"Veo a Condal y Dani como Harpo y Groucho"

¿Cómo comenzó a publicar columnas sobre el Espanyol en el El País?

El periodista Guillem Martínez le habló a Ramon Besa, el jefe de deportes en Cataluña de este diario, de Accidents Polipoètics, un dúo de poesía alternativa que integro junto a Xavier Theros. Y a raíz de ello escribimos un artículo sobre las elecciones del Barça que ganó Laporta (2003). Más adelante, Besa me dejó las puertas abiertas para escribir sobre el Espanyol, y varios años después, le tomé la palabra. El 11 de septiembre de 2007, fecha que no olvidaré al tratarse de la Diada, escribí mi primera columna perica, que aquel día trataba sobre Iván de la Peña.

Su columna, En un periquete, se publica en un diario de referencia. ¿Ha tenido reacciones por parte del club?

Nunca he tenido ninguna conversación con nadie del club, ni técnicos, ni directivos, ni jugadores. Ni tampoco la deseo. Me considero un perico de base, sin más, con una mirada de grada, externa a los círculos que dirigen el Espanyol. Eso es quizá lo que me diferencia del resto de articulistas pericos.

¿De dónde le viene la filiación perica?

Mi abuelo me llevaba a Sarrià cuando yo tenía ocho años, y recuerdo con cariño a Borja, José María, Solsona, Roberto Martínez, Ochoa y al resto de grandes jugadores de la época. Durante los primeros años de juventud me desvinculé del fútbol, pero actualmente, a mis 47 años, soy un habitual de Cornellà-El Prat, como lo había sido de Montjuïc.

Un poeta futbolero... La verdad es que suena raro.

Es que soy raro. Y por partida cuádruple. En el mundo de la poesía suena extraña mi pasión por el fútbol. En la grada de un estadio chirría un poco mi afición por la poesía. Encima, practico la poesía alternativa. Y para rematar la faena, dentro del planeta fútbol formo parte de un sector alejado de la corriente principal azulgrana. Vaya, que soy perico.

¿Son ganas de complicarse la vida?

Pues sí. Ser perico es una actitud vital, pero no se puede escoger. Lo eres, y punto. Puede ser que de mi condición de seguidor blanquiazul venga mi afición hacia lo underground, y el que me dedique a crear poesía alternativa. Lo mío es estar en una continúa minoría.

¿Hasta el final?

Hasta el final, incluso lo estoy dentro del Espanyol. Me explicaré. Me molesta la cultura de la queja, de lamentar continuamente cosas como las actuaciones de los árbitros. Primero hemos de observar qué es lo que hemos hecho mal, y luego ya protestaremos si hace falta las decisiones del colegiado. Tampoco comparto el victimismo respecto al Barça. De acuerdo, nos deja poco espacio, pero tenemos que centrar esfuerzos en conquistarlo. Y parar de llorar.

¿Y cómo se consigue esa conquista?

Poco a poco. Si queremos que los medios hablen más de nosotros, tendremos que jugar semifinales y finales, no protestar simplemente porque no nos dan lo que queremos. Si hacemos las cosas bien, iremos remontando. Tenemos que conquistar corazones, no llorar.

¿Pochettino es el hombre para esta remontada?

Para mí, Pochettino es un técnico extraordinario, hace una gran labor con lo que tiene. Sólo le pongo un pero: el que vaya con chándal en la banda. Un poco de imagen no está mal, has de ir de punto en blanco, como lo hacía Valverde.

Accidents Polipoètics lleva 20 años sobre los escenarios, con un discurso que roza el dadaísmo. ¿Es el Espanyol, a veces, un club surrealista?

Es surrealismo cañí, mucho más cercano a lo José Luis López Vázquez. No lo veo en la órbita de Max Ernst.

Ramon Condal ha sucedido a Daniel Sánchez Llibre. ¿Cree que uno es un presidente en blanco y negro y otro en color, al menos por la imagen que pueden proyectar?

Los veo complementarios, como Harpo y Groucho Marx interpretando el número de "la parte contratante de la primera parte". Condal sería Harpo y Sánchez Llibre, Groucho.

¿Quién le gustaría que presidiera el Espanyol?

En mi opinión, Joan Golobart es un cambio de paradigma total. Tiene un discurso que nunca lo he oído en el Espanyol. Sus artículos en La Vanguardia y sus intervenciones en las emisoras de radio son magníficas.

¿Qué le gustaría cambiar?

Lo primero, el nombre. Me encantaría que se llamara Atlètic Catalunya. Lo de Espanyol"me remite a la España que salió tras la Guerra Civil, es por eso que me pesa bastante. Y, si me lo permitieran, también sacaría la corona del escudo para execrar de la monarquía.