El Atleti se dejó el gol en el palco

Cada vez que los aficionados del Atleti miraban al palco y veían a Falcao y Forlán de charla, se les escapaba un gemido lastimero. Normal, porque unos metros más abajo su equipo padecía una ceguera absoluta cada vez que pisaba el área de Osasuna, cosa que lograba con asiduidad y buen gusto. Así, la fiesta matinal que vivió el Manzanares para estrenar la Liga (40.000 espectadores, pese al calor y la fecha, auguran un buen futuro al fútbol a las 12) acabó con un regusto de frustración en la hinchada local.

Porque pocas veces resulta tan obvia la relación directa entre un resultado y un único problema. El propio Mendilibar reconoció que, por juego, no hubo color. Sin embargo, este Atleti bien compensado desde el portero hasta los mediapuntas tiene sólo un goleador en nómina: Falcao. El resto de sus atacantes aportan de todo menos definición. Si no ficha otro nueve, por ahí se le puede descoser el proyecto cada vez que el colombiano coja un resfriado. Hasta ahora, el papelón del tránsfer ya ha costado dos puntos.

Por lo demás, el Atleti demostró que Manzano ha cambiado la filosofía. Tocando y tocando desde atrás y vetado el pelotazo. Gabi está resultando capital en esta evolución, Tiago y Mario Suárez no desentonan, Arda (aún a medio gas) dejó detalles el rato que jugó, volverá Koke y se espera a Diego. Hay mimbres para el buen gusto. Así mantuvo a Osasuna asediado durante el primer tramo. Un inicio que dejó una cosa clara sobre el fútbol matinal: madrugar en domingo duele y la gente llegó tarde. Pero llegó.

Justo como Osasuna, que acabó por despertar al ver que el ejército rival atacaba con espadas de madera. Un par de contras y un disparo de Nekounam ayudaron a evaluar a Courtois, finalmente el titular. El belga transmite seguridad, tiene un toque palomitero y huele a portero grande. Gran parte de la afición prefiere a Joel, recordando que lo normal es que dentro de un año Courtois vuele, pero resulta difícil rebatir la lógica de Manzano: si está aquí y ahora es mejor, habrá que ponerle.

El partido tuvo un punto de inflexión en el minuto 39, cuando Riesgo se lesionó en un choque con Salvio. Aguantó cinco minutos en los que le dio tiempo a ver cómo un tiro lejano del argentino tocaba el poste y a sacarle un mano a mano clarísimo al mismo Salvio, pero ya no pudo más y le sustituyó Andrés, que pasaría de semidesconocido a héroe en cosa de una hora.

Ocasiones.

La principal víctima de la presentación en sociedad del portero rojillo fue Adrián. El asturiano volvió a mostrar sus virtudes (movilidad, desmarque, capacidad para asistir) y su discontinua relación con el gol. En el 50', sólo ante Andrés, le remató al cuerpo. Y en el último instante, una estirada del portero evitó que saliera a hombros tras un remate en semifallo.

Entre medias, el Atleti apretó: Reyes (en el filo entre chupón y genial) tiró al palo y Mario Suárez se topó con Andrés. Pero la entrada del belga Lamah (interesantísimo, zancada imponente) revivió a Osasuna. Courtois le frustró primero y Nino, después, cuando desperdició su magnífica jugada con un increíble disparo fuera. Era el minuto 92 y el castigo hubiera sido exagerado para un Atleti que jugó como imaginaba y remató como temía. Falcao es indispensable.