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Liga de Campeones | Olympique de Lyon - Real Madrid

Mourinho, contra la maldición de octavos

El entrenador esconde el equipo, pero todo apunta al trivote

Actualizado a
<b>ACLAMADOS. </b>Cristiano, Lass, Kaká y Dudek, a punto de tomar el autobús camino del hotel en Lyon.
jesús aguilera

Dicho sea sin faltar: hasta este preciso instante, martes 22 de febrero, octavos de Champions, el Real Madrid hubiera podido llegar con el piloto automático. De hecho, hasta aquí alcanzó en las últimas seis temporadas con diferentes compañías, de Luxemburgo a Pellegrini. Es ahora cuando el verbo de Mourinho debe hacerse carne, léase cuartos. Es ahora cuando toca diferenciarse y ganar al rival al que no se ha ganado en seis partidos, quitarse la espina y volar con un lastre menos.

No parece tan difícil y ahí radica la primera dificultad. Tampoco el Mónaco de Morientes lo parecía, ni la Roma de Vucinic, ni el Lyon de la pasada temporada, del que cuesta recordar a alguna de sus estrellas. Y ante todos se cayó.

Para corregir esa tenebrosa deriva, Mourinho prepara un equipo del que no suelta prenda. En principio, sería previsible que apostara por un triple pivote, con Lass, Xabi y Khedira, tres centrocampistas muy físicos que frenarían el empuje local. En ese caso, Di María sería el sacrificado y por delante de la línea de medios se moverían Cristiano, Özil y Adebayor, este último con la misión de fijar a los centrales y propiciar espacios. No resulta un mal plan.

Variantes.

Otra opción pasaría por adelantar a Marcelo, cubrir su puesto con Arbeloa y prescindir de uno de los pivotes industriales, Lass o Khedira. En cualquier variante, Arbeloa, que descansó ante el Levante, apunta a titular, ya sea en la izquierda o en sustitución de Sergio Ramos, que cinco años después no se libra de su fama de lateral desordenado.

El problema táctico no es menor: hace un año el Lyon acumuló hasta cuatro futbolistas en la medular y colapsó la circulación del Madrid, asfixiado por la presión y sin bandas donde aliviarse (Marcelo era baja). El resultado es que marcó Makoun, desde enero en el Aston Villa.

Descontado ese futbolista, los lioneses repetirán la base del equipo de la pasada temporada, con Lloris, Réveillère, Cissokho, Toulalan, Delgado, Bastos, Källström y Bafetimbi Gomis. Añadan a ellos al aristocrático Gourcuff (fichado del Girondins por 26,5 millones) y habremos mejorado sustancialmente lo anterior.

Lo de Lisandro es caso aparte. Se lo perderá por enajenación mental transitoria: molesto por su suplencia en el último partido de Liga pateó un balón con tanta rabia que se lesionó los isquiotibiales.

A pesar del contratiempo, el Lyon se presenta con el ánimo de sus últimas goleadas (1-4 al Saint-Etienne y 4-0 al Nancy), dos victorias que le mantienen en la pelea por el título, a la espera de jugar en la próxima jornada contra el líder, el Lille, cuatro puntos por delante.

Gerland.

Por no faltarle, al partido no le falta tampoco un solemne escenario. El estadio de Gerland fue construido en 1920 por prisioneros alemanes de la Primera Guerra Mundial y declarado monumento histórico en 1967 por sus arcos de entrada. Lo demás, convencional: 41.000 espectadores y humedad de la que encoge, provocada por la cercanía de los ríos Saona y Ródano, que confluyen a 700 metros del campo.

En esa latitud y sobre ese césped se la jugará el Madrid. El campeón de campeones o el equipo reincidente. Hoy saldremos de dudas.