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Mundial 2018 | Las rivales de España y Portugal

Inglaterra flojea en hoteles y Rusia, en el transporte

La Candidatura Ibérica se va colocando a la cabeza de la carrera por conseguir el Mundial 2018. Mientras sus principales rivales tienen deficiencias con las plazas hoteleras y las infraestructuras de transporte.

Actualizado a

Las candidaturas de Inglaterra y Rusia, que se presentan como las más directas rivales de la Candidatura Ibérica para albergar el Mundial de Fútbol de 2018, tienen sus puntos débiles en las plazas hoteleras y en las infraestructuras de transporte, mientras que la de Bélgica y Holanda tiene más problemas.

El proyecto inglés tiene a favor sus estadios, la comunicación entre las ciudades, la seguridad, la tecnología, así como los antecedentes de haber organizado grandes eventos en el pasado, mientras que en su contra está la falta de instalaciones acondicionadas para entrenamientos y hoteles para los equipos.

Inglaterra tiene un plan de tener 12 ciudades sede y 17 estadios, entre los cuales cinco se construirán o ya se están construyendo, mientras otros siete ya están construidos y no necesitan renovaciones posteriores. También a su favor está la experiencia de haber organizado eventos importantes como el Mundial de 1966, la Eurocopa de 1996, los Juegos de la Commonwealth en Manchester en 2002, y los futuros Juegos Olímpicos de Londres 2012 y el Mundial de Rugby de 2015.

Otros puntos en su haber, según la comisión de evaluación de FIFA, son la existencia de las tecnologías de la información y la comunicación adecuadas, así como que los derechos de televisión no tendrían problemas para venderse de forma exitosa en Europa.

El comité organizador ha calculado un presupuesto de 722,9 millones de dólares (535,1 millones de euros) en gastos y tiene una proyección de poder vender 3.397.000 entradas para los 64 partidos de la competición. Por otro lado, los riesgos legales de la candidatura parecen ser bajos, debido al apoyo que tiene del Gobierno.

Los aspectos negativos de la candidatura británica se enfocan en la falta de centros específicos de entrenamiento, y de hoteles acondicionados para los equipos, tanto para hospedarse, como para entrenar. Un problema más de la candidatura es la cantidad de plazas de hoteles, ya que sólo 10.700 han sido aprobadas por los estándares de FIFA, aunque más de 50.000 más potencialmente pueden obtener el visto bueno por medio de negociaciones para alcanzar el mínimo de 60.000.

Rusia tiene problemas de transporte

Por su parte, Rusia cuenta con un presupuesto de gastos de 641,3 millones de dólares (más de 475 millones de euros) y con más de 3,1 millones de entradas y la FIFA recuerda que su experiencia en acoger eventos deportivos se remota al Mundial sub-20 femenino de 2006 y a los próximos Juegos de Invierno de Sochi en 2014.

Cumple ampliamente con los requisitos en cuanto a las instalaciones para los equipos, en lo referente a los lugares de entrenamientos y los campos bases, pero de los 16 estadios, 13 debe construirlos y tres renovarlos, siendo el que más debe invertir en este aspecto.

El organismo alaba igualmente del proyecto ruso su capacidad hotelera, con 100.000 plazas ya contratas, 40.000 más de las mínimas requeridas, y que tiene un suministro adecuado, sobre todo en la categoría de tres estrellas, en cada ciudad anfitriona. De todos modos, le señala la dependencia en la construcción y modernización en este sector, y que el precio para una habitación standard sería alto.

Sin embargo, las mayores preocupaciones de la FIFA están en las infraestructuras de transporte, sobre todo dada la gran extensión del país y la lejanía con el resto de países y porque la red de alta velocidad es limitada y sólo uniría a seis de las ciudades anfitrionas. Para el organismo, esta situación trasladaría mucho peso al tráfico aéreo, lo que causaría "desafíos" en los traslados, y además advierte que la capacidad de los aeropuertos debería entonces ser mejorada.

Igualmente, pone énfasis en que cualquier retraso en los proyectos de transporte podría alterar el funcionamiento del torneo y que las instalaciones temporales propuestas podrían suponer un alta carga de coste. En este sentido, la Comisión Evaluadora ve necesario que se programasen un mayor número de vuelos directos entre los principales aeropuertos y los de las ciudades anfitrionas.

Los aspectos tecnológicos también deben ser mejorados en algunas zonas de Rusia, mientras que lo referente a los derechos de televisión, la FIFA apunta ciertos problemas por la diferencia horaria de cuatro horas con el resto de Europa, y aunque podría ofrecer más ventajas para el mercado asiático, esto efecto sería limitado en relación al de América.

Finalmente, la peor parada es la candidatura conjunta de Bélgica y Holanda, a la que se realiza la misma advertencia respecto a la coorganización que a la Candidatura Ibérica y que sólo tiene listo uno de los 14 estadios propuestos, teniendo que renovar seis y construir siete.

Bélgica-Holanda debe mejorar

Además, la FIFA indica en su informe evaluador que el proyecto belga y holandés no cumple hasta el momento con las instalaciones para los equipos, y que, aunque se podrían garantizar, la información que ha recibido no le permite realizar una evaluación total. Bélgica y Holanda garantizan hasta ahora 28.000 plazas hoteleras, lejos aún de las 60.000 necesarias, más el riesgo de los altos precios y unas condiciones no negociables.

Esta situación se compensa por la cercanía de otros países y su eficiente red de transporte, aunque el organismo recalca que los hoteles propuestos no están situados en las ciudades candidatas a albergar el partido inaugural y la final, y que en ambos, la tarifa para la habitación normal es alta.Por otro lado, se destacan su aspecto tecnológico en comunicaciones y se advierte que la legislación de los países podría no asegurar el programa de protección de derechos de la FIFA, y que las leyes belgas afectan de forma adversa para la libre explotación de los derechos televisivos.