El campeón ya está aquí: España se exhibe en Berna

La intuición era equivocada. España no llega tarde a la Eurocopa ni ha perdido el hambre. España va a intentar una gesta dificilísima, el triplete. Puede que se quede en el camino, pero no va a regalar el trofeo Henry Delaunay. Lo demostró en Berna, ciudad de históricas citas: la final de la lluvia del 54 donde Hungría se hizo eterna por no tener corona y la final de Copa de Europa de los postes malditos para el Barça. Al España-Corea de ayer no le rodeaban emociones parecidas, pero Del Bosque, y especialmente los jugadores, ya en carrera por un sitio en el once, se encargaron de darle la solemnidad que merecía. España, todavía sin el cargamento de internacionales del Barça y el Athletic, se exhibió y demostró una variedad que va a ser muy comentada estos días en el fútbol europeo. El campeón ganó 4-1 con una colección de buenas noticias: Torres recupera sensaciones a toda velocidad, los bajitos la siguen moviendo como siempre, hay más atención que en otros amistosos (la alerta de la competición) y la atmósfera es magnífica. Todo es perfecto. Todo, menos ver que futbolistas como Beñat, Monreal o Soldado no puedan tener sitio. Los dos primeros jugaron un partido excelente y el tercero dio una lección de profesionalidad y un pase de caballero a Negredo. Corea, peligrosa compañera de viaje en otras ocasiones (2-2 en USA’94, los penaltis de 2002, hasta aquel partido que se complicó en Italia,90 y que resolvió Míchel), ni vio venir a España. A diez días del inicio de la competición, España ya está aquí.

Gustó España desde el principio. Enchufada, su estilo resultó mucho más familiar que el día de Serbia. Olvidó la verticalidad y las imprecisiones del partido de Saint Gallen y, a cambio, hiló bien el juego. Xabi Alonso y Beñat se relevaron bien en el mando del juego por lo que España resultó menos detectable para Corea. Dos metrónomos mejor que uno, que unidos a Cazorla, Mata y Silva garantizan posesión. Los enganches, con intermitencias, dieron chispazos. Como Torres, felizmente fresco, motivado. Resultó esperanzador verle expresarse en el campo. Con desmarques, disputas de cada balón, amagos de tirar regates y arrancadas. Es posible que nos hayamos acostumbrado a una versión de gama tan baja de Torres que cuaquier atisbo de recuperación nos dé esperanzas. Pero Torres persiguió el gol y lo obtuvo con un cabezazo precioso a centro de Beñat.

En ocasiones, por jugadores como Beñat toma sentido un tipo de concentración tan heterodoxa como la que ha organizado Del Bosque. Su concepción del juego tiene que ver exactamente con la filosofía de la Selección. Seguro que Del Bosque, antiguo centrocampista y con sensibilidad especial con los jugadores de ese puesto, se lo va a apuntar bien en su agenda. Ha dejado un par de ratos muy buenos de fútbol.

Beñat y compañía pudieron dejar resuelto el partido después del gol de Torres, pero lo que se encontró España justo después de un pase primoroso de Silva que a Monreal le dio casi vergüenza rematar. En un acto de generosidad equivocada, pasó a Mata, que estaba en fuera de juego. El revolcón vino al filo del descanso, con un golazo de Do Heon. Un tiro casual que dejó una foto equívoca al descanso. 1-1.

Pero España ya pareció en modo competición. Y también Del Bosque, que no hizo cambios al descanso y le dio al partido categoría de prueba seria. Bueno para España, que ha empezado con retraso la preparación pero a la que se intuye enchufada. Así que España liquidó el trámite como si le fueran puntos en el envite. Xabi Alonso cambió su habitual tiro de penalti a media altura por el centro y aseguró a su lado natural. 2-1 después de una mano evidente de un defensa coreano. Poco después, Cazorla hizo el tercero con pillería en un lanzamiento de falta que ha vuelto a ponerse de moda. Cazorla le marcó así al Granada esta temporada, Beñat al Sevilla y en Cornellà se vio otro gol idéntico (Coutinho). Negredo, que según todas las informaciones compite por Negredo por un puesto en el once ante Italia (Llorente podría llegar justo) hizo el cuarto. Y España, y Del Bosque, se fueron de Berna tan felices. El campeón ya está aquí. Y cuando está así, da gusto verlo.