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Europa League | Lokomotiv 2 - Athletic 1

Moscú no tramita el visado

El Athletic se congeló en lo futbolístico tras el 0-1

Actualizado a
<b>HELADOS EN  EL LUZHNIKI. </b>Iker Muniain y sus compañeros abandonan el campo moscovita mirando al suelo después de no poder mantener el gol inicial del Athletic.
HELADOS EN EL LUZHNIKI. Iker Muniain y sus compañeros abandonan el campo moscovita mirando al suelo después de no poder mantener el gol inicial del Athletic.juan flor

Pues sí, al final al Athletic le afectó el frío en el Luzhniki. Así de simple se explica que con todo a favor, con el 0-1 logrado por Muniain tras un jugadón de Susaeta, se quedase helado en la segunda parte, sin fútbol, garra, velocidad ni alma. Fue el mundo al revés. El Lokomotiv, que acabó ayer su pretemporada, pasó a los leones por encima cuando se supone que le pesarían las piernas. El Athletic se ha hecho un nudo que deberá soltar el jueves, con San Mamés rugiendo, si quiere reeditar la eliminatoria ante el Manchester United, que espera sentado tomando té con su 0-2 al Ajax.

Lo complicó todo un penalti de Aurtenetxe sobre Caicedo, un piscinazo en toda regla, aunque ya empezaba el asunto a mosquear. Llevaba el lateral una noche de perros, con Maicon volviéndole loco por su diferencia de velocidad. Necesitó ayuda para frenar al brasileño y se quedó solo, impotente. Bielsa debió cambiarle mucho antes.

No anduvo fino El Loco con la batuta. La partitura del primer acto fue brillante, parecía que el Lokomotiv terminaría con su bello pasaje europeo, pero cuando la orquesta que tan bien toca por momentos empezó a desafinar, necesitó otros músicos. Iturraspe y Herrera perdían demasiados balones. La tardía entrada final de David López casi arregla la noche. El meta Guilherme, poderoso por alto, se sacó una doble parada al gris Llorente y a una chilena de Muniain, que pudo dejar el choque, con más ocasiones que fútbol, en 2-2.

El Athletic desarboló al equipo de Couceiro en la primera mitad, en la que su banda izquierda fue un coladero. Entre otras cosas, porque Susaeta iba y venía como un rayo. Hizo pasar un calvario a Yanbaev. Primero, le dejó sentado y puso un balón de oro en la cabeza de Llorente. Falló el goleador. Luego, sacó la magia de la noche con caño a su lateral, recorte al incombustible Zapater y pase en bandeja a Muniain. Todo parecía fácil, pero el Lokomotiv guardaba oxígeno en los pulmones, mientras los de los bilbaínos se quedaban sin aire físico ni futbolístico.

Pérdidas tontas. El Athletic, pese a ser superior, estaba avisado de la verticalidad rusa. Cada pérdida en un espacio peligroso, era un contragolpe a toda máquina entre Caicedo y Maicon. Y como en la segunda fase del choque se regalaron decenas de balones, el Lokomotiv entró en la eliminatoria. Los rusos no tramitaron el visado europeo a los leones.

Contribuyó la aparición de Glushakov, poderoso en el disparo. Iraizoz se ajustó los guantes. Le marcaron de penalti (que pare uno es algo ya olvidado) y de un colocado disparo del goleador ecuatoriano, que aprovechó la única pifia, bien gorda, de Amorebieta.

Al Athletic le queda La Catedral, que no es poco, pero Bielsa deberá medir ahora si refresca al equipo ante el Málaga. El desangelado Luzhniki evidenció carencias.

El detalle: un tractor para la nieve

El Luzhniki demostró estar muy preparado para soportar la nieve y el frío. Antes del encuentro, un tractor quitó la nieve caída y en el descanso, rebañó la de la primera mitad. Se jugó a diez grados bajo cero.