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L'Hospitalet - Barcelona | La intrahistoria

Serrat no es el único mediático del Poble Sec

De la Masia a director deportivo.

Actualizado a
Serrat no es el único mediático del Poble Sec

El Poble Sec (Pueblo Seco) es uno de los barrios más populares de Barcelona. Encajado entre la frescura del puerto y la burguesía venida a menos de L' Eixample, la zona fue siempre la residencia de trabajadores ubicados a las faldas de Montjuïc. El estandarte mediático del barrio lo llevó siempre Joan Manel Serrat, agolpando en el portal de su casa de la calle Margarit a los turistas llegados desde todos los rincones para retratar la casa del cantautor.

Pero el Sec no sólo tiene un artista. Hay más. El mítico campo de La Satàlia vio corretear a miles y miles de niños por su campo de tierra dura, ahora ya de hierba artificial. Entre ellos, un elegido: Quique Cárcel. Tras despuntar en el Condal y el Sants, el Barça lo fichó para las inferiores. Llegó hasta el filial y posiblemente quedó taponado por la Quinta del Mini. "Aquella época fue maravillosa", recuerda el ahora director deportivo de L'Hospitalet, donde llegó a disfrutar de su carrera tras sufrir en Leganés, reventarla en Cádiz y pasarla bien en Sabadell. "Tenemos tantas ganas de eliminatoria que valoré el tratar de hacerme ficha para poder jugar", bromea con soltura a la espera de poder abrazarse a Guardiola, Vilanova, Altimira y compañía, viejos amigos de un pasado divertido.

"A mí también me han pedido muchas entradas, aunque las palabras del presidente (Miguel García llamó gorrones a los que le solicitaban tickets) vinieron muy bien. Podemos hacer una gran eliminatoria, pero todos sabemos que el Barça es el mejor equipo del mundo", explica convencido.

Despacho. El cargo lo agarró cuando García, entregado a su fútbol, vio en él a un enlace perfecto entre la zona noble y el vestuario. Tras superar una grave lesión de rodilla, Cárcel consiguió el reto de ayudar a ascender al equipo a Segunda B, donde ahora residen con comodidad. Con el equipo en el tercer peldaño de nuestro fútbol, decidió pararse, aunque arrancó un modelo de vida apasionante.