"Que Florentino haga un esfuerzo y me fiche"

Usted es el hermano mayor de Gonzalo Higuaín. Mientras él juega en el Madrid, usted lo hace en Defensores de Belgrano, en el equivalente a la Segunda B española...

No todos tienen el privilegio de jugar en el Madrid, un club increíble. Aquí se ha avanzado. En el 98, cuando debuté en San Telmo, no había balones ni botas... De todas formas, hay diferencias enormes. A veces te duchas con el agua fría, o no todos los jugadores tienen tacos para los días de lluvia. Entonces, o nos prestamos los tacos o directamente le cedemos el par de botas a un compañero. Y si le queda grande, les pones un poco de algodón en la punta y listo...

¿Sus compañeros le preguntan por El Pipita?

Sí, quieren saber cómo es el Madrid, cómo era Beckham, cómo es Gonzalo, cómo es Mourinho... Pero como mi hermano es muy reservado, mucho no me cuenta. Y yo no le pregunto. Soy respetuoso.

Sus hermanos Gonzalo y Federico (juega en Colón de Santa Fe) son habilidosos. ¿Y usted?

Yo soy un central o lateral derecho aguerrido. Soy el más parecido de los tres a mi viejo, El Pipa padre.

¿Le gustaría jugar con El Pipita?

Va a ser difícil por la diferencia de edad. Habría que decirle a Florentino que haga el esfuerzo y me fiche (risas). Soy casi galáctico, ¡al menos tengo el apellido! Quizás, si hago el curso de entrenador, puedo ser el míster de los dos. Y mi hermano pequeño, Lautaro, sería mi ayudante (risas)...

La novedad es que ha vuelto a jugar ocho años después de colgar las botas...

Antes del Mundial ayudaba a Recasens, el representante de mis hermanos, y me entrenaba en un equipo de Tercera de España. Ahí volvieron las ganas de terminar mi sueño. Extraño Madrid, es una ciudad impresionante. Pero hoy mi sueño está en Argentina. Y me conformo con ver jugar a mis hermanos por televisión.

¿Y que le comentó su familia sobre su regreso?

Mis padres me apoyaron de inicio. Al Flaco (Gonzalo) lo llamé a la concentración de Argentina y me dijo: "¡Vos estás loco!". Pero luego él y Federico me respaldaron a morir. "Si tienes ganas, hazlo. Es una cuenta pendiente y yo te apoyo", me dijo.