Italia pide auxilio a España: "Creemos en vosotros"

Italia se ha echado en los brazos de España. La Azzurra teme que un biscotto (pasteleo) entre Croacia y La Roja para empatar a dos, les eche de la Eurocopa. Por la parte que nos toca, no hay razón para su desconfianza. Pero están con la mosca detrás de la oreja porque en la Eurocopa de 2004 disputada en Portugal ya les pasó. Entonces, con una victoria ante Bulgaria les bastaba para clasificarse a los cuartos... salvo en el caso extremo de que se diera un empate a dos entre Dinamarca y Suecia. Cosa que al final sucedió. Y además en el minuto 89 del partido. A ese infausto día se le conoce en Italia como 'el día del biscotto'.

 La sombra del pasteleo planea sobre el España-Croacia. En Italia, un país que ha pasado por el Totonero, el Moggi-Gate y ahora las apuestas, es normal la desconfianza. Pero en España y Croacia es algo impensable, aunque ellos no se lo crean. Desde la concentración de la Azzurra se empeñan en despejar todas las dudas.

Prandelli. El más contundente fue su seleccionador. Sus declaraciones no dejaron lugar a la duda: "La conspiración es imposible. España saltará mañana al campo para ganar". Buffon, jugador de la Juventus, club al que quitaron dos ligas por pastelear con los árbitros, escogió el halago: "Después de todo su fútbol y el espectáculo que han demostrado en estos últimos años, el hecho de que todo el mundo quiera copiarles... Creemos en los españoles y en los croatas, en su imparcialidad. Es Imposible".

El biscotto es un término que procede de la hípica. Así llamaban a las galletas dopantes que daban a los caballos. La palabreja derivó a lo que en castellano es arreglo, componenda o apaño. El biscotto tiene derivados. Uno es el panettone, que se come por Navidad y es originario de Lombardía. La colomba es el dulce de Semana Santa, un pan que quiere parecerse, sin llegar a tanto, a nuestra famosísima torrija. Si algo tienen en común estos biscottos es que están hechos con leche, harina, huevo y azúcar moreno, regados con miel. Como dicen los españoles, "lo que no saben en Italia es que nosotros no somos golosos".