Jonas calma a las fieras

Tony Pulis llegó a Mestalla citando a sólo quince jugadores y hasta se dejó el entrenador galés un cambio por hacer. El Stoke City es tan "a, e, i, o, u" que le da igual quiénes e incluso cuántos jueguen, sólo saben hacer una cosa y la idea la tienen todos clara. Ayer dieron lo que tenían por ella, lo cual no significa que les sirviera para algo, no al menos para dejar en la cuneta al Valencia. Los de Unai cumplieron con el tosco trámite que tenían en Europa y estarán en los octavos de final de la Europa League, donde les espera un equipo de más nombre y recursos: el PSV Eindhoven.

Fue Jonas Gonçalves quien se encargó de dejar sentenciada la eliminatoria mediada la primera mitad. El gol del brasileño, sumado al de Topal hace una semana en el Britannia Stadium, era como una invitación al árbitro para que hubiera dado por concluido el partido y se hubiesen ahorrado los blanquinegros recibir alguna que otra patada y empujón, sobre todo en el tramo final del partido, cuando una mezcla entre cansancio e impotencia invadió a los británicos. Lo dicho, nos habría hecho un favor el colegiado sueco. A fin de cuentas lo mejor de la tarde ya se había visto en el instante en el que marcó Jonas, como fuera la jugada que se marca Pablo Hernández para asistirle. El castellonense echó mano de la rabia contenida que tenía por sus adentros en las últimas semanas (no era titular desde el partido contra el Atlético de Madrid) para irse de Collins como quien pasa por delante de un bebé gateando y dar el pase en el momento y al lugar preciso.

Arreón inglés.

Gol y las fieras calmadas, los jugadores Potters que no sus aficionados, porque si en algún momento parecía que las garras del Stoke City podían de veras hacer daño en lo deportivo y no solo pupa física fue en los primeros compases. Pero Jones no tuvo el acierto de Jonas ni Sorensen el de Guaita. El delantero de Trinidad y Tobago malogró hasta tres ocasiones en 25 minutos que hubieran metido algo de miedo en el cuerpo che.

Como no hay mal que por bien no venga, la normativa que obliga a que los partidos duren 90 minutos permitió, además de dar rienda suelta a los cánticos ingleses, que Parejo los disfrutara enteros. También Topal, otro que necesita ganar en confianza y a quien la eliminatoria contra el Stoke le ha venido como anillo al dedo para ello y que no se quede sólo en ella. Pero volvamos a Parejo. Era sin duda el protagonista de la velada tras la lesión de Banega. El de Coslada pasó el corte. De menos a más y hasta pudo ver puerta a saque de falta. Que siga así.