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EUROCOPA | PORTUGAL-HOLANDA

El huracán Ronaldo juega como un Balón de Oro

En la mayor exhibición individual de la Eurocopa hasta el momento, el madridista hace dos goles, mete a una excelente Portugal en cuartos y manda a casa a una Holanda decepcionante.

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Cristiano celebra el 2-1 de Portugal.
Cristiano celebra el 2-1 de Portugal.Lars BaronGetty Images

Distinto, como él mismo se proclama a gritos poniéndose a ratos el mundo por montera, Cristiano Ronaldo, ese ego desbordante, ese futbolista gigantesco, se echó a lomos a Portugal, la colocó en los cuartos de la Eurocopa en los que encontrará a la República Checa y despidió a Holanda. La subcampeona del mundo, un fenomenal desastre, se va con cero puntos, por la gatera y con la sensación de que la proclamada continuidad de Van Marwijk no es tan segura. Cuanto más caía la tormenta sobre Cristiano, crucificado desde medio mundo por su partido, sus malas formas ante Dinamarca y su sorprendente recordatorio de Messi, más especial se hizo. Un Balón de Oro no se reivindica delante de un micrófono. Cristiano también lo sabe hacer de esta manera huracanada.

A él le gusta vivir así. Seguramente su desafío a Messi sea un desafío a sus propios límites. Un asunto personal que convierte en público. Esa ambición se le va por la boca en ocasiones, pero en el césped su valor futbolístico es descomunal. Sus dos goles encendieron Portugal y le dejaron una buena foto en su constante reivindicación de su segundo Balón de Oro. Los tulipanes se marchitan, se va la casi siempre bella Holanda.

Van Marwijk, subcampeón del mundo con doble pivote, prefirió tirar sus ideas y lo poco que le quedaba de crédito al contenedor y lanzó una moneda al aire. A cara o cruz, apostó por lo que no creía con una alineación populista e ilusionante para la masa naranja. Desbordante de talento, pero llena de grietas. Sin estructura táctica. La vieja estrategia de acumular buenos jugadores y encajarlos en un sistema sin atender a sus mejores cualidades suele ser una ruina. Para hacer eso, para juntar talento, primero hay que tener un plan.

Porque a Holanda no le salvó en la primera parte el gol de Van der Vaart, sino la suerte. Ni siquiera con el 0-1, un ejercicio de precisión del jugador del Tottenham que metió con maestría el interior de su pierna izquierda y la puso lejos de Rui Patricio, pudo asentarse Holanda. La alineación se lo impedía. A la espalda de la defensa de Holanda, Portugal encontró un océano. Especialmente, por supuesto, Cristiano. Portugal fabricó ocasiones de todos los colores (Ronaldo, Postiga, Meireles), hasta que el madridista empató en una jugada que retrató la improvisación del once de Holanda, sin ningún espíritu defensivo. Ronaldo hizo un desmarque de libro y Joao Pereira no encontró ni presión ni nade que se dedicase a tapar las líneas de pase. Una exhibición de candidez que un fenómeno como el madridista no perdonó.

El planteamiento de Portugal resultó mucho más racional. Sostenido en sus centrales, sólo le falló una ayuda de los centrocampistas en el gol de Van der Vaart. En el resto, Portugal estuvo perfecta. Es difícil entender cómo un equipo de ese potencial sufre en las clasificaciones y no es favorito indiscutible en fases finales.

Van Marwijk continuó su gazpacho ofensivo en la segunda parte. Primero llevó a Van Persie a la derecha e incrustó a Snejder en el centro. Robben se fue a la izquierda y la disposición pareció algo más racional pero el descontrol era imparable. Cristiano y Coentrao casi fabrican el 2-1 y Holanda empezó a perder los nervios y mostró malos modos, algo extraño en una selección que siempre ha preferido al balón pero comprensible si se atiende a los volantazos de su técnico.

Cristiano decidió meterle el último zarandeo al partido con cuatro carreras fantásticas que cambiarán la tortilla. Villano hace cuatro días, será héroe en el mundo y a él apuntarán los focos. En la primera, asistió a Coentrao, solvente en esta Eurocopa. Luego hizo una jugada fabulosa, con un sprint y luego una pausa que le permitió ver a Nani, que falló ante Stekelenburg. Finalmente, marcó un golazo en otra contra y disparó al palo. Cristiano lideró, posiblemente, los 45 minutos más exuberantes de la Eurocopa. Convirtió a Holanda en una caricatura y sentó sus reales. Portugal, un vendaval que tiene todo para una competición corta (centrales excelentes, centrocampistas con recorrido y uno de los dos o tres mejores jugadores del mundo), ya es candidata. El mensaje de Cristiano al planeta fútbol fue arrollador.