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Europa League | Dieciseisavos | Vuelta | Athletic Club 1 - Lokomotiv 0

Los leones actuarán en el Teatro de los Sueños

El Athletic selló su pase a los octavos de final de la Europa League tras vencer por la mínima al Lokomotiv en San Mamés con un gol de Muniain. El United y Old Trafford esperan a los de Bielsa.

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Los leones actuarán en el Teatro de los Sueños
Los leones actuarán en el Teatro de los Sueños

Los leones seguirán rugiendo en Europa. El Athletic se impuso en San Mamés por un gol a cero al Lokomotiv en la vuelta de los dieciseisavos de final de la Europa League y selló su pase para octavos, dónde se enfrentará al Manchester United de Rooney, Nani y De Gea. Los de Bielsa lograron un triunfo muy sufrido en un choque en el que los rusos no dudaron a la hora de perder todo el tiempo posible y a la hora de parar el juego a base de patadas. En el minuto sesenta y dos de partido, tan sólo dos después de la expulsión por doble amarilla de Amorebieta, llegó el único tanto del encuentro, obra de Iker Muniain tras un saque de esquina que botó Iñigo Pérez y que peinó al segundo palo Fernando Llorente.

El partido comenzó con el Lokomotiv con las ideas muy claras y decidido a no permitir jugar al Athletic. La presión asfixiante que ejercieron arriba los rusos estuvo acompañada también de continuas interrupciones del juego a base de faltas que obligaron al colegiado Pawel Gil a advertir a los visitantes. Un disparo de Caicedo, muy activo en ataque, que despejó Iraizoz fue la primera ocasión de peligro de unos moscovitas que siguieron disputando cada balón al límite. Mientras tanto, el equipo bilbaíno se acercaba al área rival con peligro a pesar de las numerosas pérdidas de posesión en la zona de creación. Poco antes del cuarto de hora, Javi Martínez rozó el primer gol con un disparo que se marchó alto.

A pesar de que el Athletic lo intentó una y otra vez, se llegó a la media hora de partido sin un dominador claro del choque. Con la constante sensación de que el gol podría caer de cualquiera de los dos lados en cualquier momento, el Lokomotiv siguió calentando el encuentro a base de patadas ante las que Pawel Gil evidenció su pobre experiencia internacional. El colegiado polaco no castigó con tarjetas acciones violentas de los rusos que, sin duda, eran merecedoras de ellas. Además, los hombres de Couceiro no se cortaron un pelo a la hora de simular agresiones que no existieron y a la hora de perder todo el tiempo posible para romper la continuidad del choque.

El Athletic, tal y como acostumbra en sus partidos en San Mamés, apretó en la recta final de la primera mitad con la intención de marcar para dar la vuelta a la eliminatoria y desactivar el plan marrullero, pícaro y ventajista del Lokomotiv, cuya idea principal era que se jugara lo menos posible al fútbol. Un gol local obligaba a los rusos a lanzarse al ataque para no quedarse en la cuneta. Los leones, que encerraron a su rival en el área durante los minutos que precedieron al descanso, se fueron a los vestuarios con la igualada inicial tras un primer tiempo en el que abusó del juego directo con balones largos arrebatando al centro del campo su papel crucial desde la llegada de Bielsa.

El partido se reanudó con cambios sensibles tanto en el once del Athletic como en su dibujo táctico. Susaeta e Iturraspe dejaron su sitio a San José e Iñigo Pérez, lo que hizo que Javi Martínez pasara al centro del campo, Toquero se desplazara a la banda derecha e Iñigo ocupara el lateral izquierdo, quedando la línea defensiva reducida a tan sólo tres hombres. Las variaciones efectuadas por Bielsa tuvieron un efecto inmediato y el conjunto vasco fue un ciclón en el primer tramo del segundo acto con dos ocasiones de Fernando Llorente que encendieron a La Catedral.

Los leones protagonizaron sus mejores momentos volcando el juego por la banda derecha de Toquero justo hasta el cuarto de hora del segundo tiempo, momento en el que Amorebieta vio su segunda amarilla tras frenar con falta un contragolpe ruso en el que anduvo despistado. Con diez y con todo el trabajo por delante, el Athletic se puso el traje de faena y, lejos de arrugarse, echó mano de su casta y pundonor para, tan sólo dos minutos después de la expulsión, marcar el gol que daba un giro de 180 grados a la eliminatoria. Iñigo Pérez botó el saque de esquina, Llorente prolongó al segundo palo y allí apareció Iker Muniain para mandar el balón a las redes de Guilherme.

El tanto volvió a generar cambios en el sistema del Athletic, que retornó a la línea de cuatro atrás con De Marcos en el lateral izquierdo. Con más de veinte minutos por delante, Bielsa realizó su último cambio retirando a Ander Herrera para dar entrada a Borja Ekiza. El conjunto vasco desechó la idea de defender el resultado y continuó protagonizando acercamientos peligrosos al área del Lokomotiv, lo que provocó algún que otro desajuste defensivo que hizo sufrir a La Catedral quizá más de lo previsto. El pitido final provocó la explosión de júbilo, satisfacción y gozo de todos los presentes en San Mamés. El Athletic logró su objetivo y, tras tumbar al correoso Lokomotiv, se enfrentará en octavos al Manchester United.