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Del Piero

"Me gustaría sentarme a cenar con Mourinho; es todo un personaje"

Llega conduciendo un pequeño utilitario. Viste cómodo, casi de andar por casa. Tal vez en Vinovo, donde se entrena desde hace 18 años, se sienta así. Es Del Piero en estado puro...

Actualizado a
Del Piero.
jesús aguilera

¿Cómo fue su infancia?

Vivía en un pueblecito vecino a Conegliano, en el norte de Italia, rodeado de campo y naturaleza. Mi vida, aparte de la escuela, era el balón. Si andaba por el bosque o por el río, siempre iba con él.

¿Con quién jugaba allí?

Bueno, principalmente con dos amigos míos y con mi hermano. Recuerdo que, como solía hacer mucho frío, a veces nos metíamos en mi garaje a practicar. Era un lugar muy estrecho, porque sólo teníamos un coche pequeñito. Jugábamos al fútbol y competíamos en habilidad con una pelota de tenis, a ver quién le daba más veces al interruptor de la luz. Haberlo hecho con un balón de fútbol, tan grande, no habría tenido ningún mérito.

¿Y sus padres?

Mi padre era electricista y mi madre ama de casa, aunque a veces hacía de niñera. Mi padre trabajó desde los 13 años. Fue un gran ejemplo. Tengo alguna foto suya guardada, en la que aparece después de trabajar, haciendo de portero.

¿Tuvo una infancia difícil?

Definitivamente sí. Mis padres tenían que trabajar mucho para mantenernos. Y la casa donde aún vive mi madre es la que tenían hace 50 años, que mi padre fue reconstruyendo poco a poco con esfuerzo. Entraron a vivir allí sólo con la cocina y una cama para dormir.

¿Notaba de pequeño que era superior a los demás?

En realidad empecé de portero. Era un compromiso que tenía con mi madre, que no quería que sudase para no enfermar. Fue mi hermano el que me dijo: "Tú estás para otra cosa".

¿Siempre quiso ir a la Juve?

Siempre fui juventino. Pero el primer paso serio fue a los 12 con el Torino. Pensamos en él porque entonces tenía el mejor sector juvenil de Italia. Pero mis padres dijeron que era demasiado pequeño para irme de casa y al año siguiente fui al Pádova, que estaba mucho más cerca de mi hogar. Hice cinco años allí, hasta los 18, cuando se interesaron Milán y Juventus.

¿Quién le llamó Pinturicchio? (un pintor cuatrocentista).

A los tres años de entrar en la Juve me llamó así el Avvocato Agnelli. Quería evidenciar que yo era un grandísimo talento, pero muy poco conocido y joven. Por eso hizo la siguiente comparación: "Si Baggio es Rafael, Del Piero es Pinturicchio". Quería decir: "Eres bravo, tienes talento, pero ahora tienes que demostrarlo".

¿Quién fue su ejemplo?

Tenía posters de Platini en mi cuarto. Pero también era un extasiado de Maradona, Van Basten... ¡Y de Hugo Sánchez y Butragueño! Cada domingo había varios programas con los resúmenes de los goles de la jornada y los grababa. Luego me los ponía una, dos, tres, y hasta cuatro veces. Mi madre me regañaba. "¿No los has visto ya?". Pero yo no me cansaba nunca de verlos. Me fijaba en todo.

¿Con qué otras cosas soñaba de pequeño?

Con nueve o diez años, la profesora nos dijo que hiciéramos una redacción con tres trabajos para el futuro. Yo puse electricista, porque era el trabajo de mi padre, cocinero, porque me encanta comer, y pensé: "Si me hago cocinero nunca pararé de comer rico" (risas). Y camionero, porque me gusta mucho viajar y pensaba que así podría recorrer todo el mundo.

Siendo un jugón. ¿No se sintió preso en el fútbol italiano?

La defensa es muy dura, recibes muchas patadas y el juego siempre es espeso. Pero mi vida se inició aquí y siempre fui feliz y estuve tranquilo. Aquí he ganado todo lo que podía.

Pero no el Balón de Oro...

Siempre hubo alguien por encima de mí. Sí Siempre pensé en ganarlo, pero el fútbol me ha dado otras muchas satisfacciones. Pienso en otros, como Raúl, Giggs... que sin haberlo ganado tienen mucho peso internacional. Me faltó coronar una gran temporada en mi club con un gran éxito internacional. En el 96 y 98, que hice grandísimas temporadas, no hice bien el europeo ni el Mundial.

Es un gran lanzador de faltas ¿Cuál es su técnica?

(Piensa) No sabría decir...

¿Aprendió de alguien?

Me fijaba en los especialistas, pero al final es una decisión personal del momento, de las sensaciones que percibes, dependiendo de lo lejos que esté la portería o del balón...

¿Quién fue el mejor?

