Prandelli duda entre 'su' 4-4-2 y el 3-5-2 que triunfa en la Juve

Además de partidos amañados, apuestas, Fiscalías y nombres propios como Criscito, Bonucci o Buffon, en Italia también se debate de fútbol. Y de algo que a los italianos les gusta más aún que el fútbol: la táctica. El éxito de la Juventus de Antonio Conte, aparición estelar del año en el Calcio que ha vuelto a hacer campeona a la Vecchia Signora, y la poca fiabilidad de la Nazionale en el último amistoso ante Rusia (0-3), han obligado a reflexionar a Cesare Prandelli. El ex técnico de la Fiorentina se plantea variar el 4-4-2 que le ha dado cierto éxito en la fase de clasificación por el 3-5-2, sistema de éxito en la Juventus…, y en el Udinese de Di Natale, clasificado contra pronóstico para la Champions.

El cambio de sistema es bien recibido, según círculos cercanos a la Selección, por los jugadores de la Juve, especialmente Barzagli, Bonucci y Chiellini, tres centrales bianconeros que han sido los escuderos de Buffon durante el campeonato. El 3-5-2 le ha funcionado a la Juve, vencedora de su Scudetto número 28 (30, según los juventinos). Maggio, lateral derecho del Nápoles, sí se ha adaptado al 4-4-2 pero con Mazzarri también ha rendido jugando más adelantado. En algunos sectores se piensa que Italia jugará así más protegida y con confianza. Y es cierto que esos cambios puntuales en fases finales le han dado resultado históricamente a Italia en alguna ocasión.

Pero Prandelli es consciente de lo que se jugaría con ese cambio. Si Italia cae ante España renunciando a las ideas que le han llevado a la clasificación, la crítica lo destruirá. Prandelli ha dado prioridad durante dos años de trabajo a la posesión de balón, la importancia de Pirlo como metrónomo, la figura del mediapunta... El cambio de estilo fue bien recibido por un fútbol tradicionalmente conservador y amante de la táctica en términos generales. A una semana del debut aparecen las dudas y hasta la Gazzetta, biblia del deporte en Italia, saca encuestas en su web para conocer las preferencias de los tifosi. Así que si no era suficiente con la polvareda y el debate de los escándalos de apuestas, la táctica también se enreda. La palabra, también la duda, la tiene Prandelli. Y él ya sabe, se sabe desde que Mussolini se lo recordó a los jugadores antes de la final del Mundial de 1934, lo que significa un paso en falso en la tetracampeona del mundo.