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Amistoso | Kuwait-Real Madrid

Mourinho luce el equipo de los 100 en Kuwait

El Madrid jugará con sus cracks a excepción de Xabi, que no viajó

Javier Silles
Actualizado a
<b>PRESENTACIÓN OFICIAL. </b>Nada más aterrizar en Kuwait, la plantilla madridista acudió al acto en que fue presentado el amistoso que se disputará esta tarde.

Tras tres días sin entrenarse, bajo la resaca de la celebración de la Liga y con la Eurocopa o las vacaciones en la cabeza, se presenta el Madrid en Kuwait para poner el colofón final a la temporada ante la selección nacional de este país. Bajo este panorama, no se entiende el porqué de tan largo viaje. Sin embargo, existe un poderoso argumento: los 2,5 millones que cobrará. A partir de ahí, cualquier razonamiento que interpele a la no conveniencia del partido puede ser refutado. Otros motivos considerables se hallan en la necesidad de acercarse a una afición como la del Golfo Pérsico ávida por rodearse de los jugadores blancos.

El recibimiento de ayer fue clara muestra de ello. El Madrid fue agasajado por dos centenares de kuwaitíes a su llegada al hotel y en la cena oficial de después. En todo este decorado se echó en falta a Xabi Alonso, que no acudió por motivos personales. El escenario planteaba una duda que ayer se pareció resolver. La cruz del escudo, que el Madrid se planteaba no lucir para no ofender a la población musulmana, estuvo presente en los tablones publicitarios y en las equipaciones del equipo.

Hablar de lo deportivo en un encuentro como éste adquiere matices fantasiosos. La Eurocopa choca con un amistoso de esta índole en el que participarán, al menos un rato, todas las estrellas (así lo estipula el cuantioso contrato). El pensamiento de Kuwait es bien diferente. Para ellos, es una fiesta. De ahí que ya no queden entradas, a pesar de los altos precios (entre 70 y 415 euros). Para su selección, una oportunidad para reivindicarse.

Atrás quedaron sus años dorados a finales de los setenta y principios de los ochenta, cuando contrataron a Zagallo (1976-78) y Parreira (1978-83) como técnicos. Su apuesta fue ganadora. Se proclamó campeón de la Copa Asiática de 1980 y participaron en el Mundial de España. Allí, los focos futbolísticos se dirigieron hacia ellos cuando, en el partido ante Francia, el jeque Al Sabah bajó al césped del José Zorrilla para rearbitrar una decisión del árbitro Stupar y este le hizo caso. Hoy, el planeta fútbol volverá a mirarles.