Los leones, a una batalla sin excusas en Moscú

El Luzhniki asusta lo justo al Athletic. Tras una jornada de incesante nevada, el temporal amainó a la hora del entrenamiento y el césped sintético estará en buenas condiciones. Es amplio y corre bien la pelota. Por ahí, no habrá excusas. Por el frío tampoco muchas, porque la temperatura se ha suavizado y, aunque caerán algunos copos, no se prevén graves problemas de visibilidad.

El mayor peligro para los de Marcelo Bielsa será no entrar con ritmo al partido de hoy por lo desangelado del ambiente. El Lokomotiv había vendido anoche 8.000 de los 78.000 asientos que sí estarán ocupados en el CSKA-Real Madrid de la próxima semana. No ha hecho gracia a su gente salir de su estadio y la hora del encuentro (las nueve de la noche locales) es muy tardía para los moscovitas. Tampoco están muy habituados a la superficie artificial, ya que su campo es de hierba natural.

En principio, la diferencia de preparación debería bastar para decantar la balanza hacia los leones, aunque este club ya tiene una mala experiencia en ello en la época de Valverde contra el Austria de Viena. El equipo de José Couceiro ha estado de pretemporada en Portugal y su gran sueño es meterse en la Champions. Tiene futbolistas ofensivos de sobra (Sychev, Caicedo y Maicon) como para inquietar a Iraizoz. Su talón de Aquiles es el centro de la defensa, así que Zapater deberá echar una mano desde la medular. Les falta el poderoso Da Costa por tarjetas. De ahí que su técnico no duerma pensando en cómo frenar a Llorente. La incógnita es si el Athletic se sentirá cómodo triangulando bajo un terreno que extraña. Dar un golpe de mano esta noche supondría un gran paso hacia octavos.

El detalle. Muñecos y vallas en el equipaje

Marcelo Bielsa llega hasta tal extremo que se llevó buena parte del material de entrenamiento que utiliza en Lezama hasta Moscú. Y es que los muñecos y vallas entran en la bodega del vuelo chárter, por lo que la única incomodidad es trasladarlo en furgoneta al estadio. Claudio Vivas, ayudante del argentino, se encargó de medir y comprobar al milímetro el césped.