de Osasuna, Puñal se marchó al túnel de vestuarios por protestar al asturiano. En esa fase de desespero osasunista volvió a aparecer Messi para dar la vuelta al encuentro a falta de diez minutos para el final y dejar líder al Barcelona.

En mitad del cargante debate de las canteras y las carteras, Tito Vilanova enseñó un once repleto de huéspedes de La Masía. Todos los titulares a excepción de Alves y Alexis emergieron de las categorías inferiores del club azulgrana. Otra premisa de Tito, registrada por Guardiola en las anteriores campañas, es dosificar continuamente a sus jugadores. Sobre el césped del Reyno faltó de inicio Xavi y Mascherano y ese guante lo recogieron Tello y Cesc Fábregas. Diferentes componentes para un mismo medicamento porque hoy el Barcelona sí tuvo todos los planetas alineados para por lo menos intentar predicar con su fútbol, no como en las anteriores dos temporadas cuando el hielo o la niebla torpedeaban las intenciones.

Osasuna no sufrió un vahído ante el sermón azulgrana, ni mucho menos. De hecho el conjunto rojillo avisó primero nada más comenzar con un disparo de Cejudo pero Víctor Valdés quiso sacudirse el error del jueves ante el Madrid con una gran intervención. El Barcelona no se inmutó, apeló a su rutilante e hipnotizador juego de toque para intentar inmovilizar a su presa. Alexis con un disparo que repelió Andrés Fernández y Tello con un latigazo al palo desde fuera del área fueron los primeros movimientos. Pero el conjunto pamplonica consiguió soltar un brazo cuando iba a ser maniatado por el Barça. Después de un inexistente fuera de juego de Messi, los de Mendilibar encontraron petróleo gracias un golazo de Joseba Llorente. Una internada de Lamah por el costado zurdo terminó con un centro a la olla por donde apareció el guipuzcoano para batir a Valdés con un leve toque con el interior de la bota que se coló por el palo largo. Rebosó calidad en la ejecución del exjugador de la Real Sociedad a la vez que escaseó tensión en el marcaje los defensores azulgranas.

El Barcelona volvía a verse acorralado en el Reyno de Navarra y esa no es buena plaza para titubear porque Osasuna se frota las manos ante las debilidades. Con una asfixiante defensa, una osadía desmesurada en las contras y una portentosa actuación, otra año más, del cancerbero Andrés Fernández, los de Mendilibar mantuvieron en pie su fortaleza hasta el descanso, que no es poco. Y es que el equipo de Tito Vilanova llevó siempre la voz cantante pero rechinaba a la hora de derribar la estructura. La prueba más fiable de la dilapidación de oportunidades llegó antes de la media hora de juego cuando Iniesta disparó a la grada con la portería vacía.

Así pudo Osasuna marcharse al descanso con el botín bajo el brazo y bien asegurado. Poco, por no decir nada, debía rectificar Mendilibar al descanso. Si acaso mantener intactas las cabezas y los pulmones para salir indemne del presumible acoso azulgrana. Y hasta en eso satisficieron al técnico vizcaíno porque además de la agudeza mental y la forma física se encontraron a un Barça desorientado y ansioso por actuar antes que en pensar. Eso trajo pérdidas impropias en el equipo catalán que pudieron suponer un disgusto total si Nino y Sisi hubiesen estado más fino de cara a puerta.

Los nervios se apoderaron de tal manera del Barcelona que Tito Vilanova fue expulsado por protestar a Muñiz. Se tuvo que apelar a todo el arsenal azulgrana con la entrada de Xavi, Pedro y Villa. Con ellos en el campo todo se solucionó. Ya sea por el aporte ofensivo al equipo, por el cansancio de Osasuna, por Muñiz Fernández o por la suma de todos los factores. El empate del Barcelona llegó tras una triangulación desde la frontal del área que terminó en las botas de Messi. Ese fue el principio del fin de Osasuna que vio como el colegiado asturiano echaba por tierra todo su trabajo dando por bueno un gol que vino de un fuera de juego de Alexis y que encima le costó la expulsión de Puñal por insultar al colegiado. De esa impotencia Navarra se aprovechó rápidamente Messi para voltear el marcador tras un centro de Jordi Alba desde la banda izquierda. El argentino volvió a aparecer en el momento oportuno pensarán en Barcelona y Muñiz Fernández se hizo protagonista en el momento más inoportuno dirán en Pamplona.