Del pasado pienso en Platini, Zico, Maradona. Más cercanos en Baggio, Zola, Mihajlovic, Juninho Pernambucano

¿Qué técnico le marcó más?

De todos aprendí. Pero el legado de Lippi, habiendo estado siete años con él, es muy importante para mí.

¿Le habría gustado tener a Mourinho?

¡Es todo un personaje!

¿Eso es bueno o malo?

Es una persona simpática. Muchos se han enojado con él porque se han sentido atacados, pero a mí me gustaría sentarme a cenar con él. Me apetece conocerle como persona. No lo digo en broma ni con ironía.

¿Y del Madrid, qué jugador le gustó más?

Le digo Zidane, con el que me une una gran relación. Ronaldo, porque me siento ligado de una manera simbólica, Raúl, Guti Yo he admirado el Real de Buyo, Chendo, Camacho, Sanchís, Míchel, Butragueño, Hugo Sánchez, Gallego, Valdano, Santillana...

¡Es capaz de recitar el equipo de memoria!

De pequeño fui un gran seguidor del Madrid por televisión. Tengo un gran respeto por la entidad. Siempre fue una referencia. Eran artistas del balón

Ibrahimovic, Trezeguet, Baggio, Vialli, Ravanelli, Inzaghi ¿Con cuál se entendió mejor?

Con Vialli y Ravanelli gané la Champions y con Baggio mi primer Scudetto el año anterior. Junto a Boksic gané la Intercontinental y la Supercopa. Luego vino Inzaghi y ganamos scudettos y llegamos a la final de la Champions. Con Vieri igual, con Trezeguet hicimos el récord de goles juntos en el campeonato y ganamos la Liga. He sido un afortunado, no es justo poner a uno por encima de otro. Siempre quedaré unido a todos ellos, porque sin ellos no habríamos conseguido nada.

¿Qué supone para usted ser un hombre de club?

Una responsabilidad y un honor. Es ser parte integrante total del club. Hay amor, por el juego y los colores. Aunque debo decir que el resultado de un idilio no se debe al tiempo, todo puede suceder en sólo dos años de carrera.

¿Le sorprendió la salida de Raúl?

Sin duda, y más que se fuera a Alemania. Es una elección singular. Si me pregunta un año antes qué pasaría con Raúl, yo me lo imaginaba terminando su carrera en el Madrid. En Italia es considerado uno de los más fuertes y eso que no ganó el Balón de Oro.

¿Habla con él?

No Hemos cambiado algún mensaje a través de gente. Siempre le he tenido mucho afecto porque como jugadores somos parecidos, no iguales, pero sí similares.

¿Recuerda la final del 98 de la Champions contra el Real?

No fue una final bonita, con el gol en fuera de juego Habíamos tenido la posibilidad de marcar antes, incluso podíamos haber empatado. Creo que a nivel global, como escuadra, éramos mejores. Y en cuanto a los jugadores, cincuenta por ciento. Pero ese día quisieron la Copa más que nosotros, porque no creo en la mala suerte. Siempre gana el que más lo merece.

¿Cuántos goles le ha marcado al Madrid?

Cuatro No, no ¡Cinco!

¿Cómo se sintió cuando el Bernabéu le aplaudió en 2008 tras marcar un doblete?

Cuando juegas al fútbol puedes ganar, divertirte, hacer que se divierta la gente... Pero si puedes unir todo esto en un mismo partido... Eso fue lo que pasó aquella noche. El reconocimiento del público fue lo máximo. Cuando me sustituyeron entre aplausos me sentía como si midiera 1,95 ¡Y eso que mido 1,74!

Dos goles bellos. El segundo de falta con una barrera mal colocada. ¡Menudo lío se montó aquí con Iker!

Casillas tuvo mucho coraje al colocar la barrera de aquella manera, no puedo decir que fuera una elección errónea. Creo que él pretendía distraerme, que me extrañara y me desconcentrara. Cuando vi la barrera así me paré a pensar. "¿Qué sucede?". Al final lancé y marqué. También le marqué en nuestro campo esa misma temporada. Fue un pase largo de Marchisio a Amauri. Él me buscó en vertical y nada más recibir no lo pensé y lancé a portería. Creo que el balón tocó en Pepe y terminó en la escuadra.

¿Cuál ha sido su mejor gol?

Uno que le marqué a la Fiorentina. El balón venía de 60 metros, a mi espalda, y la toqué de primeras metiéndola por la escuadra. Fue algo que hice sin pensar. Algo bello.

¿Y el más importante?

Puede que el de la Intercontinental con River, porque fue al final del partido y supuso el título. Es lo máximo. Cerraba tres años de trabajo. Poco antes había levantado la Copa de Europa con sólo 20 años.

¿Y ahora, cómo sabrá cuándo decir basta?

Honestamente no lo sé. Aún me funciona el físico y la cabeza. Puede que esto último sea lo que decida de veras.

Pues que aún nos dure...