Silva se rompió la mano al agredir a un hincha de Tigre

Te pido disculpas, pero no te puedo firmar el autógrafo, tengo una férula...". Las palabras de Santiago Silva a un aficionado de Boca reflejan cómo terminó la historia de la pelea callejera entre los futbolistas xeneizes y dos hinchas de Tigre tras el partido del domingo. El delantero sufrió la fractura de dos dedos de su mano derecha al dar un puñetazo.

Aún están frescas las imágenes del caos. La escena de los jugadores de Boca yéndose derrotados, los insultos de los aficionados de Tigre, el enojo de Silva, los fallos en la seguridad, Sosa escupiendo desde la ventanilla del autocar y los futbolistas bajándose para ir tras quienes les habían insultado. El propio Silva, en la ofensiva, con los puños al frente, metiéndose en medio de la gente a la caza de quien le había gritado "uruguayo fracasado". Y los golpes a dos aficionados. Y ahora, 72 horas después del escándalo, todos tendrán que rendir cuentas. A pesar de que Boca intentó matizar la lesión de Silva, la férula lo delató: sufrió una fractura en el segundo y tercer metacarpiano, producido al golpear en la nuca de un aficionado. En ese marco, el club envió un comunicado repudiando los hechos y avisó que ha realizado una denuncia en la Fiscalía Descentralizada de San Fernando y en los organismos de seguridad. "No me la quiero agarrar con Tigre, pero no nos puede pasar esto. Pudo pasar cualquier cosa. Si alguien saca un cuchillo... La responsabilidad es del operativo de seguridad, por eso denuncié", explicó el presidente Daniel Angelici. En Tigre ya identificaron a los dos aficionados (no son socios del club) y se comprometieron con la seguridad para que los incidentes no vuelvan a repetirse en el futuro.

En la AFA no se considera la posibilidad de algún tipo de sanción para los jugadores. En cambio, la Policía responsabiliza a Silva. "Todos tienen responsabilidades. Los jugadores que bajan del bus a agredir y los hinchas de Tigre por insultar", sentenció el comisario Rubén Pérez. Cada vez es más firme la versión de que varios jugadores deberán presentarse a declarar sobre lo sucedido.