El mundo se rinde ante la Selección "invencible"

La portada que mejor simboliza la conquista de nuestro fútbol es la de L'Equipe, rotativo francés con más de un siglo de historia: "Gracias!". Así tituló su edición de ayer, en perfecto castellano y en sonora exclamación.

 En páginas interiores se podía leer: "Un día, sin duda, el magisterio español se terminará. El destino prometido a todos los vencedores es el de no alcanzar nunca la eternidad. Pero para aquellos que hayan visto esta era, para los que hayan seguido esta agradable dominación, quedará el recuerdo de haber participado en un raro momento de la historia. Y de no haberse aburrido ni un instante".

Iván Gutiérrez, Alejandro Valverde y Luis León Sánchez disfrutaron de ese periódico histórico en la salida de la segunda etapa del Tour, en Visé, presumidos y orgullosos.

Alemania tampoco escatimó elogios. Kicker nos declaró "invencibles" y Bild jugó con nuestro estilo patentado: "España consigue el tiki-taka-triplete". Inglaterra siguió la misma línea. The Times calificó a los españoles de "generación extraordinaria" y The Independent fue más allá: "El domingo tuvo lugar una congregación de estrellas que es irrepetible".

En Argentina, La Nación lo explicó de este modo: "Hoy España representa el modelo que todos quieren para sí, el que cosecha elogios y reconocimientos de todo el abanico ideológico futbolístico". Tiempo argentino dio con el titular perfecto: "La máquina de gustar". Clarín sólo encontró un referente lejano: "Nunca en la historia del fútbol un seleccionado consiguió este trío perfecto de títulos que España no para de festejar: Euro-Mundial-Euro... El único que apenitas se le parece es el Uruguay de los años 20". Brasil, profesor emérito del fútbol mundial, enmarcó nuestro talento. "Tricampeona y legendaria. Ejemplo de generación vencedora. Al final un resultado así jamás existió en la historia porque hasta ahora no había una selección como esta de España. Es la mejor. Y es para siempre. Mejor, pues fue formada por un grupo vencedor en 2008 que, en vez de quedarse perezoso con el éxito, se fue perfeccionando (Lance)". La Folha de Sao Paulo se atrevió, incluso, a nombrar a la divinidad: "Ni Brasil en la época de Pelé consiguió esta hazaña".

Letales. Grecia fue muy explícita (Goal); "Cuando la Selección española lo decide... aprieta el botón y ya no tiene rival". Japón, China, Líbano, Bolivia, Cuba (Granma): "La Roja hace historia y hoy día no tiene rival. La cuadratura perfecta de un ciclo ganador inédito: Eurocopa-Mundial-Eurocopa, demuestra que España y el mundo entero estamos ante una selección de leyenda".

Hasta en Indonesia ("Kampas") se descubrieron ante nuestro fútbol: "No hay ninguna sensación de violencia en las caras o los movimientos de los jugadores españoles. Sin embargo, pican como avispas, fina y dolorosamente".

Consuelo. Italia, entretanto, lloraba: "Teníamos aún un poco de batería, esperábamos poder hacer la última llamada. Y sin embargo, nada. Derrumbados, exhaustos a los pies de España, que sigue en el trono, espléndida reina de Europa y del mundo". Una pena que resultó más llevadera cuando Cuatro descubrió unas imágenes de Casillas al finalizar el partido (véanlas en AS.COM). Ya en el tiempo añadido, el capitán de España se dirigió al juez de gol: "Ref, respect to Italy, que van 4-0 ya". Los medios italianos elogiaron el gesto de Iker durante todo el día. La misma conmoción hubo en Twitter.

Los campeones empezaron a percibir ese estallido de júbilo cuando tomaron tierra en Madrid a las 15:42. A esa hora asomaba en Barajas el Airbus A-319, de nombre Las Médulas. En el lomo del fuselaje se podía leer la misma frase que adornaba el avión que trajo a los campeones desde Johannesburgo: Orgullosos de nuestra Selección. Era el último de los nueve aparatos fletados por Iberia para la final y que han transportado a unos 2.000 aficionados. Dos banderas de España asomaron por la cabina; Del Bosque y Casillas fueron los primeros en salir con la Copa. Ya fuera por la emoción o el jet-lag, se dejaron abandonado el trofeo en la escalerilla y allí se quedó hasta que alguien se apiadó de él.

Después de un breve paso por el hotel Barajas, tras ducha y refrigerio, los jugadores pusieron rumbo hacia el Palacio de la Zarzuela. Cumplida la visita, la Selección volvió al autobús, esta vez descubierto. Entonces comenzó un viaje extraordinario, con presencia en aumento de aficionados. Nunca hubo en Madrid atascos tan monumentales y tan felices. El faro de Moncloa iluminó el gentío que esperaba a los campeones y de repente desaparecieron las aceras, cubiertas de público y de tomatina. Los campeones fueron entrando en calor y se refrescaron con cervezas (quizá sin alcohol) y con un líquido similar al té frío con limón, altamente refrescante, por lo que se vio. La fiesta había comenzado...