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Real Madrid 2 - Atlético 0 | La contracrónica

4.024 días sin ganarnos

A los peñistas atléticos de Callosa de Segura (Alicante) les tocó la Lotería el sábado. Al igual que su sufrida afición, fue la única alegría del fin de semana. Mi amiga Amaya Valdemoro, vikinga de los aros, sí que disfrutó del derbi blanco...

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4.024 días sin ganarnos

La vida sigue igual... Vayamos al grano. En la noche en la que el Atleti muestra su mejor cara de la temporada, llega un Madrid a medio gas que le gana 2-0 sin necesidad de sacar el traje de luces. La historia está guionizada futbolísticamente en la capital desde hace muchos años. Será muy difícil que nadie pueda cambiar la cruda realidad para los simpatizantes de la causa rojiblanca. Voy a refrescarles la memoria a los que todavía quieren negar la evidencia. El Atleti lleva 4.024 días sin ganarle un partido al Madrid. Han leído bien: 4.024 días teñidos de un manto blanco imperial. En la pasada Liga, el Madrid aventajó a los enemigos íntimos del Calderón en 49 puntos (96 a 47). Ahora, y con sólo diez jornadas disputadas, la brecha ya es de 12 (26 a 14). Por eso mi pequeño Marcos Santiago, que ya ha cumplido ocho añitos y lo capta todo, jamás me ha preguntado: "Papá, ¿por qué somos de Madrid?". Anoche se limitó a llamarme por teléfono para decirme: "Papá, otra vez hemos ganado al Atleti. ¡Qué bueno es ser del Madrid!". Remato el monótono debate Madrid-Atleti, más que nada porque no hay debate. En 147 derbis, el Madrid ganó 80 y los del pijama a rayas 35. Como me dicen mis amigos del Puerta Bonita (¡viva el Carabanchel madridista!) es como si la canción del Atleti la hubiese cantado el mítico Camilo Sexto: "Y ya no puedo más, ya no puedo más, siempre se repite la misma historia...".

Moutamina. El derbi duró 18 minutos, los que necesitó el líder para aplicar ese dopaje legal que el maestro John Carlin ha bautizado como Moutamina. Las camisetas andantes del Atleti ni la olían, y hasta un defensa de 32 años que está jugando como si fuera un chaval (Carvalho) amargó el cumpleaños del joven De Gea para abrir la lata y ser fiel al plan previsto. Para evitar que el herido se levantara del suelo como en las películas del Oeste, el Mago de Öz (il) sacó la chistera de su mágica bota izquierda para hacer como la noche del Milán. 2-0 y a casa.

Valiente Quique. Se nota que jugó en el Madrid y que fue partícipe del 5-0 al Barça que firmó le defunción del Dream Team de Cruyff. Quique tiene buen gusto e intenta que su equipo juegue bien al fútbol. Con todo perdido, sus hombres achucharon y llegaron a inquietar al mejor portero del mundo. Pero Casillas ejerce su condición sin inmutarse. Sacó cuatro manos memorables. Y del árbitro Mateu Lahoz menos lloros. Si fue penalti de Xabi Alonso, también lo fue, y de libro, de Simao a Di María...

Orgullo vikingo.Los 52 amigos llegados de la peña de Fuengirola, los de Serranillos (Ávila), La Fresneda de Siero, peña Pelotero (Jaén), los hermanos Ortiz de Villanueva de la Fuente, Santiago de Valdemoro, José Blanco de La Bañeza (¡ánimo!), Los Ye-yés de Bruselas y Middelkerke de Brujas son felices. Pedazo líder. Real eterno.