NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

OSASUNA 1 - REAL MADRID 5 | LIGA BBVA

Manotazo a la Liga

El Madrid, con Granero y Albiol como titulares, pasó por encima de Osasuna. Benzema dejó un tanto para el recuerdo y Cristiano e Higuaín hicieron doblete. Nino marcó para Osasuna.

Actualizado a
Manotazo a la Liga
REUTERS

Si lo que se pretendía era convertir el partido en un examen de carácter, el Real Madrid salió fortalecido y si lo que se quería era evaluar la fiabilidad de su fútbol, la respuesta estuvo a la altura del reto. Manejó tensiones, controló los tiempos del partido sin necesidad de tener siempre el balón y dio un paso importante que le acerca más a la meta, al objetivo del título.

Donde se esperaba a un Madrid preparado para la batalla, con traje de camuflaje y cuchillo en los dientes, se vio a un equipo que salió vestido de smoking y resolvió el duelo a golazo limpio. Este Madrid es una máquina de hacer goles, que tritura a sus rivales con ese tridente mágico formado por Cristiano, Higuaín y Benzema. Este trío maravilla se vio iluminado esta vez por otro trío que juega siempre con la luz encendida y quita a su equipo la venda que le tapa los ojos durante demasiados partidos. Xabi Alonso y Özil no estuvieron solos, se unió a ellos Granero y bien que lo agradeció el Madrid. Más sorprendente fue la alineación de Albiol en el centro de la defensa como pareja de Ramos.

Pretendió ahogar Osasuna al Madrid en el centro del campo, donde acumuló todo un ejército, pero el decorado preparado por Mendilibar apenas se mantuvo en pie siete minutos. Lo derribó Benzema con un golazo memorable, una volea sensacional, de esas que nada más ejecutarla ya se sabe que se ha ganado un lugar en la memoria. Un tanto para el recuerdo. Cristiano le envió el balón desde la izquierda y Benzema se disfrazó de Van Basten para rematar, recordando el histórico tanto del holandés contra la URSS en la final de la Eurocopa de 1988.

El Madrid retrasó líneas después del gol, se refugió en su campo, atrajo hacia él a Osasuna y buscó el golpe definitivo al contragolpe. El cambio de escenario cogió con el pie cambiado a los locales, incapaces de hacer daño al Madrid durante todo el primer tiempo, que se completó con dos nuevos tantos a los que pusieron firma Cristiano e Higuaín. El portugués mando un misil teledirigido desde más de 30 metros que atravesó la línea de gol a una velocidad supersónica. El argentino fue más sutil y después de recibir un buen pase de Granero se plantó ante Andrés, al que picó el balón en la salida.

Cerró la primera parte el Madrid sin más rasguño que la amarilla que obligará a Sergio Ramos a cumplir un partido de sanción contra el Valencia, lo que no es una cuestión menor.

Se distrajo el Madrid al pasar por los vestuarios y se activó Osasuna con la entrada de Lekic por Raoul Loé. Mendilibar, que había sido expulsado por Muñiz Fernández en el minuto 11, metió un delantero y descongestionó el centro del campo. Dos minutos tardaron los locales en conseguir que al Madrid le entraran las dudas. Roversio puso un buen balón desde la derecha y Nino se anticipó a Arbeloa, de nuevo el jugador más flojo de su equipo, para marcar de cabeza. Compensó con ese pase Cristiano una acción anterior en la que su ansiedad por marcar impidió que lo hiciera Higuaín.

El Madrid se quitó las dudas de encima y acabó con cualquier esperanza de Osasuna a lo grande, con dos nuevos tantos. El primero con fortuna. Cristiano lanzó una falta y el balón superó a Andrés después de rebotar en Lekic. El segundo, tras una buena acción del portugués por la izquierda, desde donde envió un balón perfecto para que Higuaín cerrara con un cabezazo la goleada.

Con un cuarto de hora por delante y nada ya por resolver, Mourinho retiró a parte de su artillería, Higuaín, Özil y Benzema, y dio minutos a Coentrao, Di María, que reapareció después de su lesión, y Varane, al que se esperaba en el once inicial y sólo estuvo en el campo los últimos cinco minutos. No había tiempo para más, salvo para que Muñiz Fernández expulsara a Lamah.